El plástico está en todas partes, desde nuestros teléfonos móviles hasta suéteres y zapatos. Dependemos de ello. Es una adicción poco saludable. El plástico es un peligro no solo para el medio ambiente, sino también para la salud humana y animal. Pero gracias a una empresa de los Países Bajos, ya es una realidad el uso de materiales renovables, como los azúcares vegetales, en la fabricación de productos como el plástico, sin emplear los combustibles fósiles.
Esta empresa tecnológica, con sede en Amsterdam, está dando mucho de qué hablar. Desde sus inicios, el solo esbozo de su proyecto ganó la aceptación de inversores. Motivados, desembolsaron recursos para que esa idea naciente de sostenibilidad ambiental fuera una realidad.
Innovación a favor del ambiente
Hoy cuenta con laboratorios de I + D y tres plantas piloto en Geleen y Delfzijl, Países Bajos, para la producción y comercialización de tecnologías innovadoras. Avantium fabrica un nuevo plástico, a partir de azúcares vegetales en lugar de petróleo o sus derivados. Parece un acto de magia. Pero lleva implícito un arduo proceso de investigación.
La tecnología que emplea es la llamada YXY®, pionera en el mundo. Su producto principal es el PEF o furanoato de polietileno. Un material plástico novedoso, reciclable y degradable de origen vegetal (azúcares de maíz, trigo o remolacha) los cuales se dividen en estructuras químicas.
Además, tiene un enorme potencial en los sectores de envases de bebidas y alimentos, textiles y películas. Son mercados en crecimiento valorados en de más de 200 mil millones de dólares.
Las firmas Carlsberg y Coca Cola prevén embotellar algunas de sus cervezas y refrescos en este material de origen vegetal. Y la francesa Danone estima igualmente apelar al uso del PEF, para abordar en el futuro el daño ambiental causado por la contaminación plástica.
Asimismo, esta tecnología permitirá fabricar envases que se degradarán en tan solo un año y podría reducir drásticamente una de las principales formas de contaminación ambiental.
Avantium y el plástico vegetal
Gobiernos, bloques regionales, organizaciones mundiales y ONG se dan a la tarea de concienciar sobre los daños ambientales del plástico. De la trágica situación de los océanos convertidos en vertederos de desechos. De la muerte marina, de los ataques a la biodiversidad.
Avatium señala que en el mundo se producen al año unos 300 millones de toneladas de plástico a partir de combustibles fósiles, los cuales suponen una importante contribución a la crisis climática. La mayor parte de ese plástico no se recicla y contamina los mares con residuos que pueden tardar siglos en descomponerse por completo.
“Este nuevo plástico vegetal es suficientemente resistente como para botellas de este material contengan bebidas carbonatadas. Tiene credenciales de sostenibilidad medioambiental muy atractivas. No utiliza combustibles fósiles y puede reciclarse. Incluso, se degradaría en la naturaleza mucho más rápido que los plásticos normales”, dijo Tom van Aken, director ejecutivo de la empresa.
Al mismo tiempo señaló, que “el proceso de fabricación tendrá lugar en una biorefinería, donde se dividirán los azúcares provenientes de plantas de cultivos sostenibles en una estructura química más simple. Luego se podrán reorganizar para conformar el nuevo plástico a base de plantas. Esta presentación podría llegar a los estantes de los supermercados en forma de envases y botellas en 2023”.
Así como Avantium ha logrado producir plástico de azúcares vegetales, acaba de otorgar a la empresa de madera Kebony el derecho a utilizar sus tecnologías para productos futuros, igualmente sostenibles
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