El Banco de España midió el impacto a corto plazo del cese temporal de las actividades no esenciales tanto sobre la economía como sobre la propagación de la COVID-19. Recomienda acentuar la detección de estos casos y eludir rebrotes que conduzcan a otros confinamientos.
En un informe se determinó que esa paralización puntual de sectores de la economía evitó mayores contagios, pero elevó el desempleo.
Eduardo Gutiérrez y Enrique Moral-Benito, autores del estudio, entrelazaron las variables económicas y sociales durante el primer semestre en el cual se estableció el estado de alarma y el confinamiento.
Determinaron que “el cese de las actividades no esenciales vigente durante los primeros días de abril habría mitigado la propagación de la pandemia a corto plazo”. Sin embargo, “el impacto económico, en términos de destrucción de empleo, también habría sido notorio”.
En específico, por cada porcentaje de caída en la actividad se observó una reducción de positivos equivalente a doscientos casos por cada millón de habitantes.
El Banco de España refiere, además, que «los municipios donde se redujo en mayor grado la actividad económica mostraron un menor incremento de la tasa de incidencia de la COVID-19 en abril. Pero también sufrieron una peor evolución del empleo, según los registros de la Seguridad Social».
Banco de España propone un mayor rastreo
Desde un punto de vista prospectivo, y a la luz de los costes socioeconómicos de las medidas de contención a corto plazo, “sería recomendable aumentar de forma drástica la capacidad de detección y rastreo”, sugiere la institución.
Asimismo, el Banco de España propone a las autoridades realizar un “exhaustivo rastreo” social que permita aislar los casos diagnosticados y sus contactos, lo que, a su vez, “facilitaría la contención inmediata de eventuales focos locales”.
El informe plantea una atención especial y la prevención de las relaciones con los grupos de población de edades avanzadas. Esto podría aplacar las consecuencias sanitarias de un eventual rebrote, lo que aliviaría la presión sobre el sistema sanitario. También evitaría los costes económicos que están relacionados con las medidas de confinamiento.
Economías de la OCDE
El producto interior bruto (PIB) de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) reportó un retroceso importante del 9,8% en el segundo trimestre del año como consecuencia de la pandemia.
De enero a marzo el PIB en la OCDE había caído 1,8% respecto al trimestre anterior, cuando subió 0,2%.
Entre las siete economías principales, el PIB se redujo drásticamente, menos del 20,4%, en el Reino Unido. En Francia, donde las medidas de contención se encuentran entre las más estrictas, la economía cayó menos 13,8% tras una contracción de menos 5,9% en el trimestre anterior.
El PIB también colapsó en Italia, Canadá y Alemania en el segundo trimestre con menos 12,4%, 12,0% y 9,7%, respectivamente. Y en comparación con menos 5,4%, 2,1% y 2,0% en el trimestre anterior.
En Estados Unidos, donde muchos estados introdujeron medidas de «quedarse en casa» a finales de marzo, el PIB se contrajo 9,5% en comparación con 1,3% en el trimestre anterior.
Mientras tanto, en Japón, donde las medidas de contención han sido menos estrictas, el PIB disminuyó 7,8% en el segundo trimestre con respecto al 0,6% del trimestre previo.
El reporte indica que en la zona del euro y la Unión Europea el PIB cayó 12,1% y 11,7%, respectivamente, a diferencia de los reveses de 3,6% y 3,2% en el periodo de enero a marzo.
España con el mayor revés
En el caso de España, al totalizar el primer semestre, la caída del PIB es del 22,7%, la mayor del ranking. Le siguen de cerca el Reino Unido con 22,1% y Francia con 18,9%.
La vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, señaló en entrevista con Antena 3 que «los indicadores recientes muestran que la reactivación económica está en marcha». «Tenemos que controlar la evolución de la epidemia para poder continuar en esta senda», agregó.
Países como Alemania o Austria presentan contracciones del PIB del 11,5% en el valor de la caída media de todos los países de la OCDE. España, prácticamente, dobla este comportamiento negativo.
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