Civiles, diputados o militares, la lista de presos y procesados por motivos políticos en Venezuela creció a más de 3.200 indistintamente, en medio de la peor crisis bajo el régimen de Nicolás Maduro en casi 20 años.
El aparato judicial puede hacer variar la cifra según la conveniencia política. Son “fichas” del poder para aumentar su capacidad de negociación, aseguran abogados especialistas en derechos humanos.
Crece la cifra
Desde enero de 2014 hasta el 17 de mayo de 2019, 859 personas están presas por motivos políticos, cifra certificada por la OEA el 13 de mayo, según el reporte de la ONG venezolana Foro Penal. A abril de 2014 había 117.
Certificamos lista de presos políticos en #Venezuela del @ForoPenal #OEAconVzla https://t.co/mra1ZZUooS
— Luis Almagro (@Almagro_OEA2015) May 13, 2019
El número acumulado es de 3.078 presos políticos. Del total, 2.219 personas fueron excarceladas bajo diversas modalidades.
844 civiles están a la orden de tribunales militar, violando el principio del juez natural.
El informe da cuenta de 8.479 personas que están procesadas arbitrariamente.
Solo en 2019 fueron arrestadas 2.053 personas, de las cuales 805 están detenidas, afirma el Foro Penal. El sector castrense no se queda atrás.
Para realizar tu denuncia al Foro Penal comunicate al Centro Nacional de Denuncias e Información https://t.co/4vtgqPA8s0 o por los teléfonos:
0412-556-8211
0412-556-8212
0414-269-4287 pic.twitter.com/YLoMlSV7pd— Foro Penal (@ForoPenal) April 30, 2019
El general retirado Eduardo Caldera reporta 152 oficiales y suboficiales activos presos y 14 con medidas cautelares, por motivos políticos, en los últimos 5 años.
“Hay 30 más desde el 30 de abril”, señaló el miembro del Frente Institucional y otras organizaciones. Sin embargo, una lista enviada por la AN a la OEA registra 193. El dato no fue oficializado.
La “utilidad” del preso político
En Venezuela la pregunta no es por qué, sino para qué está detenido un preso político, afirma Gonzalo Himiob, directivo del Foro Penal.
En muchos casos se les achacan delitos comunes, pero pronto se descubre para qué.
“Tenemos registrados presos políticos que han sido categorizados como tales porque son individuos que estimulan movilizaciones y el poder necesita neutralizar”. Los emblemáticos son Leopoldo López, indultado por Juan Guaidó; y Antonio Ledezma, ex alcalde metropolitano.
También hay presos y perseguidos porque pertenecen a un grupo político o social que el poder quiere controlar.
“Son personas que en lo individual no representan amenaza, pero al poder le interesa mandarle un mensaje al grupo al que pertenecen y desea controlar; y las detienen”.
Un caso paradigmático es la juez María Lourdes Afiuni, pero los clásicos son estudiantes, comunicadores sociales.
La tercera categoría son los “presos de propaganda”, según Himiob.
“El poder busca culpables de hechos que se deben a la falta de políticas públicas”. Las crisis inmobiliaria, de harina de trigo, de casas de bolsa, del sector salud y del eléctrico, por ejemplo, dejaron cientos de agentes, panaderos, corredores, médicos y técnicos detenidos.
“El poder en vez de solucionar los problemas alega sabotaje, conspiración, complot y apresa a personas para inculparlos de lo que es realmente culpable el poder, ante una mala política pública”.
Pero el grueso de los presos políticos son jóvenes y manifestantes contra el régimen.
“Fichas” de negociación
Y con la velocidad que detienen a los presos políticos, los sueltan.
Entre 2017 y 2018 fueron excarcelados más de 40 presos políticos. Entre ellos el activo opositor Vilca Fernández y el general antichavista Ângel Vivas, entre ellos.
“Eso demuestra que para el poder los presos políticos son fichas canjeables en momentos de negociación y diálogo”, refiere el abogado del Foro Penal.
En el foro judicial se asocia la “escapada” de Iván Simonivis con el diálogo de las partes en Noruega.
“Desde el Foro Penal siempre nos hemos opuesto a que se abra un compás de diálogo sin antes liberar a todos los presos políticos porque están convirtiéndolos en cosas que colocan en la mesa para negociar”.
Como puerta que gira
Lavarse la cara, aparentar que hay buena disposición hacia la solución pero en realidad no.
“Aquí lo que opera es lo que llamamos la estrategia de la puerta giratoria. Cuando personas son excarceladas ya el poder normalmente ha encarcelado previamente a otros que ocuparán su lugar”, dijo.
Unos salen y otros entran, sin parar.
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