La caída que se viene ocurriendo en la población de abejas es una preocupación global. Desde los Estados Unidos llegan buenas noticias. De acuerdo con los reportes oficiales están registrando números récord en la población de abejas melíferas. Al parecer han encontrado una fórmula para recuperarla. Aunque las cifras desconciertan a los expertos quienes sostienen que el peligro sigue.
La expansión agrícola global ha llevado a una pérdida significativa de hábitat para las abejas, exacerbada por el uso de pesticidas que dañan su flora esencial. El cambio climático, con su aumento de temperaturas, ha causado la muerte de muchas colonias y ha desplazado a otras de sus zonas habituales.
La introducción de especies foráneas para la polinización de cultivos específicos ha traído consigo patógenos que desencadenan pandemias en estas poblaciones. A pesar de su papel crucial como polinizadores de la mayoría de las especies de nuestro planeta y nuestros cultivos, los estudios indican una tendencia descendente en la diversidad de abejas a nivel mundial, lo que genera preocupación por el futuro de estos polinizadores esenciales.
De las 20.000 especies de abejas existentes, muchas son responsables de la polinización del 85% de los cultivos y frutas a nivel global. Sin embargo, en las últimas décadas, la cantidad documentadas en la naturaleza ha disminuido a nivel mundial: un cuarto de las especies no se ha observado desde los años 90.
Estados Unidos sorprende con 3,8 millones de abejas
El último Censo de Agricultura de EE UU revela un crecimiento sin precedentes en la población de abejas melíferas. Con casi un millón de colonias añadidas en los últimos cinco años, alcanzando un total de 3,8 millones. Desde 2007, las abejas melíferas han sido el segmento ganadero de más rápido crecimiento en el país. Sin contar las abejas silvestres que superan en número a las domesticadas.
Pero, el informe anual sobre la miel del Servicio Nacional de Estadísticas Agrícolas muestra que las colonias de abejas están disminuyendo. Stan Daberkow, economista jubilado del Departamento de Agricultura, aclara que tanto el informe sobre la miel como el Censo Agrícola tienen limitaciones. El primero se centra en explotaciones con cinco o más colmenas, mientras que el censo incluye todas las granjas.
La definición de “explotación”, cualquier parcela de tierra que venda al menos 1.000 dólares en productos agrícolas al año, no ha cambiado desde 1975. Con la inflación y el aumento de los precios de la miel, las tasas de polinización y los precios de las colmenas, más aficionados se están convirtiendo en “agricultores”. Estos nuevos apicultores podrían ser incluidos en el próximo informe sobre la miel, lo que podría presentar un panorama más positivo para el próximo año.
Cambios en Texas
El economista Stan Daberkow, que trabajó en el Departamento de Agricultura hasta su jubilación en 2008, expresa cierto escepticismo sobre los recientes datos del censo de abejas. A pesar de los precios de la miel menos que ideales, el crecimiento probablemente se ha producido en explotaciones más pequeñas. Un sector que el USDA se esfuerza por localizar para el censo. De hecho, el censo muestra un aumento del 160% en el número de explotaciones con colonias de abejas desde 2007, superando el crecimiento de la producción de miel y el recuento de colonias.
Texas ha experimentado un auge en la producción de miel, pasando de ser el sexto estado con más explotaciones apícolas a superar a los 21 estados restantes combinados. Los mayores aumentos se observaron en el norte de Texas, una región que tradicionalmente no se consideraba un semillero de miel.
Los apicultores de Texas atribuyen el auge de las abejas a una razón clara: las exenciones fiscales agrícolas. En 2012, se promulgó una nueva ley que permite a las parcelas de cinco a 20 acres beneficiarse de exenciones fiscales si crían abejas durante cinco años. En los años siguientes, los 254 condados de Texas adoptaron normas apícolas que exigían un mínimo de seis colmenas en cinco acres, más una colmena adicional por cada 2,5 acres adicionales, para ser elegibles para la desgravación fiscal. Estas exenciones han convertido la apicultura en Texas en un gran negocio.
California es la Meca
A pesar de su creciente número de pequeños productores, Texas ocupa el sexto lugar en colonias de abejas. El verdadero epicentro del auge apícola se encuentra en California. Alberga más de cuatro veces más abejas que cualquier otro estado. Según Brittney Goodrich, experta en polinización de la Universidad de California en Davis, la polinización del cultivo de almendras de California requiere la mayoría de las colonias de abejas melíferas de EE. UU. cada año.
Cada febrero y marzo, unos 170 millones de almendros participan en un gran acto sincronizado de reproducción. Posible gracias a las abejas. El valor total de la polinización en Estados Unidos ha aumentado significativamente, con las almendras generando más de 200.000 dólares en 2017 y superando los 300.000 dólares en 2022.
La polinización, no los precios de la miel, ha impulsado la industria apícola moderna, siendo la polinización del almendro responsable de 4 de cada 5 dólares gastados en ayudas a la fertilidad de las abejas en Estados Unidos. La superficie dedicada a la almendra en el país se ha duplicado desde 2007. Generando un aumento en la población de abejas. Algunas almendras se polinizan a sí mismas, aunque son una pequeña minoría.
Abejas de Estados Unidos siguen amenazadas
La reducción de las poblaciones de abejas es un problema mundial, con descensos observados en varias regiones, especialmente en Norteamérica y Europa. Debido al Trastorno de colapso de las colonias, un síndrome caracterizado por la desaparición de las abejas obreras, en Estados Unidos se ha producido una pérdida de entre el 30% y el 40% de las colonias de abejas melíferas gestionadas desde 2006. A pesar de un aparente récord en el número de abejas melíferas, no se ha superado el colapso de las colonias.
Hasta abril de 2023 los apicultores habían perdido casi la mitad de sus colonias en el año. La gestión agresiva, como la división frecuente de colmenas y la sustitución anual de reinas, ha compensado esas pérdidas. Sin embargo, puede no ser beneficioso para las abejas en general. Las abejas melíferas domesticadas amenazan a las 4.000 especies de abejas autóctonas de Norteamérica, cerca del 40% en riesgo de extinción. Según Eliza Grames, entomóloga de la Universidad de Binghamton, todos los insectos, incluyendo los polinizadores, están en declive, con una pérdida anual del 1-2%. Las mismas fuerzas que colapsan las colmenas controladas, diezman a las abejas autóctonas.
Mace Vaughan, de Xerces, una organización de conservación de insectos sostiene que no es un juego de suma cero. Limitar el uso de insecticidas y fomentar hábitats como praderas, setos y humedales puede beneficiar a todos los polinizadores. En su opinión la mejor forma de apoyar tanto a las abejas melíferas como a los apicultores -y la forma de salvar a los polinizadores autóctonos- es salir y crear un hermoso hábitat rico en flores en su granja o en su jardín.