Por Cambio16 | Efe
24/02/2016
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La exalcaldesa de Valencia y senadora del PP, Rita Barberá, ha roto su silencio de treinta días para anunciar en una comparecencia ante los medios de comunicación que no dimite, ni se plantea hacerlo, porque no ha cometido «ningún delito» ni ha contribuido, ordenado o conocido «ningún blanqueo de dinero».
En su primera rueda de prensa desde que el pasado 26 de enero se produjeran las detenciones por el denominado caso Imelsa y desde que concejales, exediles y asesores del grupo popular municipal declararon como investigados por un presunto caso de blanqueo, Barberá ha asegurado que pone «la mano en el fuego» por su equipo.
«Me quieren hacer aparecer como la jefa de una trama criminal y corrupta porque he dado voluntariamente mil euros para una campaña electoral sin que se me devolviera nada», ha lamentado Barberá, quien ha afirmado que no existe ninguna caja B y ha sostenido que siempre que el partido le ha pedido donaciones las ha hecho.
Ha insistido en que nunca ha tenido conocimiento de una financiación ilegal en su partido, «porque no la hay»; ha aseverado que no es corrupta, ni desde el punto de vista económico ni moral, y ha hecho hincapié en que nunca ha tenido ningún cargo orgánico en el partido y que las campañas electorales las organizan los comités de campaña.
Al igual que en el comunicado que emitió el pasado 2 de febrero, Barberá ha negado que en el Consistorio haya habido amaños o mordidas, por lo que ha apelado a esperar a que se levante el secreto de sumario para que se vea que «todo son acusaciones infundadas, maliciosas y profundamente falsas».
Ha asegurado que no tiene intención de «venganza o de tirar de la manta», porque «ni hay manta» ni es de las que tira de ella, y ha expresado su «dolor por deslealtad» por las manifestaciones de algún dirigente del partido, a los que ha reclamado «sosiego» y «templanza» y ha considerado que se han precipitado al pedir su marcha.
«Nunca me he quedado nada», ha asegurado Barberá, quien ha explicado que vive en un piso de alquiler, no tiene coche ni segunda vivienda, su patrimonio se ha publicado seis veces desde junio, vive de su sueldo y que está dispuesta a gastar «hasta el último euro» de su patrimonio para restablecer su «honor».
Respecto a su citación el próximo lunes en Les Corts para dar explicaciones, ha precisado que no ha «decidido aún» si irá, aunque ha destacado que, como senadora, solo tiene obligación de comparecer ante una comisión de investigación -que no es el caso- y ha afirmado que no se va a someter a «tribunales totalitarios».
Barberá ha sostenido que el aforamiento que tiene por ser senadora no significa «inmunidad, ni impunidad ni blindaje», sino que en caso de tener que ser juzgada lo sería en «el primer tribunal de España», el Tribunal Supremo, y ha explicado que, en caso de ser citada, comparecerá ante el juez que le corresponde.
Ha lamentado que sobre ella ha caído una «avalancha» de peticiones de explicaciones y ha confesado que ha vivido un «inenarrable dolor anímico, horror y estupefacción» ante «tantas condenas mediáticas» que han caído sobre ella, mientras que ha pedido que se legisle para evitar filtraciones de sumarios.
Barberá ha pedido que se cumplan los estatutos del partido, que marcan que se abrirá expediente informativo si hay una imputación formal, que pasará a ser disciplinario cuando se abra juicio oral, y ha manifestado que si no ha ido hasta ahora al Senado es porque «no hay actividad parlamentaria», pero irá en cuanto se retome.
El PSPV en el ayuntamiento de Valencia ha dicho que Barberá «se parapeta en su aforamiento para no dar explicaciones ante la justicia»; Compromís ha anunciado que estudiará si se puede revocar su nombramiento como senadora, y Podemos pedirá una reforma urgente de la ley de senadores para el cese cuando incumplan la ley.