A pesar de la pandemia y sus implicaciones económicas y sociales, el BBVA alcanzó los 50.154 millones de euros en financiación a proyectos de sostenibilidad en 2020. Significa que logró la mitad de sus objetivos para el periodo 2018-2025, un año antes de lo previsto. Al mismo tiempo, actualizó su política de responsabilidad social corporativa. Y aprobó su política general de sostenible de gobierno corporativo, banca responsable y sociedad.
La entidad, a pesar de la crisis sanitaria, aceleró su ‘Compromiso 2025‘ de movilizar 100.000 millones de euros en financiación sostenible frente al cambio climático. En 2020 impulsó 20.000 millones de euros, 12% más que en 2019. La entidad dijo que estos aportes contribuyen a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el Acuerdo de París.
Los 50.154 millones de euros movilizados incluyen operaciones en financiación verde (60 % del total). Inclusión financiera y emprendimiento (13%) e infraestructuras sociales y ‘agrobusiness’ (12%). Así como otra movilización sostenible (15%).
Ricardo Laiseca, responsable de la Oficina Global de Sostenibilidad de BBVA, se refirió a la asignación de esos recursos. “En primer lugar, fueron dirigidos al fomento de la eficiencia energética en los hogares. Mediante la apuesta por una construcción con criterios medioambientales. Concediendo créditos sostenibles a los promotores por importe superior a los 400 millones de euros. También a la concesión de hipotecas sostenibles y préstamos para la instalación de paneles solares, cerramientos térmicos. Y cambio de electrodomésticos por 126 millones de euros en 2020”.
Asimismo, confió, “estamos ayudando a las empresas a conocer el impacto de sus actividades mediante el servicio gratuito de cálculo de huella de carbono. Para ir hacia un modelo productivo más eficiente”. Además, de ampliar un catálogo para financiar coches. Bicicletas y monopatines eléctricos por un importe de 23 millones de euros en 2020.
BBVA obtuvo la distinción de plata dentro de la industria bancaria en el anuario elaborado por S&P, analista del ‘Dow Jones Sustainability Index’ (DJSI, en sus siglas en inglés). Ranking en el que el Grupo asciende a la 2º posición como banco más sostenible a nivel mundial en 2020
BBVA define su política hacia la sostenibilidad
La entidad ha creado dos índices climáticos. El ‘Solactive BBVA Climate Action PAB Europe’ y el ‘Solactive BBVA Climate Action CTB Europe’. Ambos con la etiqueta de referencia climática de la Unión Europea. Esta certificación lleva los estándares de la UE para carteras de transición climáticas a un nivel superior. A la vez, garantiza a los inversores la máxima transparencia y comparabilidad.
Ambos índices destacan por su innovadora metodología. Incluye factores como la optimización de los pesos de las compañías en base a su puntuación en oportunidades de transición. Y a la mayor probabilidad de cumplir con la contención del calentamiento global por debajo de 2ºC.
El BBVA continúa con su agenda de sostenibilidad iniciada años atrás. Con el ‘Solactive BBVA Climate Action PAB Europe’, el objetivo es aprovechar las oportunidades de transición que surgen de los objetivos del Acuerdo de París. Y con el ‘Solactive BBVA Climate Action CTB Europe’, se busca una oportunidad de transición hacia una economía baja en carbono y una mayor concienciación climática para los inversores.
El Institutional Shareholder Services (ISS) es el proveedor que dotará a través de su Carbon Risk Rating y Climate Scenario Analysis, los datos para ambos índices climáticos de BBVA.
Amplitud del portafolio financiero más verde
Los mercados financieros, incluyendo bancos, fondos e inversores están llamados a acompañar los cambios de los gobiernos y las personas hacia un medioambiente más amigable. El BBVA amplía su portafolio de productos y servicios en ese sentido.
Herbert Smith Freehills realizó una encuesta a 232 clientes del sector bancario. El 92% de los consultados estuvo de acuerdo o muy de acuerdo en que los préstamos vinculados a factores medioambientales, sociales y de buen gobierno (ESG) son una oportunidad para sus organizaciones.
En ese contexto, los bonos y préstamos verdes, seguirán desempeñando un papel importante en los próximos años. Actualmente se están viendo acompañados por productos financieros relacionados con la deuda social, de sostenibilidad y para la transición ecológica.
Con mayor frecuencia, los instrumentos financieros tradicionales incluyen mecanismos de determinación del precio de los mismos vinculados al cumplimiento en conceptos de ESG. Esto es una gran oportunidad para los participantes en los mercados financieros. En su deseo por mejorar su oferta y consolidar, el uso de productos de crédito sostenibles.
Sin embargo frente a este panorama creciente y con una nueva orientación, se están observando algunos vacíos. Por ejemplo, la falta de estándares de mercado para este tipo de productos financieros y algunas dificultades para identificar, medir y cuantificar los riesgos y factores ESG de manera efectiva. Esto eleva la preocupación por la divulgación o promoción engañosa en temas ESG (el conocido como greenwashing).
Por lo pronto, los reguladores se han activado. Intentan establecer mecanismos a los efectos de facilitar el intercambio de información sobre riesgos e impactos ESG. De igual forma, promover la transparencia respecto de estos conceptos mediante la divulgación de las prácticas de ESG por parte de los participantes en los mercados financieros.
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