El lunes 25 de mayo, el afroamericano George Floyd fue asesinado en Minneapolis, a manos de un policía blanco. Desde ese momento se iniciaron un sinfín de protestas contra el antirracismo y la agresión policial por todo los Estados Unidos que han ocasionado una nueva víctima: la libertad de prensa.
El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) en ese país registra desde esa fecha más de 430 violaciones a la libertad de prensa que incluyen arrestos por parte de la policía, asaltos de agentes y manifestantes, disparos con proyectiles y robo de equipos, entre otros.
La directora del CPJ, la periodista estadounidense Courtney Radsch, afirmó que los ataques no letales con proyectiles se han hecho frecuentes, “no todos ellos fueron necesariamente dirigidos a los periodistas porque eran periodistas. A veces es simplemente una cuestión de estar en medio de una multitud que protesta. Pero ha habido numerosos incidentes en los que la policía apuntó directamente a los periodistas. Estamos profundamente preocupados por esto”.
Dijo que es inquietante que a los funcionarios policiales poco les importe que haya cámaras que le graban o que haya una transmisión en directo de la televisión. Igual perpetran los ataques. Reconoció que esa situación no es de ahora sino data de hace décadas y todo se debe a la impunidad. Recordó cuando a comienzo de los 90 la policía golpeó a Rodney King, “una paliza que fue grabada”, pero los agentes no fueron condenados.
El CPJ trabaja en estrecha colaboración con el Rastreador de la Libertad de Prensa de los Estados Unidos (US Press Freedom Tracker), que realiza todas las investigaciones y documentaciones.
Trump deslegitima la prensa libre independiente
En la Clasificación Mundial de Reporteros Sin Fronteras sobre la Libertad de Prensa 2020, EE UU se encuentra en la casilla 45 de 180 países, en el antepenúltimo lugar de la franja Situación más bien buena.
La ONG hace referencia al deterioro de la libertad de prensa bajo la presidencia de Donald Trump, donde se evidencia la intensificación de la hostilidad hacia los periodistas y los medios de comunicación. “Pocos atacan a la prensa con tanta ferocidad como Donald Trump y esta actitud ha empeorado aún más en 2020, en plena pandemia del coronavirus. Los periodistas que cubren la gestión de la crisis por parte del gobierno sufren la ira del presidente durante sus conferencias de prensa”.
Radsch señala que en todo el mundo se ha visto el declive de EE UU en términos de su liderazgo en la libertad de prensa y los derechos humanos. Y también ha sido testigo de las reprimendas de Trump y otros políticos hacia la prensa, que deslegitima al periodismo independiente llamándolo “noticias falsas”, lo que ha sido acogido por países como Brasil, Hungría, Filipinas, Rusia y China para atacar a la prensa.
Un elemento que considera ha afectado al periodismo es la cada vez más alejada cercanía del periodista con su comunidad, lo que en gran parte se debe al “fuerte declive” del periodismo local por el cierre de medios. “Más de la mitad de los puestos de trabajo en las salas de redacción han sido eliminados. Y recientemente, como resultado de la pandemia, al menos 36.000 periodistas han perdido sus trabajos, han sido despedidos o se les ha recortado el salario”.
“También -dijo a Deutsche Welle- creo que hay cada vez más gente que no entiende cómo el periodismo se relaciona con su vida cotidiana”.
El asesinato de Jamal Khashoggi
Para la directora de CPJ actualmente es muy peligrosa la combinación de las imágenes de brutalidad policial contra los periodistas y el control de la información por la crisis del coronavirus. Esto pone en evidencia la falta de liderazgo de los medios y la ausencia de mecanismos de protección.
“Y añadiría una cosa más. El asesinato del periodista árabe Jamal Khashoggi puso en evidencia la falta de respuesta a ese crimen y de hacer responsable a Arabia Saudita, a pesar de que lo han demostrado los informes de inteligencia”.
Khashoggi, un crítico del príncipe heredero Mohammed bin Salman, fue asesinado en la embajada de Arabia Saudí en Estambul el 2 de octubre de 2018. Su cuerpo nunca fue encontrado y las investigaciones relacionaron al príncipe con el crimen.
“Esta combinación de factores ha creado una condición que nunca he visto en mi vida de periodista”.
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