Por Andrés Tovar
18/04/2018
Las Islas Baleares quieren ser el destino turístico más ecológico de Europa y estar 100% impulsado por energía renovable para 2050. Por consiguiente, los planes de la isla son extensos. Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera planean prohibir los plásticos desechables para 2020 y cerrar todas las plantas de energía de carbón. Asimismo, proyectan una intensa política de uso de energía renovable para la infraestructura y la movilidad. La apuesta es intensa.
La carrera de Baleares como destino turístico más ecológico de Europa dio su pistoletazo de salida en febrero de este año. El motor principal es la propuesta de ley climática presentada en el parlamento balear que plantea importantes compromisos en pro de la expansión renovable. Principalmente, el articulado destaca tres objetivos provisionales. El primero, electricidad renovable del 10% de suministro para 2020 y del 35% para 2030. El segundo, el establecimiento de requisitos para que los grandes edificios y aparcamientos nuevos incluyan paneles solares. Finalmente, objetivos para la industria de alquiler de automóviles hacia una flota 100% eléctrica para 2035.
El proyecto de ley consolidaría a las islas como el destino turístico más ecológico de Europa. Por ende cuenta con un favorable apoyo en la cámara autonómica. Sin embargo, las objeciones locales al impacto visual han frenado con un mayor aceleración. Sin embargo, el punto clave a sortear será sin duda la negativa desde el Ministerio de Energía al cierre de la central de carbón de Es Murterar para el 2025.
Los retos para ser el destino turístico más ecológico
La diatriba sobre el destino de Es Murterar es la gran piedra de tranca de las renovables en Baleares. Su desacuerdo se centra en los costos proyectados de la transición. En el corto plazo, se espera que el gas más caro cubra el vacío que queda al desconectar el carbón. Baleares asegura que las plantas de gas existentes tienen la capacidad de aumentar la producción, informa Climate Change News. También hay costos asociados con mantener abierto a Es Murterar. Dos de las cuatro unidades de la planta requerirían actualizaciones para permanecer abiertas más allá de 2020, según las normas de contaminación de la UE. El costo estimado para ello es de 100 millones de euros.
El secretario de Estado para la Energía Daniel Davila, ha dicho que la transición costaría 200 millones de euros. Marc Pons dijo que sería de 10 millones de euros como máximo. Un portavoz del Ministerio de Energía de España dijo que esperaban ver los detalles de la propuesta de Baleares. Pero dejó claro que debería alinearse con la política nacional.
“En Baleares, la diferencia en el costo de la producción de energía está subsidiada e incluida en la factura de electricidad de todos los ciudadanos españoles”, dijo el vocero. “Por lo tanto, las diferentes administraciones españolas deben llegar a un consenso sobre la política energética”. Si no se resuelve, la disputa puede llegar incluso al tribunal constitucional.