Por Cambio16
10/04/2017
Las consolas de videojuegos y teléfonos móviles falsos están cobrando cada vez más protagonismo en el comercio internacional. Así lo apunta un reciente informe de la OCDE que apunta a que casi uno de cada cinco teléfonos móviles y una de cada cuatro videoconsolas que se envían a nivel internacional son falsos.
Las compañías más afectadas por el comercio de productos falsificados son las estadounidenses. Según el informe, el 43% de los bienes falsos confiscados por los funcionarios de aduanas violaban leyes de derechos de autor de productos fabricados por empresas del país norteamericano.
En este ranking de países más afectados por el comercio internacional de productos tecnológicos falsificados, la segunda posición la ocupan las empresas finlandesas, con un 25%. Los teléfonos fabricados por Nokia son de los que mueven más falsificaciones, sobre todo por el interés que despiertan estos terminales en los mercados emergentes. El informe también sitúa a las empresas de Japón entre las más afectadas, y a China como la fuente principal de bienes falsos.
Según explica Laura Urquizu, CEO de Red Points, compañía experta en proteger a marcas y empresas contra la piratería y el fraude en internet, “muchas veces es casi imposible para el consumidor detectar si un producto tecnológico es falso, especialmente si el diseño es prácticamente igual al original. Detectar una falsificación requiere un nivel de conocimiento técnico que la mayoría de los consumidores no posee. En este sentido, las empresas tienen que dedicar recursos a proteger a sus clientes y negocios”.
Detrás del aumento de falsificaciones de bienes y productos TIC está el crecimiento de las plataformas de comercio electrónico. Las videoconsolas y los teléfonos falsos se pueden encontrar a precio de imitación cada vez más fácilmente en las principales tiendas online internacionales. De hecho, grandes multinacionales como Alibaba y Amazon han sido criticadas insistentemente por la amplia lista de productos falsos que se puede encontrar en sus plataformas, y porque sus controles para evitarlo parecen ser insuficientes.
El comercio de productos falsificados tiene múltiples implicaciones para la industria de las TIC, pero la principal es el enorme coste económico que representa. A principios de este año, una Comisión sobre el robo de la propiedad intelectual formada en Estados Unidos, ha estimado que las mercancías falsificadas le cuestan al país entre 29.000 y 41.000 millones de dólares anuales. La Comisión también ha calculado que el 87% de las mercancías falsificadas importadas a Estados Unidos han sido fabricadas en China.