El vicepresidente de la principal accionista declaró que Atlantia no descarta la toma de control de Abertis. La integración del operador de autopistas continuará según lo previsto, a pesar de las dudas generadas por el accidente en el puente Morandi.
«El acuerdo con Abertis es muy importante para Atlantia y para Italia; una transacción que ya está cerrada y que procederá como estaba previsto», declaró Gilberto Benetton, socio mayoritario de Atlantia.
Con esta declaración, el portavoz descarta que el contrato haya sufrido algún cambio debido al accidente ocurrido en Génova. Benetton acotó que guarda total confianza en Fabio Cerchiai, director de Atlantia y Autostrade. Destacó que no duda de la competencia de ambas empresas.
Incertidumbre sobre Atlantia
La incertidumbre entre los inversores surgió cuando el gobierno italiano inició un proceso para revocar las concesiones a Autostrade, filial de Atlantia. El estado la considera responsable del derrumbe de una parte del puente Morandi que ocasionó 43 muertos.
A raíz de ello, Atlantia ha visto acumular severas caídas en los últimos días. Esto llevó a agudizar las dudas sobre la repercusión que podría tener en las decisiones futuras del grupo.
«La operación de Abertis es el fruto de una voluntad de construir un campeón italiano. Capaz de competir en el mundo, en las carreteras, aeropuertos y otras infraestructuras», señaló Benetton.
Por su parte, Atlantia garantizó que colaborará activamente con el Estado italiano y las autoridades locales con «total transparencia» para esclarecer las causas que originaron el hundimiento. Asimismo, rechazó pronunciarse sobre la hipótesis que se maneja de una posible nacionalización de la empresa.
La idea de que pasara a manos del gobierno, o la revocación de las concesiones, fue planteada por el ministro de Infraestructuras, Danilo Toninelli. La observación no fue bien recibido entre los miembros de La Liga, quienes desestimaron que la gestión gubernamental «sea más eficiente».
Actualmente, Autostrade gestiona un significativo espacio de 3.000 kilómetros de carreteras en Italia.
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