La segunda ola de coronavirus sigue sin control en Europa. En los últimos días, la Comisión Europea ha pedido con urgencia a los países a que tomen más restricciones para evitar nuevos confinamientos. Varios países europeos han aplicado las medidas necesarias. Hay toque de queda en buena parte de Francia, reducción de las reuniones en espacios cerrados a entornos familiares en el Reino Unido y en Alemania acordaron un sistema de «alerta temprana» a escala territorial.
Para frenar la creciente segunda ola en Italia, y con miras a lo que ha hecho Francia en los últimos días, el gobierno de Conte se plantea el toque de queda. Todas las actividades cerrarán partir de las 22:00, indicaron los medios italianos. Las nuevas restricciones en los países europeos se toman pese a que sus índices de contagios se sitúan todavía bastante por debajo de los de España.
Las restricciones en España se han ido incrementando paulatinamente. Decisiones como la de Cataluña de cerrar bares y restaurantes durante quince días y las de Castilla y León de confinar Salamanca, como ya lo están León y Palencia, y como lo está Madrid y ocho ciudades de su área metropolitana con la oposición del Gobierno regional y del Partido Popular, que siguen criticando con dureza la orden de Sanidad.
El Ministerio de Sanidad español elaboró un borrador –para debatir con las autonomías– que actualiza el plan de respuesta temprana ante la COVID-19 con diversos indicadores básicos. Así se podrá evaluar la situación de la pandemia en los territorios y la aplicación de restricciones comunes en función de los niveles de alerta (bajo, medio, alto o extremo).
Por su parte, el director del Centro de Coordinación de Emergencias y Alertas Sanitarias, Fernando Simón, considera que «a veces es mejor aplicar restricciones duras que conciencien a la población que restricciones leves que tienen un impacto a lo largo de un periodo más largo». Dijo que le gustaría que el cierre de las universidades estuviera acompañado del de los bares.
En España el número no baja pese a las restricciones
El Ministerio de Sanidad de España registró este viernes el peor día de la semana en cuanto al número de casos de la COVID-19. Son 15.186 nuevos contagios, de los cuales 6.591 corresponden a las últimas 24 horas, elevó la cifra total a 936.560. El número de fallecidos sumó 222 muertes, con lo que el global alcanza los 33.775 decesos.
La Comunidad de Madrid registró este viernes 1.548 casos nuevos de coronavirus en las últimas 24 horas, 85 menos que el jueves. El acumulado desde el inicio de la pandemia se sitúa en 283.753 y 9,876 fallecidos.
Murcia y Andalucía marcaron un nefasto nuevo récord de contagios con 716 y 2.928 nuevos positivos. Una cifra similar a la de Cataluña, que sumó 2.853, aunque según los datos de la Generalitat se ha reducido el riesgo de rebrote.
Incertidumbre para los meses venideros
Muchos españoles se han preguntado cómo pasarán las fiestas decembrinas con el reciente aumento de contagios de la COVID-19. Las dudas han llegado a oídos de las autoridades y el ministro de Sanidad, Salvador Illa, adelantó la respuesta para ir despejando las dudas: «No será una Navidad normal, sino diferente y con distancia».
La administración aún no tiene nada claro con respecto cómo pasaremos la Navidad, ya que aún faltan varias semanas y no se sabe cómo estaremos para esas fechas. Sin embargo, manejan previsiones poco favorecedoras, por lo que habrá que estar preparados. «En diciembre esto no se habrá acabado», reconoció el ministro.
La situación es preocupante alrededor del mundo, no solo en España, y no es algo que se soluciona en 15 días. El ministro de Sanidad aseguró que aún «nos quedan entre cinco y seis meses complicados» de convivencia con el coronavirus hasta que llegue la vacuna. Según los cálculos del ministro, se prevé que lleguen a finales de año o principios de 2021 los tres millones de dosis que ya están comprometidas con una gran compañía farmacéutica, que suministrará unos 30 millones de dosis a la Unión Europea.
Si esta situación se confirma, «el próximo verano tendremos una vida mucho más normal», aseguró Illa. Mientras tanto, no es negociable sacrificar ningún criterio de seguridad, en cuanto a la primera vacuna que se administre en España. Un grupo de expertos ya está trabajando para determinar cómo se hará esta vacunación masiva.
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