Pobreza y marginación se aposentan en las calles y refugios de España. En 2022 el PIB del país se ubicó en 1,327 billones de euros, un 10% más que en 2021. Pese a la ligera expansión económica y los planes sociales en marcha, se reportó un aumentó de 22% en el número de personas sin hogar en centros de acogidas. Mientras tanto, los niños son los más afectados y 2,6 millones están en riesgo de pobreza social en España,
Según la ‘Encuesta de centros y servicios de atención a las personas sin hogar’, del Instituto Nacional de Estadística, una media de 21.684 personas mayores de 18 años y sin hogar, fueron acogidas diariamente en centros de alojamiento el año pasado, un 22% más que en 2020.
El 20,0% de estos centros atendió exclusivamente a personas inmigrantes en situación de ‘sinhogarismo’. El 7,2% a mujeres víctimas de violencia de género y el 72,8% restante no estaba especializado o atendía otra especialización. De los 1.175 centros de atención a personas sin hogar, 914 ofrecieron alojamiento, 494 servicios de restauración, 400 servicios ocupacionales y/o educativos y 127 realizaron intervenciones en calle.
Atendiendo a la titularidad de los centros, el 23,7% eran públicos y el 76,3% privados. En el caso de los centros especializados en atención a mujeres víctimas de violencia de género, el 61,2% eran públicos y el 38,8% privados. Por su parte, el 8,5% de los centros especializados en atención a inmigrantes eran de titularidad pública y el 91,5% privada. En cuanto a los centros sin especialización o de otra especialización, el 24,1% era de titularidad pública y el 75,9% privados.
En alza el número de personas sin hogar en España
El trabajo de investigación del INE revela además que el 54,8% de los centros declaró estar orientado prioritariamente hacia alguna situación específica, frente al 51% de 2020. Las situaciones más atendidas fueron las siguientes: ‘Inmigración/solicitud de protección internacional’ (46,7%) y ‘Adicción a otras drogas (no alcohol)’: 17,7%. Las menos frecuentes fueron ‘VIH/Sida’ (2,5%) y ‘Enfermedad de larga duración/dependencia’ (2,8%).
En otro informe del instituto, de agosto de este año, precisa que la cantidad de personas sin hogar en España creció 24,5% en 10 años. Según los datos oficiales, alcanzan las 28.552 personas en esta situación, frente a las 22.938 personas en 2012. Estos registros salen a partir de la información que recogen de los centros de personas sin hogar.
Sin embargo, la Estrategia Nacional para la lucha contra el Sinhogarismo en España 2023-2030, que se publicó en junio, advierte que en estos datos faltan “las personas que pernoctan en la calle. Y que no acceden al resto de los centros que conforman la red de atención a personas sin hogar”.
La asociación Realidades señaló entonces que las causas del aumento en la cantidad de personas sin hogar en España están ligadas con cuestiones socioeconómicas, “como el precio de la vivienda, la situación de mercado o problemas con el empleo”.
Los principales motivos por los que las personas abandonan su residencia antes de acabar sin hogar son por tener que empezar de cero tras emigrar a otro país (28,8%), por haber perdido el trabajo (26,8%) y porque esa persona fue desahuciada (16,1%).
Andalucía, País Vasco y Madrid
Del total de personas en situación de sinhogarismo, el 39,83% lleva más de tres años sin tener un alojamiento propio, siendo el grupo más numeroso por tiempo en el sinhogarismo. A estos les siguen las personas que llevan sin hogar entre uno y tres años, que componen el 26,52% del total. Esto implica que más de la mitad de las personas sin hogar, un 66,35%, llevan al menos un año sin tener alojamiento.
En la cifra global de personas sin hogar, hay la misma cantidad de gente con nacionalidad española que extranjera, superando los primeros por una diferencia de sólo 0,2%. Entre hombres y mujeres, la cantidad de hombres sin hogar componen el 76,7% del total, superando a las mujeres. Entre edades, las personas más afectadas son aquellas que tienen entre 45 y 64 años, que representan el 43,3%, recoge Newtral.
Las comunidades autónomas de España que más personas sin hogar registran son Andalucía con 5.539 (19,4% del total), País Vasco con 4.456 (15,6%) y Madrid con 4.146 personas (4,5%). En cambio, las autonomías que menos personas contabilizan son Melilla con 136, (0,5%), La Rioja con 158 (0,6%) y Extremadura que alcanza las 305 (1,1%). Sin embargo, no es proporcional la cantidad de personas sin hogar que hay en las autonomías y los centros que tiene en su territorio.
Entre las comunidades autónomas, las que más centros para el sinhogarismo tienen son País Vasco con 299, Andalucía con 120 y Castilla y León que mantiene 93 centros. Las que menos centros mantienen son Ceuta con 2, Melilla con 3 y Cantabria con 8.
De todas las autonomías, la única que presenta más centros de titularidad pública que privada es Baleares.
Niños marginados, ¿adultos excluidos?
Otras cifras preocupantes que se suman a las personas sin hogar en España, las ofrece la oficina estadística de la Unión Europea. Según Eurostat, 2.604.000 menores de edad en España están en riesgo de pobreza o exclusión social. Esto significa que 32,2% de esta población sufre esa vulnerabilidad. Además, es el tercer país europeo con peor porcentaje, tras Rumanía y Bulgaria.
A nivel comunitario el 24,7% de los niños estaban en riesgo de pobreza o exclusión social en 2022. Casi 20 millones de menores de 18 años estaban en esa coyuntura, una realidad que empeoró respecto en 0,3 puntos porcentuales respecto a 2021, que fue del 2,4%.
A nivel nacional, en 2022, los valores más altos se registraron en Rumanía (41,5%), Bulgaria (33,9%) y España (32,2%). Por el contrario, Eslovenia (10,3%), Chequia (13,4%) y Dinamarca (13,8%) registraron los porcentajes más bajos.
Estos niños encuentran dificultades para obtener buenos resultados en la escuela, disfrutar de buena salud y desarrollar todo su potencial en el futuro. También enfrentan un mayor riesgo de quedar desempleados, pobres y socialmente excluidos cuando sean adultos.
La UE se ha propuesto que antes de 2030 el número de personas en riesgo de pobreza o exclusión social debería reducirse en al menos 15 millones, y de ellos, al menos cinco millones deberían ser niños.