El creciente exterminio de bosques hace que las ambiciones de detener la crisis climática y frenar las enormes pérdidas mundiales de vida silvestre sean más inalcanzables
Un soplo de esperanza recorrió la sala de sesiones de la cumbre climática de la ONU en 2021. La mayoría de los países presentes en Glasgow respaldaron el compromiso de deforestación cero para 2030. Tres años después, la evaluación de una coalición de organizaciones de investigación y sociedad civil, encontró que el progreso estaba significativamente fuera de curso. Observó un nivel de deforestación global de casi un 50% más alto de lo que requeriría un progreso hacia la meta.
La destrucción de los bosques del mundo aumentó en 2023 y la pérdida fue un 45% superior a la meta establecida en la COP26, señala Forest Declaration. La creciente demolición de bosques hace que las ambiciones de detener la crisis climática y frenar las enormes pérdidas mundiales de vida silvestre sean aún más inalcanzables, dice el informe.
Según la ‘Evaluación de la Declaración Forestal de 2024’, en 2023 se arrasaron casi 6,4 millones de hectáreas de bosque. La degradación de bosques fue aún mayor, de 62,6 millones de hectáreas, debido a la construcción de carreteras, la tala de árboles y los incendios forestales. En Indonesia y Bolivia se produjeron picos de deforestación, impulsados por los cambios políticos. Y por la demanda continua de productos básicos como la carne de vacuno, la soja, el aceite de palma, el papel y el níquel en los países ricos. La investigación detectó graves problemas en los esfuerzos mundiales para detener la deforestación y el daño a los bosques.
En sentido contrario va la deforestación global
Los expertos dijeron que los intentos de realizar recortes voluntarios a la deforestación global no estaban funcionando y que se necesitaba una regulación fuerte y más financiación para la protección de los bosques.
Los bosques tropicales primarios, esenciales para almacenar carbono y proteger la biodiversidad, perdieron 3,7 millones de hectáreas en 2023, indica el análisis. Esto significa que los esfuerzos para proteger estos bosques están un 38% por debajo de lo previsto. Además, el daño forestal sin destrucción completa es diez veces peor que la propia deforestación, afectando a 62,6 millones de hectáreas en 2022.
Sin embargo, uno de los pocos focos positivos detectados en el estudio es en Brasil. Aunque sigue siendo el país más deforestado del mundo, la Amazonia brasileña registró una reducción del 62,2% de esa práctica en 2023, con 454.000 hectáreas perdidas, durante el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva.
En general, Brasil ha reducido su deforestación un 9% por debajo de los niveles anteriores, lo que demuestra que es posible lograr avances significativos.
“La conclusión es que, a nivel mundial, la deforestación ha empeorado, desde principios de la década”, afirmó Ivan Palmegiani, consultor del grupo de investigación Climate Focus y autor principal del informe.
“Estamos a sólo seis años de que se cumpla un plazo mundial crítico para poner fin a la deforestación global, y los bosques siguen siendo talados, degradados e incendiados a un ritmo alarmante”, comentó. “Es posible corregir el rumbo si todos los países lo consideran una prioridad. Especialmente si los industrializados reconsideran seriamente sus niveles de consumo excesivo y apoyan a los países con bosques”.
Caprichos políticos y económicos
Erin D. Matson, consultora senior de Climate Focus y coautora del informe, se refirió a cómo blindar el acuerdo alcanzado en 2021.
“Cuando se dan las condiciones adecuadas, los países ven grandes avances. Al año siguiente, si las condiciones económicas o políticas cambian, la pérdida de bosques puede volver a cobrar fuerza”, asentó. “Estamos viendo este efecto en el aumento de la deforestación en Indonesia y Bolivia. En última instancia, para cumplir con los objetivos globales de protección forestal, debemos lograr que sea inmune a los caprichos políticos y económicos”.
En Indonesia, la deforestación aumentó un 57% en 2023, lo que supone un 82% de incumplimiento de los objetivos nacionales. La creciente demanda de níquel, vital para las baterías de los vehículos eléctricos, ha empeorado la deforestación. Ese país produjo la mitad del níquel del mundo el año pasado y se prevé que aumente al 80% en 2040. El crecimiento de la bioenergía y las plantaciones agrícolas se suma al problema, cita la investigación.
Bolivia enfrenta una crisis similar, impulsada principalmente por la agricultura. La producción de materias primas como la soja, la carne de vacuno y el aceite de palma representó el 57% de la deforestación mundial. Es alarmante que Bolivia esté un 98% por debajo de sus objetivos de deforestación para 2023, a medida que nuevas granjas se expanden hacia los bosques.
El informe también destaca la pérdida de Áreas Clave para la Biodiversidad (ACB), donde en 2023 se perdieron más de 1,4 millones de hectáreas de bosque. Proteger estas áreas es fundamental para la vida silvestre y las comunidades indígenas que dependen de ellas.
Pocos avances en los esfuerzos voluntarios
Australia, Colombia, Paraguay, Venezuela y Vietnam, fueron otros países que avanzaron hacia la meta de deforestación para 2030. Fuera de los trópicos, los bosques templados de América del Norte y América Latina registraron los mayores niveles absolutos de deforestación global.
Los investigadores dijeron que se necesitaba financiación para la protección de los bosques y el fortalecimiento de los derechos territoriales de los pueblos indígenas. Así como la reducción de la demanda de productos básicos producidos mediante la deforestación.
La UE ha propuesto unas ambiciosas normas que prohibirían la venta de productos vinculados a la deforestación, como el café, el chocolate, el cuero y los muebles. Sin embargo, el 3 de octubre, la Comisión Europea propuso un retraso de un año para “implementar progresivamente el sistema”, tras las protestas de países como Australia, Brasil, Indonesia y Costa de Marfil.
“Esta resistencia se debe en gran medida a presiones políticas y es una vergüenza. No podemos confiar en los esfuerzos voluntarios: han logrado muy pocos avances en la última década”, manifestó Matson.
El informe insiste en los pasos que deben seguir los actores globales para alcanzar los objetivos de protección forestal, entre los que se incluyen:
- Garantizar una financiación adecuada para los esfuerzos de conservación forestal.
- Reducir la demanda de productos que causan deforestación.
- Reconociendo el importante papel de las comunidades indígenas y locales en la protección de los bosques.
La urgencia de la investigación es importante para la biodiversidad mundial y la estabilidad climática.