Australia es uno de los países más grandes y de mayor biodiversidad del globo, pero no exento de registrar especies en peligro e incluso, en vías de extinción. El gobierno de Australia planea convertir un área del tamaño de Alemania, en el Océano Austral en una zona protectora marina. Su propósito es salvaguardar el futuro de millones de pingüinos, focas y aves marinas en la isla Macquarie y administra mejor ese completo ecosistema.
La isla deshabitada se encuentra en el océano Pacífico meridional, a medio camino entre Australia y la Antártida. Políticamente forma parte del estado australiano de Tasmania. Además, es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1997 y abarca un área protegida de 12.785 hectáreas. Alberga hasta 100.000 focas y unos 4 millones de pingüinos, incluido el pingüino real, que no se encuentra en otro lugar del mundo.
Asimismo en sus costas habitan varias especies de albatros, entre ellos el albatros de cabeza gris en peligro de extinción. Y una gran cantidad de vida marina que visita sus aguas, incluyendo las ballenas. Así como de una amplia biodiversidad de corales marinos.
La ministra de Medio Ambiente, Tanya Plibersek, anunció que el gobierno quiere triplicar el tamaño del parque marino de la isla Macquarie. Describiéndolo, con entusiasmo e impulso, como una contribución globalmente significativa a la conservación marina que pondría 388.000 kilómetros cuadrados bajo alta protección.
“El parque marino de la isla Macquarie es un paraíso remoto de vida silvestre, un hábitat crítico para millones de aves marinas, focas y pingüinos”, señaló Plibersek. “Expandir y aumentar la protección de las aguas que rodean la isla Macquarie nos permitirá administrar mejor este importante ecosistema para el futuro”.
Australia amplía zona protectora marina
La isla Macquarie es la única en el mundo compuesta enteramente de corteza oceánica y rocas del manto, muy por debajo de la superficie terrestre. Proporciona evidencia de los tipos de rocas que se encuentran a grandes profundidades en la corteza terrestre y de la tectónica de placas y la deriva continental: los procesos geológicos que han dominado la superficie terrestre durante millones de años.
Es un sitio de gran importancia para la geoconservación y uno de los lugares verdaderamente notables de la tierra. También en un refugio de alimentación y reproducción para aves marinas, pingüinos y focas.
La franja de tierra de 34 km de largo y las aguas circundantes son hábitat de especies que incluyen pingüinos reales, pingüinos de penacho amarillo del sur, lobos marinos subantárticos, elefantes marinos del sur, albatros de ceja negra y petreles grises.
El gobierno abrirá la propuesta para consulta pública y dice que el plan permitirá la continuación de la pesquería de bacalao pequeño. Plibersek detalló que la expansión del parque aumentaría la cantidad de zona protectora marina en los océanos de Australia al 48,2%.
El plan se alinea con la promesa del gobierno de proteger el 30% de la tierra de Australia y el 30% de los océanos del país para 2030.
«Nuestra propuesta es que las aguas alrededor de la isla Macquarie, toda la zona económica exclusiva, se conviertan en un parque marino», precisó.
El anuncio fue bien recibido por los conservacionistas: «Si se aprueba, proporcionará un refugio para ayudar a las especies icónicas de la isla a adaptarse al clima cambiante», dijo Emily Grilly. Gerente de conservación antártica de WWF-Australia.
“Es una contribución importante a la conservación en los océanos del hemisferio sur”, agregó. “Una región donde los impactos dramáticos del cambio climático pueden amenazar la vida silvestre”.
Contentos y descontentos
Fiona Maxwell, gerente nacional de océanos de Pew Charitable Trusts, comentó que el parque marino original se estableció en 1999 y que 24 años después estaba atrasado su renovación. La propuesta “garantiza que la región obtenga el nivel de protección que merece”.
Mientras, Tooni Mahto, director de campañas de la Sociedad Australiana de Conservación Marina, dijo que la expansión de la zona protectora marina en Australia sería «una importante contribución a los esfuerzos internacionales para conservar el Océano Austral».
La rica vida silvestre del océano luchaba por adaptarse al rápido cambio causado por el aumento de la temperatura de sus aguas y otras amenazas como la pesca, adicionó.
Contrariamente la industria pesquera manifestó que estaba preocupada por la propuesta. Y Seafood Industry Australia la describió como «una captura de océanos financiada por activistas internacionales sin base científica. Diseñada para empañar la pesquería de merluza negra gestionada de manera sostenible».
Según la ministra, las aguas también albergan una pesquería operada por dos empresas que capturan la costosa y exclusiva merluza negra patagónica. Y «opera con las mejores prácticas mundiales para reducir la captura incidental». La propuesta del gobierno permite que la pesca continúe en las áreas en las que operan actualmente las empresas, y también deja espacio para que la industria se mueva o se expanda.
Pero las aguas circundantes estarían fuera del alcance de toda pesca.
Veronica Papacosta, directora ejecutiva de Seafood Industry Australia, dijo que la propuesta dejaba de lado a la industria pesquera y que el gobierno había sido «secuestrado» por un grupo ambientalista.