Por Cambio16
Al menos 23 personas murieron este miércoles -18 turistas extranjeros, tres tunecinos y dos de los terroristas- y 47 resultaron heridas en el mayor atentado sufrido por Túnez desde que en 2002 una veintena de alemanes perecieron en un ataque similar la isla de Djerba.
Aunque la Policía aún mantiene abiertas todas las opciones, los indicios apuntan a que se trataría de una acción de grupos yihadistas vinculados con la organización de Al Qaida en el Magreb Islámico (AQMI), con el movimiento radical Ansar al Sharia o incluso con una rama del Estado Islámico (EI), autoproclamado en Siria e Irak.
Entre los muertos se encuentran dos españoles -una pareja de jubilados catalanes residentes en Barcelona- y dos ciudadanos colombianos -la esposa y un hijo del general retirado José Arturo Camelo Piñeros- que formaban parte de un grupo de turistas que realizaban un crucero por el Mediterráneo y que habían hecho escala en Túnez.
Para el matrimonio español, formado por Antoni Cirera Pérez y Dolores Sánchez Rami, de 75 y 73 años, el crucero fue el regalo que les hicieron sus dos hijos con motivo de sus 50 años de casados, según uno de sus vecinos. «Era la primera vez que salían de casa», ha asegurado el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo.
A primera hora de la noche el jefe del Gobierno, Habib Essid, matizó que en el atentado murieron 18 turistas de siete nacionalidades. Durante una comparecencia ante la televisión nacional, el jefe del Gobierno señaló que las víctimas eran cuatro italianos, un francés, dos colombianos, cinco japoneses, un polaco, un australiano y dos españoles, quedando otra víctima sin identificar.
Precisó también que murieron además tres tunecinos, un policía, una señora de la limpieza y un conductor de autobús, además de dos terroristas que participaron en el atentado.
Las fuerzas de seguridad investigan además si otras dos personas, vistas en el lugar del ataque, pueden estar implicadas.
El asalto frustrado
Munira Brahmi, diputada del partido islamista Al Nahda que se encontraba en el Parlamento durante el ataque, explicó que al menos cuatro hombres armados entraron en el Museo a media mañana con un grupo de rehenes.
Momentos antes, un joven de unos 22 años y vestido a la manera occidental había abierto fuego contra un grupo de unos 40 turistas que se disponían a entrar en el Museo del Bardo, el más importante de Túnez, situado junto al parlamento.
En el grupo atacado había «4 brasileños, 4 argentinos, 4 colombianos, 10 mexicanos y el resto, 28, eran españoles, cuyo crucero hizo este miércoles escala en el puerto de La Goleta, a 17 kilómetros del centro de la capital», según informó a Efe su guía Wasel Busid.
Un fotógrafo que se encontraba en el jardín del museo tras el ataque al autobús aseguró que al menos cuatro hombres armados corrieron por los jardines, donde se refugiaron tras no haber podido penetrar en los edificios del Parlamento.
Se cree que todo comenzó como un intento de asalto a la Asamblea que fue frustrado.
La fuente añadió que presenció cómo los terroristas eran abatidos finalmente a las 15.00 horas local en una operación policial que se saldó con la muerte de quince personas.
Los terroristas y el Estad Islámico
Fuentes de los servicios de seguridad de Túnez identificaron a dos de los terroristas muertos durante el asalto como Yaber Jachnawi, originario de la región de Kaserín, en el suroeste, y Yasín Labidi, del barrio capitalino Ibn Jaldún.
El padre de Jachnawi reconoció que su hijo, al que consideraba desaparecido, le había telefoneado desde Irak hace tres meses donde se había sumado al movimiento radical Estado Islámico (EI).
El jefe de Estado tunecino, Beyi Caid Essebis, calificó el atentado de » gran catástrofe y aseguró: «no tengo más comentarios», en declaraciones a los medios.
Los españoles, tras el ataque: «Estamos vivos de milagro»
Los españoles que se vieron involucrados en el intento de asalto al Parlamento de Túnez y al Museo del Bardo y que salieron ilesos se encuentran ya en su barco, en el que realizaban un crucero por el Mediterráneo, confirmaron fuentes diplomáticas.
Esos españoles formaban parte de un grupo de cuarenta hispanohablantes que realizaban el crucero.
El alcalde de Vallmoll (Tarragona), Josep Lluís Cusidó (PSC), y su esposa se encontraban este miércoles en el Museo del Bardo de Túnez cuando se produjo el ataque terrorista al que han conseguido sobrevivir «de milagro». «Han entrado unos hombres y han empezado a disparar: estamos vivos de milagro», ha relatado a Efe Josep Lluís Cusidó en una breve conversación telefónica.
El crucero turístico MSC Splendida, que zarpó de Barcelona el pasado viernes con 3.714 pasajeros a bordo, viaja ya con destino a la capital catalana, donde arribará este viernes a las 9 horas con 27 pasajeros menos.
La compañía naviera ha confirmado que nueve de sus pasajeros han perdido sus vidas en el atentado del Museo Nacional del Bardo de Túnez y otros 12 se encuentran heridos.
En cuanto a las seis desaparecidos (dos españoles, un belga, un británico, un francés y un japonés), una responsable de MSC en Túnez ha confirmado que los dos turistas españoles habían sido localizados a salvo y que se habían escondido en las inmediaciones del museo cuando comenzó el ataque.
Galería: las imágenes del asalto
Repunte de la actividad yihadista
Túnez, uno de los países de los que proceden yihadistas que se han sumado al Estado Islámico en Irak y Siria, combate desde hace semanas a grupos terroristas de la región de Kasserin, una zona montañosa cerrada militarmente donde se atrincheran radicales provenientes de todos los países del Sahel, vinculados con la Organización Al Qaida en el Magreb, Ansar al Saharia y el propio Estado Islámico
Desde que hace un mes se formara el primer gobierno posterior a la transición iniciada con la primavera árabe, las fuerzas tunecinas han detenido a decenas de supuestos yihadistas y han expresado el temor a un atentado que destruya el turismo, sobre el que se basa gran parte de su futuro económico.
El ministro tunecino de Asuntos Exteriores, Taieb Baccouche, pidió este miércoles a los turistas que no dejen de visitar su país, pese al atentado.
Según el ministro, el ataque «no tiene que disuadir a los amigos que quieran visitar Túnez» en verano o en cualquier otra estación, sino que «al contrario debe incitarlos a apoyar a Túnez en su lucha contra el terrorismo».
«Los terroristas deben entender que el terrorismo no tiene futuro» y para eso «hay que vivir» con normalidad, agregó.
Por otra parte, desde 2012, decenas de guardias nacionales tunecinos han muerto o han resultado heridos en combates o a causa de atentados y emboscadas islamistas en Mont Chambi, escenario el pasado julio del peor ataque islamista sufrido por las fuerzas tunecinas, que dejó 15 muertos.
A mediados de febrero, cuatro agentes de la Guardia Nacional de Túnez murieron en un ataque de presuntos yihadistas en la región de Kaserine, considerada uno de los feudos de células islamistas radicales afines al grupo Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) y a la rama norteafricana del Estado Islámico (EI).
Condena internacional
La comunidad internacional reaccionó con horror e indignación ante el ataque terrorista.
Durante un acto de la Unesco sobre el patrimonio amenazado por el yihadismo en Siria e Irak, celebrado en el parisino Museo del Louvre, el presidente de Francia, François Hollande, lamentó las «vidas borradas por la maquinaria terrorista».
Desde Bruselas, el primer ministro francés, Manuel Valls, se sumó a la condena del ataque y recordó que «Francia y Túnez, con el apoyo de la Unión Europea, actúan juntos contra el terrorismo».
El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, condenó de la manera «más contundente posible» el ataque y extendió sus «sentidas condolencias» a las familias de las víctimas. Además, el jefe de la diplomacia estadounidense aplaudió la «rápida respuesta» de las autoridades ante el atentado, que calificó de «violencia gratuita», y «sus esfuerzos para resolver la toma de rehenes y restaurar la calma».
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