Salir de la crisis requerirá una reconversión de los empleados por los cambios de la demanda en ramas relacionadas con el turismo, hostelería, ocio y comercio. Sin embargo, para algunos de los más perjudicados por la crisis de la COVID-19, las posibilidades de reasignación son escasas.
La situación es especialmente grave para las mujeres, jóvenes y trabajadores con menor formación, sobre todo en los sectores de hostelería y comercio. Aunque podría haber mayores opciones en algunas ramas del turismo.
Así lo afirma el Banco de España en un informe en el que analiza la situación de los trabajadores en medio de la crisis de la COVID-19. El estudio destaca cuáles corren mayores riesgo de verse perjudicados, así como los posibles trasvases a otras actividades productivas.
La institución destaca que, para lograr soluciones se requiere optimizar las políticas en materia de formación laboral, además de fortalecer al Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE).
Los más afectados
El estudio afirma que, al inicio de la desescalada, y al menos hasta que exista un tratamiento eficaz contra la COVID-19, las actividades relacionadas con el turismo, la restauración y el ocio de masas se enfrentarán a una demanda débil. Esto se deberá, principalmente, al necesario distanciamiento social.
Adicionalmente, no es descartable que el comercio en establecimientos físicos —minorista y mayorista— sufra una notable debilidad. Esta situación se originaría tanto por la menor afluencia de clientes, ante el riesgo de contagio, como por el auge del comercio por Internet.
Entre los empleados de las ramas más afectadas, la proporción de mujeres, jóvenes, colectivos con escasa formación y contratos temporales es «especialmente elevada».
En términos de sexo, las mujeres constituían la mitad de la población ocupada en los sectores en que se podrían destruir puestos de trabajo. Representan el 48 % o 51 % si se incluye el comercio. Por edades, la proporción de jóvenes menores de 25 años en las ramas afectadas se ubica en torno al 11 % y el 12 %. Esto es casi el doble de su participación en el total de la economía y en el grupo de ramas potencialmente generadoras de empleo. Allí tienen un peso de entre el 5% y el 6%.
Los grupos de cotización más bajos cubren el 75% del empleo de actividades relacionadas con el turismo y el ocio. Constituyen el 62% si se incluye el comercio.
Posibilidad de trasvases
El estudio del Banco de España revela que hay un grupo de empleados cuya reconversión laboral será más difícil. Ello los coloca en mayor dificultad de lograr la reinserción tras la crisis.
Los sectores de distribución, logística e información y comunicación, que superarían mejor la pandemia, demandan habilidades (TIC, lectura, escritura, numéricas) menos utilizadas en las ramas más afectadas, como comercio y hostelería.
En cambio, parecen existir más alternativas para los trabajadores procedentes de las ramas de transporte, los viajes organizados y las actividades de ocio y recreacionales, dado el tipo de destrezas que desarrollan.
Estos problemas de empleabilidad que pueden surgir para una parte importante de los trabajadores conlleva la urgente necesidad de reforzar el Servicio Público de Empleo. Existe bastante consenso acerca del impacto positivo que tendría la orientación individualizada como política activa.
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