Millones de animales perecieron, pero un molusco que podría tener 200 millones de años, la babosa rosada, sobrevivió a los incendios en Australia. La superficie de un volcán extinto en el Parque Nacional del Monte Kaputar, en Nueva Gales del Sur, fue el refugio que encontraron para salvarse de la devastación. Los guardaparques las vieron después de las recientes lluvias y así lo confirmó el Servicio de Parques Nacionales y Vida Silvestre del lugar.
En el mundo científico existía una seria preocupación por el futuro de esos particulares moluscos, ya que juegan un importante papel en su ecosistema. Algunos biólogos afirman que antes habitaban en el este del país austral, cuando esa parte del continente estaba formada por selvas tropicales húmedas. Los cambios climáticos comenzaron a secar la región y solo pequeñas áreas se conservaron.
En 2013, luego de intensas lluvias, las babosas rosadas (Triboniophorus aff. graeffei) aparecieron junto con otras especies y el Comité Científico del estado decidió incluirlas en la lista de comunidades ecológicas en peligro.
Su color rosado fluorescente la diferencia del resto de las babosas, así como su tamaño, ya que mide alrededor de 20 cm de largo por seis de ancho. Suelen preferir los ambientes fríos y húmedos, razón por la cual emergen luego de las lluvias. Se cree que se alimentan de otros caracoles, de manera que son calificadas de caníbales. Salen de noche de su escondite para buscar alimento y regresan en la mañana. Por su color pueden llamar la atención y ser presa fácil, pero esta característica puede igualmente atemorizar a sus depredadores.
Su supervivencia es crucial para la de muchos mamíferos
A very important slug. https://t.co/W72vOVZBu9
— Australian Geographic (@ausgeo) February 2, 2020
Kaputar es el hábitat de 20 especies de babosas y caracoles que no se encuentran en ninguna otra parte del mundo. Aunque la babosa rosada sobrevivió a los graves incendios forestales de Australia, los ambientalistas temen que el 90 por cierto de la población murió.
Sus principales fuentes de de alimentación, como hongos, musgo y moho fueron afectados por el fuego, de ahí que el plazo estimado para la recuperación de la población sea de cinco años.
El malacólogo del Museo Australiano Sydney, Frank Köhler, destacó que la mayor amenaza a la babosa rosada son los efectos del cambio climático. “No es probable que puedan adaptarse a un clima que cambie tan rápido. Es más probable que se extingan. […] Un calentamiento de solo dos grados sería suficiente para acabar con toda la comunidad”.
Agregó que su supervivencia es crucial para el medio ambiente porque estas como los caracoles “son la base de todos nuestros ecosistemas. Son la fuente principal de alimento para muchos mamíferos y aves”.
Loa incendios forestales en Australia comenzaron en agosto de 2019 y acabaron con millones de hectáreas de tierra y animales.
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