La aviación aborda uno de los retos más formidables que hoy presenta la sostenibilidad y avanza hacia la descarbonización con el objetivo de alcanzar la neutralidad climática en 2050, para lo que requerirá de todas las opciones estratégicas y soluciones tecnológicas disponibles. Actualmente, la aviación, según Our World in Data, representa entre el 2% y el 3% de las emisiones de CO2 globales, por debajo de otros sectores como el de internet o la industria textil. Sin embargo, sí es uno de los sectores más difíciles de descarbonizar. Por todo ello, la industria trabaja para avanzar en soluciones que permitan mitigar su impacto.
En este sentido, se desarrollan medidas y acciones en diferentes ámbitos que permitan una mejora en la eficiencia de las operaciones, como la optimización de las trayectorias de vuelo y, sobre todo, en la escalabilidad de tecnologías, como los combustibles de aviación sostenibles (SAF por sus siglas en inglés). Este tipo de combustible contribuye a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en un 80% con respecto a los carburantes tradicionales, y ofrece una alternativa que se puede utilizar en los motores de los aviones actuales sin necesidad de modificaciones.
No obstante, actualmente los vuelos usan un porcentaje muy bajo de combustible sostenible y, para hacer realidad su potencial, será necesaria una promoción activa, además de incentivos y reglamentación adecuados, puesto que hoy los niveles de producción de este tipo de fueles todavía están muy lejos de poder cubrir la demanda.
El Parlamento Europeo ha aprobado un cambio normativo que obliga a los aviones que utilicen los aeropuertos de la Unión Europea (UE) a usar al menos un 2% de combustible sostenible, tales como biocombustibles avanzados o hidrógeno renovable en 2025, aumentando hasta un 70% en 2050. A partir de 2025, la UE pondrá en marcha una etiqueta para evaluar y regular el comportamiento medioambiental de los vuelos. Este sello mostrará la huella de carbono del trayecto estimada por pasajero y la eficiencia de CO2 calculada por kilómetro.
NET ZERO. En junio de 2022, Vueling realizó un vuelo entre Barcelona y Lyon en el que las emisiones de CO2 se redujeron en un 72%. Este hito histórico se logró gracias a la conjunción de tres líneas de acción de la compañía: una trayectoria de vuelo optimizada gracias a la coordinación con con los gestores del espacio aéreo dentro de la iniciativa ALBATROSS, un programa del Cielo Único Europeo; el combustible sostenible producido por Repsol a partir de residuos y la eficiencia proporcionada por un Airbus A320neo de nueva generación.
La norma europea, conocida como RefuelEU, busca que el sector de la aviación contribuya al objetivo de reducir las emisiones de CO2 en un 55% en 2030 respecto a 1990 y alcanzar la neutralidad climática a mitad de siglo. En concreto, las aeronaves tendrán que emplear al menos un 2% de esos combustibles en 2025, un 6% en 2030, un 20% en 2035, un 34% en 2040, un 42% en 2045 y un 70% en 2050. Tendrán también que cargar combustibles sintéticos o e-fuels, empezando con un 1,2% en 2030 y llegando al 35% en 2050.
TIPOLOGÍAS DE SAF
Los combustibles sostenibles de aviación pueden ser de origen orgánico o bien sintéticos. En el primer grupo se englobarían aquellos carburantes producidos a partir de residuos agrícolas o forestales – incluso de los huesos de aceitunas–, aceites usados o plásticos, las algas, los biorresiduos, determinadas grasas animales. Además, el combustible sostenible no puede ser obtenido de plantaciones que compitan con la alimentación humana o a partir de la destrucción forestal, y tampoco es posible que su proceso de fabricación haga un uso intensivo de agua potable.
En cuanto al SAF sintético, este se produce a partir de CO2 capturado de la atmósfera e hidrógeno verde, que podría permitir una reducción de emisiones de hasta un 100%. Precisamente el SAF sintético es el que se posiciona como la mejor solución.
UNA FLOTA EFICIENTE. Vueling apuesta por la eficiencia de su flota con aeronaves con motores de nueva generación. La aerolínea ha reducido el peso de sus aviones con medidas como la digitalización de la documentación a bordo y el uso de trolleys más ligeros. Así es posible reducir el consumo de combustible un 20%.
ADEMÁS DEL SAF
Junto al uso de combustibles sostenibles, otras medidas que se están trabajando y que contribuyen a reducir el impacto de las emisiones son la reducción del peso a bordo con el uso de trolleys más ligeros, la digitalización de la documentación o la optimización de las maniobras en tierra, entre otras. Por ejemplo, durante el rodaje del avión hacia la pista, antes de iniciar el despegue, se utiliza solo un motor lo que permite ahorrar combustible. Asimismo, se está trabajando en el desarrollo de sistemas de propulsión eléctrica, que se instalarían en los aviones para que estos no necesiten encender sus motores de propulsión mientras se mueven desde la puerta de embarque hasta la pista.
Además, se está trabajando en la mejora de la eficiencia del espacio aéreo, donde la digitalización asume un papel crucial a la hora de establecer trayectorias de vuelo lo más eficientes posibles, aprovechando los vientos, por ejemplo.
EL COMPROMISO DE VUELING
IAG, el grupo al que pertenece Vueling, se ha comprometido a través de su programa Flightpath Net Zero – que prevé alcanzar las cero emisiones netas en 2050– a utilizar un 10% de SAF en 2030, prácticamente el doble de lo requerido por la regulación europea para ese año, un 6%.
Vueling fue la primera aerolínea low-cost en ofrecer SAF a sus clientes y es la única en suministrar SAF cada día desde el aeropuerto de Barcelona. En noviembre de 2021, de la mano de Repsol, realizó su primer vuelo con combustible de origen sostenible en la ruta entre Barcelona y Sevilla. Desde junio de 2022, la aerolínea, en alianza con Avikor, ofrece a sus clientes la posibilidad de mitigar el impacto de su huella de carbono al volar a través de una aportación voluntaria en el momento de la compra de su billete, que la compañía iguala y con la que se suministra SAF en el mismo día del vuelo.
Para impulsar el desarrollo de una aviación sostenible y descarbonizada, en Vueling se han formalizado diferentes alianzas: con Repsol y Cepsa, para implementar la producción y uso de SAF; con la Fundación Greennova, en el despliegue de tecnología para la captura de CO2 de la atmósfera, y con la Red Española de Hidrógeno y el Valle del Hidrógeno en Cataluña, para incrementar la producción de hidrógeno verde usado.
Asimismo, Vueling colabora con gestores del espacio aéreo como ENAIRE y Eurocontrol para conseguir que las trayectorias de vuelo sean lo más eficientes posibles, lo que contribuirá a reducir el consumo de combustible en estos vuelos aproximadamente en un 10%.