El Ayuntamiento de la pequeña localidad española de Retortillo improbó esta semana a la empresa minera australiana Berkeley, un contrato para emprender la extracción de uranio en la provincia de Salamanca.
Las autoridades de Retortillo, en la comunidad autónoma de Castilla y León, pronunciaron públicamente su decisión. Negaron autorizar la explotación del valioso recurso. El uranio yace en la inconmensurable llanura de Campo Charro, en el oeste del país.
Berkeley espera una reconsideración
Berkeley comunicó que no ha recibido “ninguna notificación oficial” del Ayuntamiento. Se le negó en lo inmediato la posibilidad de obtener los permisos de concesión.
La compañía señaló que se ha puesto en contacto con el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y el Ministerio para la Transición Ecológica, en procura de una aclaración que aspira que se haga en la brevedad. Y que informará detalles “tan pronto como reciba respuesta” del Ayuntamiento de Retortillo.
A la falta de concreciones, las cotizaciones de las acciones de la empresa en el mercado español se desplomaron la semana pasada en un 27 por ciento.
En 2013 el proyecto había logrado las autorizaciones preliminares. Desde entonces se enfrenta a la oposición de grupos locales y trabas administrativas. La empresa tenía previsto invertir alrededor de 250 millones de euros en el proyecto. Y brindar más de 2 mil 500 empleos directos e indirectos.
El futuro del plan de Berkeley depende ahora de la emisión de una licencia urbanística de construcción local. Y del visto bueno del Ministerio de Transición Ecológica.
El martes la empresa aseguró que mantenía su optimismo para conseguir todos los permisos necesarios que le permitan comenzar a operar.
¿Larga espera?
“La autorización para construir la mina solo es posible cuando el Consejo de Seguridad Nuclear finalce su informe, que está aún lejos de concluir”, aseguró una fuente a Reuters. El proceso se alargaría al menos hasta 2021.
El martes por la mañana la empresa aseguró que seguía “optimista” con poder conseguir todos los permisos.
Otras decisiones están en manos del Gobierno español.
La explotación de la mina podría convertirse en la única y más importante obra de extracción de uranio de España a cielo abierto.
Empero, la agencia de noticias Reuters supo que además el Ejecutivo de Pedro Sánchez no desea otorgar el visto bueno a Berkeley.
La empresa sigue peleando el informe favorable del Consejo de Seguridad Nuclear. Aunque una decisión favorable podría demorarse hasta el primer semestre de 2019.
Para Retortillo el uranio no lo es todo
La economía de Retortillo se sustenta principalmente en los en los cultivos de vid y trigo. Así como en la cría de ganados porcino, vacuno y ovino.
La mina está en una zona protegida en las redes ZEPA. Esta se contempla en Zona de Especial Protección para las Aves. Y LIC, que es Lugar de Importancia Comunitaria. La explotación de uranio ha generado controversias, tanto en la localidad como en toda la zona circundante.
La compañía señala que se ha puesto en contacto con el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y el Ministerio para la Transición Ecológica. Procura una “aclaración inmediata”, Anunció que informará “tan pronto como reciba respuesta”. A falta de concreción, la empresa se desplomaba un 27% en su cotización en el mercado español. Es la peor en el mercado. La empresa pidió la suspensión de sus cotizaciones en Australia.
El proyecto consiguió las autorizaciones preliminares en 2013. Pero desde entonces se enfrenta a la oposición de diferentes grupos locales y trabas administrativas. Según los planes publicados, la empresa pensaba invertir 250 millones de euros y dar empleo a más de 2.500 personas de forma directa o indirecta.
El proyecto depende de una licencia urbanística de construcción local y de otra de la autoridad nuclear para construir la planta de tratamiento radioactivo. Esta autoridad depende a su vez del Ministerio de Transición Ecológica.
“La autorización para construir la mina solo es posible cuando el Consejo de Seguridad Nuclear haya finalizado su informe, que está aún lejos de concluir”, asegura la fuente. “En total, el proceso se alargaría al menos hasta 2021”, apuntan fuentes de Reuters.
El martes por la mañana la empresa había asegurado en una conferencia con inversores que seguía “optimista” con poder conseguir todos los permisos necesarios para que comience a operar.
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