Si tienes que viajar mucho en coche, ya sea por trabajo o porque te gusta visitar lugares interesantes, recuerda que siempre hay que revisar el vehículo. Las bajas temperaturas en invierno y demasiado altas en verano pueden hacer que algunas piezas se rompan con el riesgo que puede suponer para el conductor. Por ejemplo, hay que comprobar que los neumáticos o las lunas del coche estén en perfecto estado.
Es fundamental que lleves las revisiones al día para prevenir cualquier problema y también que estés atento a cualquier tipo de problema que pueda ser la causa de una avería en el futuro. Durante el viaje podemos sufrir alguna avería en los neumáticos, en las correas o podemos encontrarnos con una pequeña fisura en el parabrisas que nos tendrán que reparar en un taller de lunas de la zona lo antes posible.
El mantenimiento del vehículo es siempre necesario, pero si solemos hacer trayectos largos en nuestro coche debe ser una prioridad. Os vamos a contar cuáles son las averías de coche más frecuentes que se suele tener en un viaje para que no tengáis ninguna sorpresa desagradable durante el trayecto.
Problemas con los neumáticos
Los neumáticos suelen ser uno de los elementos que más se estropean si se realizan trayectos largos. Por ejemplo, el calor desgasta habitualmente los neumáticos y si vamos a conducir 600 kilómetros hasta llegar a nuestro destino todavía se deteriorarán más. En la revisión tienen que comprobar que los neumáticos no están desgastados, que no suponen ningún peligro y que tienen la profundidad suficiente para no hacer aquaplaning en el caso de que llueva demasiado.
Mal funcionamiento del aire acondicionado
Si utilizamos mucho el aire acondicionado en nuestros trayectos de verano, podemos encontrarnos con la desagradable sorpresa de que se nos estropee en medio del viaje. Las tuberías del aire acondicionado del vehículo se suelen estropear si se usa demasiado tiempo seguido. Además, pueden surgir fugas con lo que se vaciará el depósito y la consecuencia será que dejará de funcionar de repente.
Fallos en la refrigeración del motor
Otra de las averías más frecuentes en los coches es que falle la refrigeración del motor. Hay que revisar que la temperatura no está subiendo demasiado y que funciona el electroventilador. Lo mejor si no sabes valorar la gravedad de la avería es consultar en ruta con un especialista para que nos revise la refrigeración y si es necesario ir a un taller.
La batería no funciona
También se puede estropear la batería en ruta, incluso cuando el coche ha arrancado antes de salir de casa. En algunas ocasiones si está muy deteriorada al estar utilizando las luces o el aire acondicionado durante un viaje largo, hay la posibilidad de que deje de funcionar de repente. El problema es que no podríamos seguir el viaje y tendríamos que llamar a una grúa para que se lleve el coche a un taller próximo.
Una fisura en una luna
Los cristales del coche tienen que estar en perfecto estado antes de salir de viaje. Revísalos antes de emprender cualquier trayecto y si ves cualquier fisura por pequeña que sea, acude a tu taller de lunas para que lo reparen. También se puede dar el caso de que salte una pequeña piedra al parabrisas mientras realizamos cualquier trayecto. Si la rotura es pequeña, podemos proseguir con mucho cuidado nuestro viaje hasta el taller más cercano, pero si es bastante considerable, lo mejor será esperar una grúa antes de proseguir con el viaje. Un parabrisas roto puede limitar la visibilidad del conductor del vehículo y aumentar la posibilidad de sufrir un accidente.
Problemas con el alternador
Por último, también es frecuente que se estropee el alternador que es la pieza que se encarga de hacer que la batería se cargue. Si se usa demasiado en los viajes se puede romper y esto podría también suponer que se pueda dañar la correa que lo mueve. Por eso llevar a nuestro coche a las revisiones necesarias es siempre una buena decisión.
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