En 2020, en plena pandemia de la COVID-19, los avances en la detección y tratamiento de la tuberculosis dieron un salto atrás. La emergencia sanitaria mundial hizo que, por primera vez en más de una década, aumentara la mortalidad asociada a la enfermedad. La OMS informó que hay una “importante recuperación” en la lucha contra la tuberculosis, pero siguen aumentando los casos y faltando recursos para enfrentarla.
La tuberculosis, causada por un tipo de bacteria, el bacilo de Koch, suele afectar a los pulmones y los huesos. Es contagiosa y transmisible por el aire. Fue la segunda enfermedad infecciosa que más muertes causó en el mundo en 2022, por detrás de la COVID-19. Se estima que 10,6 millones de personas enfermaron de tuberculosis en 2022 y 1,3 millones murieron.
La OMS advierte que las metas establecidas para 2018-2022 en la declaración política de alto nivel de las Naciones Unidas sobre la tuberculosis no se han cumplido. Solo recibió tratamiento contra la tuberculosis el 84% de los 40 millones de personas que deberían haberse beneficiado de tratamiento.
Geográficamente, la mayoría de las personas que desarrollaron la enfermedad se encontraban en las regiones de Asia Sudoriental (46%), África (23%) y el Pacífico Occidental (18%). Las cifras fueron menores en el Mediterráneo Oriental (8,1%), las Américas (3,1%) y Europa (2,2%). Entre los 30 países con los niveles más altos de cobertura de tratamiento se encuentra Bangladesh, Brasil, China, Uganda y Zambia.
El número de personas diagnosticadas de tuberculosis ascendió a 7,5 millones en el mundo. La cifra más alta desde que la OMS comenzó el monitoreo en 1995. Por encima de los 7,1 millones en 2019 (pico histórico anterior), y los 5,8 millones en 2020 y 6,4 millones en 2021. Sin embargo, solo dos personas de cada cinco tuvieron acceso a un tratamiento adecuado. También fue la principal causa de muerte de personas con VIH y una de las principales causas de muertes relacionadas con la resistencia a los antimicrobianos o antibióticos.
Aumentan los casos de tuberculosis
La OMS destaca que se han registrado progresos en el desarrollo de nuevas pruebas diagnósticas, medicamentos y vacunas contra la tuberculosis. No obstante, se ven limitados por la poca o ninguna inversión en dichos ámbitos. Las iniciativas mundiales para combatir la tuberculosis han salvado más de 75 millones de vidas desde el año 2000, pero el número sería mucho mayor si se intensifica la prevención y educación. La tuberculosis siguió siendo la segunda causa de muerte por enfermedad infecciosa en 2022.
Pese a la recuperación de 2022, los progresos han sido insuficientes para cumplir las metas mundiales contra la tuberculosis fijadas en 2018. La OMS detalla el número de casos de tuberculosis y sus desenlaces:
- El descenso neto en muertes vinculadas a la tuberculosis de 2015 a 2022 fue del 19%, muy lejos del hito de lograr la reducción del 75% para 2025, de la Estrategia Fin a la Tuberculosis de la OMS.
- La reducción acumulada en la tasa de incidencia de tuberculosis desde 2015 hasta 2022 fue del 8,. El hito de la Estrategia es una reducción del 50% para 2025.
- En torno al 50% de los pacientes de tuberculosis y sus familias se enfrentan a costos totales catastróficos. En gastos médicos directos, gastos no médicos y costos indirectos, como pérdidas de ingresos que ascienden a más del 20% de los ingresos totales en el hogar. La meta de la Estrategia que es cero.
Falta de recursos obstaculiza las metas
El documento hace énfasis en que se movilizó menos de la mitad de la financiación destinada a la prestación de servicios y la investigación contra la tuberculosis. Mientras, los casos de tuberculosis aumentan. Preocupa no solo el incumplimiento de las metas, sino que la falta de presupuestos de gastos impide la lucha por frenar la enfermedad.
La OMS reitera a los países que deben tomar medidas urgentes para restablecer el acceso a los servicios básicos de salud. Pide incrementar la inversión, emprender medidas multisectoriales para abordar los determinantes que alimentan la epidemia de tuberculosis y su impacto socioeconómico. También emplear nuevos medios diagnósticos, medicamentos y vacunas.
El informe incluye datos 192 países y zonas (de un total de 215) que representan más del 99% de la población mundial y de la carga de tuberculosis. Una de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030 consiste en acabar con la epidemia de tuberculosis. La estrategia de la ‘OMS Fin a la tuberculosis’, plantea reducir las muertes por tuberculosis en un 90%. Y la incidencia de la enfermedad en un 80% para 2030, en comparación con las cifras de 2015. Pero ambos hitos siguen muy lejos. Los países tienen que avanzar mucho más rápidamente para prevenir, detectar y tratar la tuberculosis.