Las grandes desigualdades que se han observado con la crisis del coronavirus SARS-CoV-2 demuestran que el actual sistema económico no funciona, por lo que a la hora de avanzar en el proceso de recuperación se debe pensar en una economía inclusiva y sostenible, afirmó la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.
Durante una conferencia virtual organizada por la Asociación de Corresponsales Acreditados ante Naciones Unidas en Ginebra sostuvo que después de la actual crisis hay que buscar un mundo que se sustente en otras bases, porque habrá una realidad diferente a la que adaptarse.
La pandemia también ha obligado a que los gobiernos tomen decisiones que en otras circunstancias difícilmente tomarían. La restricción de movimientos, de reunión y del uso de la tecnología para vigilar a otros son algunas de ellas, que de acuerdo a la expresidenta de Chile deben limitarse en el tiempo.
“En la actual situación las sociedades han aceptado que algunas libertades sean restringidas, como las de movimiento o asamblea, pero estas medidas deben ser claras, proporcionadas, y limitadas en el tiempo».
Dejar que la política o la economía dirijan la respuesta a expensas de la salud y los #DerechosHumanos costará vidas y hará aún más daño. #COVID19 sólo puede ser contenida con una política cuidadosa, guiada por la ciencia, y por un liderazgo responsable y humano.
— Michelle Bachelet (@mbachelet) May 14, 2020
Respetar la privacidad
Otro aspecto abordado ha tenido que ver con el elemento tecnológico para seguir el virus. Y es que el desarrollo de aplicaciones y el uso de GPS han permitido controlar y frenar los brotes. Países como China, Irán, Singapur, Israel, Alemania y Corea del Sur implementaron apps en las que los usuarios ingresaban datos personales y explicaban si tenían algunos de los síntomas de la COVID-19. Con los datos se generaba un código QR y se conocía su ubicación.
Aunque reconoció que es importante el uso de tecnologías digitales para evitar la expansión del virus, debe vigilarse que no se utilicen de forma incorrectas.
Y es que hay temor en algunos países de que gobiernos autocráticos puedan utilizarlas como herramientas para vigilar de cerca a líderes políticos opositores o voces disidentes.
“Deben adoptarse sistemas de uso voluntario, que protejan la privacidad y garanticen que los datos recolectados se usen solo para fines sanitarios».
En función de la evolución del coronavirus SARS-CoV-2 y del momento en que se logre obtener la vacuna para combatirlo, dijo que la «nueva normalidad» podría tardar años en llegar. Sí aclaró que de encontrarse alguna forma de inmunización debe garantizarse que sus dosis lleguen a todas las poblaciones del mundo, reseñó la agencia EFE.
En las sociedades post COVID-19 hay que invertir más en salud, un sector al que no se han destinado por años los recursos necesarios. Algo que ha ocurrido incluso en los países más ricos que tampoco han mostrado en la pandemia que estaban preparados.
Bachelet: Condenar la estigmatización y la xenofobia
En sus declaraciones calificó como “horrible” lo ocurrido en los geriátricos o lugares de ancianos, uno de los colectivos más afectados. Manifestó que Naciones Unidas pudiera abrir investigaciones en ese sentido.
«Estoy segura de que algunas comisiones y comités de la ONU deben conducir profundas investigaciones para identificar qué es lo que ocurrió, y hacer las correcciones que sean necesarias en aquellas instalaciones inadecuadas».
La pandemia ha disparado los discursos que incitan al odio contra determinados colectivos. Los sentimientos contra inmigrantes, refugiados, grupos religiosos e incluso contra trabajadores sanitarios se han acentuado en algunas naciones, lo que para Bachelet es inadmisible.
#COVID19 está creando amenazas masivas a los derechos humanos. Asegurar el acceso a la atención sanitaria y a protecciones sociales vitales es esencial para proteger a los más vulnerables.
— Michelle Bachelet (@mbachelet) May 13, 2020
«Si los líderes (políticos) no condenan la estigmatización o la xenofobia suele haber terribles reacciones como ataques a trabajadores sanitarios» o a periodistas críticos. Por una parte «esos trabajadores son aplaudidos y por otra estigmatizados. Y es importante que los líderes vean que el enemigo es el virus, no la gente».
Su intervención la cerró con una reflexión que nos debe llevar a tomar una mayor conciencia de la necesidad de preservar los ecosistemas y la biodiversidad, tal como viene ocurriendo con el tema del cambio climático en tiempos recientes.
«La mayoría de las enfermedades emergentes de los últimos años, no solo la COVID-19 sino también el SARS, el MERS o el ébola, son transmitidas desde animales salvajes al ser humano, por lo que en la respuesta a la pandemia deben tomarse en serio la acción climática, el mantenimiento de la biodiversidad y el respeto a la naturaleza».
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