La aviación mundial, que incluye aviones de pasajeros y de carga, es responsable de casi el 2 % de las emisiones de gases de efecto invernadero y del 2,5 % de las emisiones de CO2. Conociendo su impacto en el medio ambiente, esta importante industria hace ajustes para atenuar el peso de su huella. Pero muchos clientes no le creen y se ha desatado una ola de litigios contra las aerolíneas comerciales por “lavado verde” o «greenwashing».
Las acciones legales intentar responsabilizar y penalizar a los principales actores de esa industria que afirman que sus operaciones son sostenibles, bajas en carbono o contribuyen al cero neto. Las compañías aéreas han encarado estos litigios, pero temen que su dramática proliferación puede significar un desastre a gran escala.
¿Por qué las empresas aérea irritan a los activistas climáticos? Los vuelos son responsables de un 5% del calentamiento global y su impacto climático sigue creciendo a un ritmo mucho mayor que el de casi cualquier otro sector. Mientras ha surgido una profusión de campañas publicitarias de “vuelos ecológicos” y “sostenibilidad” que presenta la industria como «ejemplo emblemático» de crecimiento y sostenibilidad.
El aumento de las acciones legales por lavado verde puede atribuirse también a la relativa facilidad con la que se pueden presentar casos. Simplemente es mucho más fácil atacar la publicidad de una aerolínea en comparación con otras actividades que podrían ser objeto de litigios climáticos estratégicos, recoge Climate Home.
Los consumidores pueden utilizar mecanismos legales sobre prácticas comerciales o regulaciones de protección al consumidor cuando consideran que les presentan una oferta engañosa. Sucedió en una reciente queja presentada por consumidores de 19 países ante la Comisión Europea contra 17 aerolíneas por lavado verde.
Aerolíneas y lavado verde
El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) ha subrayado la importancia de reducir la demanda de vuelos en primer lugar. Una forma eficaz de acción climática debido al poder que ejerce la publicidad sobre la percepción pública y las normas sociales, pero que se ve obstaculizado significativamente por los anuncios que minimizan el impacto ambiental del transporte aéreo. Un informe de Greenpeace y el grupo de expertos New Weather Institute señaló que en 2019 los anuncios de las aerolíneas influyeron en 34 millones de toneladas de emisiones equivalentes de CO2 en el mundo.
Los litigios también son impulsado por las falsedades demostrables que plagan las estrategias de sostenibilidad de estas empresas. Los pilares sobre los que se basan para lograr cero emisiones netas varían desde los totalmente ineficaces hasta los peligrosamente fraudulentos. Pero sobre todo, fomentan el crecimiento en un sector que necesita una reducción inmediata.
Se han presentado seis demandas relacionadas con el cambio climático y el lavado verde contra cuatro importantes aerolíneas, en Europa, una en Estados Unidos y una en Brasil. Los casos jurídicos están respaldados por numerosas quejas legales presentadas a través de la Comisión Europea y de las juntas de normas publicitarias del Reino Unido y EE UU. Le han ordenado con éxito a Ryanair, Lufthansa y Etihad el retiro sus campañas publicitarias. En cada uno de los tres casos se utilizaban los términos omo “proteger el futuro”, “aviación sostenible” o “aerolínea de bajas emisiones” para engañar deliberadamente a los consumidores. Una violación abierta de las normas de publicidad.
Publicidad engañosa
Un caso reciente presentado por activistas holandeses contra KLM es el ejemplo más atrevido. El grupo de acción climática FossielVrij (libre de fósiles) sostiene que la campaña “Vuela responsablemente” de KLM constituye publicidad engañosa en concordancia con la legislación del consumidor de la UE.
El grupo afirma que volar responsablemente es imposible con la tecnología existente y que KLM pretende el crecimiento de la compañía y el aumento de las ventas de vuelos, cuando debería dedicarse con seriedad y rigor a disminuir las emisiones reduciendo el número de vuelos. «KLM dijo que sus comunicaciones cumplen con la legislación y regulaciones aplicables, pero abandonó la campaña Fly Responsably», reseña Climate Home.
Curiosamente, la demanda contra la aerolínea se basa en un fallo de la Comisión Holandesa del Código de Publicidad e indica la tendencia de “crecimiento en bola de nieve” inherente a los litigios contra el lavado verde que se basan en precedentes judiciales anteriores. Así, la reciente denuncia de 19 países presentada por la Organización Europea de Consumidores podría proporcionar la base más sólida hasta la fecha para futuros litigios.
Delta Airlines también enfrenta una demanda colectiva en Estados Unidos. La presentó un residente de California que alega que al promocionarse como una empresa “neutral en carbono”, ha tergiversado su impacto medioambiental. Esto apunta a una mayor comprensión de la ineficacia de la compensación de carbono. Una táctica neta cero adoptada por las principales aerolíneas. Un portavoz de Delta dijo que el caso «carece de fundamento legal», que la aerolínea ha «cambiado su enfoque de las compensaciones de carbono por la descarbonización».
Compañías aéreas entre litigios
La avalancha de demandas contra aerolíneas por lavado verde también afecta a la compañía aérea de Austria. Austrian Airlines fue declarada culpable de dar la falsa impresión de ofrecer vuelos neutros en carbono. El fallo se dictó en junio, pero se hizo público a principios de esta semana. Como parte de la sentencia, la aerolínea publicó el fallo judicial en sus redes sociales.
El fallo judicial sentencia que la aerolínea engaña a los clientes al afirmar que sus vuelos son neutros en carbono, También en que utiliza combustible 100% sostenible en sus vuelos a Viena. La aerolínea había anunciado la posibilidad de volar a la Bienal de Viena “sin emisiones de carbono”. El tribunal determinó que era una afirmación falsa y engañosa.
Si bien es posible que los litigios contra el lavado verde no detengan por el crecimiento de la industria, son una herramienta de peso. En su forma más efectiva, puede detener la especulación descarada de la crisis climática. Pero sobre todo, obligar al sector de la aviación a enfrentar la quimera del crecimiento verde.