Por Cambio16
10/05/2018
Las alarmas llevan años encendidas, pero ahora la amenaza es más aguda que nunca. El aumento de la temperatura oceánica sitúa en peligro máximo a las criaturas marinas y la biodiversidad. De hecho, los últimos estudios apuntan que las reservas marinas más grandes y más protegidas del mundo podrían no aguantar el impacto del cambio climático. En este sentido, Australia ya accionó un plan para contrarrestar el daño infringido en la Gran Barrera de Coral.
Una investigación publicada en la revista Nature, indica que a medida que el agua del mundo se calienta, ese calor llegará a zonas protegidas. La temperatura será tan alta que los animales que viven en esos espacios marinos no podrán tolerarla. La extinción de centenares de especies está en vilo. Si el efecto invernadero continua creciendo al ritmo actual, para el año 2100 las temperaturas de la superficie marina subirá 2.8 centígrados. «Con el calentamiento de esta magnitud, esperamos perder muchas, si no la mayoría, especies de animales en áreas marinas protegidas para el cambio de siglo». Son las declaraciones de John Bruno, biólogo de la Universidad de Carolina del Norte-Capilla Colina y autor principal del estudio.
Osos y corales: los primeros en desaparecer
Según la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCAMLR), en 2008 se establecieron más de cinco mil áreas marinas protegidas (AMP). Estas zonas protegían cerca del 5,9% de las aguas de jurisdicción nacional y, aproximadamente, 0,5% de las aguas de alta mar. A pesar de estos esfuerzos, los santuarios para osos polares y los arrecifes de coral serían los primeros en perder la batalla con el aumento de la temperatura oceánica.
Los animales silvestres acuáticos se han visto amenazadas por actividades desproporcionadas del ser humano. La pesca indiscriminada y la extracción del petróleo son los principales verdugos. Por ejemplo, en el Florida Keys National Marine Sanctuary, una importante cantidad de coral ha sido destruido por blanqueamiento y enfermedades relacionadas al calentamiento del agua. También influye la desoxigenación y la acidificación.
Por otra parte, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) enfatizó que la población de osos polares caerá 30% en los venideros 35 o 40 años. Solo quedan entre 22.000 y 31.000 osos polares en el mundo.
El optimismo desciende
Para 2020 las Naciones Unidas pretenden proteger el 10% de las aguas del océano. Pero el empeño podría no valer la pena. Los investigadores señalan que «hay pocas soluciones viables para proteger la biodiversidad marina a largo plazo». Las esperanzas se reducen al propósito de disminuir las emisiones de gas invernadero. «Vemos la muerte de peces y la desaparición del coral debido a 0.7 grados de calentamiento. El incremento de tres grados sería simplemente una aniquilación», enfatiza Bruno.
Actualmente hay 8.236 AMP y el aumento de la temperatura oceánica las afectaría a todas. De todo ese lote, solo 309 prohíben la pesca. Los científicos del estudio simularon las temperaturas y concentraciones de oxígeno en las zonas marinas protegidas. Descubrieron que bajo un «escenario normal» 99% de las AMP aumentarían dos centígrados para 2100.
«Tenemos que dar pasos audaces individualmente y como sociedad para controlar las emisiones. Alejarnos de nuestra dependencia de los combustibles fósiles sería un gran paso en la dirección correcta. La estabilización de las emisiones en las próximas décadas reduciría la tasa de calentamiento a la mitad». Es lo que sostiene Richard Aronson, jefe del departamento de ingeniería marina y ciencia marina de Florida Tech.
Terry Hughes, director del Centro de Excelencia del Consejo Australiano de Investigación para Estudios de Arrecifes de Coral, teme por los efectos físicos en los animales. «El aumento de la temperatura oceánica pondrá a prueba la fisiología de las especies marinas». Pero quizá la opinión más alentadora proviene de Lance Morgan, presidente del Marine Conservation Institute. «Vale la pena conservar la esperanza, incluso cuando las predicciones nos exigen ser cínicos y pesimistas. No todo morirá con el cambio climático«. Además, indica que una de las soluciones más efectivas es aumentar la conectividad de las AMP y proteger el 30% del hábitat oceánico.
Intoxicaciones marinas
Científicos gallegos, ingleses y estadounidenses presentan un estudio relacionado con el aumento de la temperatura oceánica y las infecciones por ingerir mariscos. Resulta que la bacteria Vibrio parahaemoluticys se está convirtiendo en una epidemia en los mariscos. Los casos por intoxicación suben dramáticamente, principalmente en Galicia, según ABC. La investigación fue publicada en la revista Emerging Infectious Diseases. En resumen, el calentamiento del agua marina es un «factor fundamental» para el desarrollo de este tipo de cepas bacteriológicas.