España es el país con más bares en el mundo, uno por cada 175 habitantes. Es una de las principales actividades económicas en el país. El lunes comienza en algunas regiones la fase de desescalada, que igualmente restringe el espacio público en el sector del comercio, del transporte, sanitario, académico.
Algunos territorios reactivarán parte de su actividad económica, entre ellos los bares en zonas donde antes de la pandemia concurría mucha gente. Este 11 de mayo probablemente no, ya que los cientos de empleados de un sinfín de zonas empresariales seguirán teletrabajando. Y muchos permanecerán en casa por temor al contagio.
Panorama de los bares abiertos-bares cerrados
Los bares son microempresas que ya venían ajustadas en sus presupuestos antes de la explosión de la crisis sanitaria. Los empresarios se quejan de que las medidas se basan en la opinión de los expertos, pero que no toman en cuenta el dinamismo del sector hostelero. Algunos abrirán porque piensan que mientras más rápido se reactiven, mejor será.
Otros se enfrentan a la incertidumbre de la baja demanda o continuar cerrados para minimizar los gastos. Desde el sector empresarial se quejan de que el Gobierno no ha tomado medidas como en otros países que han disminuido impuestos y otros compromisos con el Estado. Señalan que para mantener los ERTE, el pago de alquileres, impuestos, etc., es mejor permanecer cerrados. De otra manera, no se puede cumplir.
En toda España abrirá si acaso un 20% de los bares, según las estimaciones más optimistas de la patronal hostelera. De la hostelería depende el 6,2% del PIB del país. Los pronósticos del sector estiman que cerrarán de 40.000 a 80.000 establecimientos. El cierre destruiría 200.000 empleos aproximadamente.
Medidas de alivio, por favor
Abrir o no abrir es el dilema para muchos dueños de bares como Antonio Rojas, que señala que no permanecerá cerrado, a pesar de que ha hecho malabares para cumplir con los ERTE e impuestos. El sector no ha recibido ningún alivio por parte del Gobierno de España, mientras en otros países de Europa sí lo han hecho. Por ejemplo, Alemania bajó el IVA de 18% al 7% al sector de la hostelería. En Francia dan líneas de microcréditos al 0.5%.
Aunque los bares no han percibido ingresos en los dos últimos meses, el Gobierno siguió cobrando el IVA y el IRPF, trimestralmente. Si se atreven a pedir un crédito, deben pagar intereses al 2,5%. Mientras, en el Gobierno no se han bajado ni sueldos ni dietas, resaltan.
El sector hostelero resiente del comité de expertos que no consulta al sector a la hora de diseñar directrices. Aclaran de que tienen una relación fluida con el ministerio de Industria. Sin embargo, se quejan que de que se han enterado de ciertas medidas solo cuando el presidente del Gobierno las anuncia. Por ejemplo: la reapertura de las terrazas con un aforo máximo del 30% de la capacidad.
También se quejan de la ampliación de la distancia de seguridad a dos metros cuando en el decreto de marzo era uno. La medida, aunque parezca pequeña, tiene una consecuencia en las cajas registradoras de los bares. Puede ser la delgada línea roja entre abrir o cerrar un bar.
Baja demanda
Además, el pronóstico del futuro inmediato no es alentador. Quienes abran se enfrentarán a la baja demanda. ¿Quién querrá comer en la calle? Las personas preferirán comer en casa, ante el recorte de gastos domésticos. El miedo al contagio también es una causa de la baja demanda que enfrentaría el sector hostelero.
Para atajar esta consecuencia el sector decidió crear un sello sanitario. Es un sello hotelero que garantice que cumplen con los protocolos sanitarios y todo el personal está formado al respecto.
Hay empresarios que opinan que la reapertura de bares en España será tan criticada como cuando se dejó a los niños salir de casa por primera vez. Hay baches en las medidas que conducen a la confusión. Una solución para aumentar la confianza del público hubiese sido realizar test masivos.
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