El ayuno es una práctica controversial cuando se trata de medir sus efectos sobre la salud. Desde beneficios espirituales hasta contribuir con la pérdida de peso, últimamente el ayuno ha tenido protagonismo como un método para mejorar la salud y el bienestar. Sin embargo, científicos y nutricionistas difieren y ponen un alerta sobre este tipo de dieta.
Los abanderados del ayuno aseguran que contribuye a la pérdida de peso, estabilización de la tensión, reducción del nivel de glucosa y colesterol, mejora del bienestar emocional y reducción de dolores inflamatorios. Asimismo, un estudio en ratas realizado por Mark Mattson, director del Laboratorio de Neurociencias del Instituto Nacional para el Envejecimiento de Estados Unidos, da evidencias de que ayunar puede ayudar a rejuvenecer las células.
Para llegar a estas conclusiones, Mattson descubrió que las ratas que comen un 35% menos de lo habitual, ganan 30% de esperanza de vida y presentan una bajada notable en el padecimiento de enfermedades. Sin embargo, también hay otros estudios de universidades, como la Universitat Pomepu Fabra (Barcelona), que se oponen a estos hallazgos, así como a otros “estudios” de dudosa metodología.
Los efectos del ayuno
Entre las modalidades del ayuno más recomendadas está el ayuno intermitente, de 12 horas, o por ejemplo, la dieta 5:2, que propone comer cinco días a la semana y ayunar dos. Asimismo, algunos hablan de ayuno prolongado de entre 7 y 10 días, una vez al año. Y todas estas modalidades pueden impactar negativamente a la salud.
Gabriel León, licenciado en nutrición deportiva y asesor de atletas olímpicos, asegura que el “ayuno prolongado es algo que no está recomendado bajo ninguna circunstancia”. León explica que, al hablar de ayuno intermitente, el hombre puede tolerarlo más que la mujer, ya que no comer “suele disparar los niveles de cortisol” y esto puede depender de la menstruación.
Además, León asegura que el ayuno prolongado provoca una “pérdida de masa muscular realmente importante” lo que, si se hace con frecuencia, hace que sea más difícil recuperarla y puede ocasionar problemas en la tercera edad. “También impacta negativamente en el sistema inmunológico y si es de varios días hasta puede generar gastritis”, indica el nutricionista.
Por otro lado, algunas personas recomiendan el ayuno por razones espirituales o religiosas. “Se puede hablar de la espiritualidad, pero científicamente hablando y con estudios realizados en universidades, no hay razones para recomendar un ayuno. Salvo que se padezca alguna patología y haya que descansar el colon, pero en ese caso hay que consultar con un nutricionista”, concluye León.
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