La industria espacial tiene especial interés en encontrar vida o determinar si la hubo fuera de la Tierra y despejar la duda existencial de si estamos solos en el universo. En esa búsqueda, cada vez más perfectible, los astrónomos han descubierto indicios prometedores de posible planeta similar a la Tierra dentro del sistema solar. Estaría ubicado en una órbita más allá de Neptuno alrededor del Sol.
Dos astrofísicos japoneses, uno de la Universidad de Kindai y el otro del Observatorio Astronómico de Japón, detectaron posible evidencia de un planeta similar a la Tierra en el Cinturón de Kuiper. En The Astronomical Journal, Patryk Sofia Lykawka y Takashi Ito describen propiedades del Cinturón de Kuiper consistentes con la existencia de un planeta no mucho más grande que la Tierra.
Durante la última década, varios estudios han dado credibilidad a las teorías sobre la posible existencia de un planeta en los bordes exteriores del sistema solar. Se le conoce como Planeta Nueve. En un nuevo esfuerzo, los investigadores sugieren que es posible que haya un planeta mucho más cerca en el Cinturón de Kuiper.
El Cinturón de Kuiper es un disco circunestelar (estructura material con forma de anillo situada en torno a una estrella) compuesto por objetos del sistema solar exterior, que comienza justo después de la órbita de Neptuno. Al igual que los planetas, el material del cinturón de Kuiper orbita alrededor del sol. Investigaciones anteriores han sugerido que los objetos en el disco son asteroides, rocas espaciales, cometas y otros pequeños trozos, probablemente, de hielo.
Un nuevo planeta en el sistema solar
Los investigadores descubrieron que algunos de los objetos en el Cinturón de Kuiper se comportan de una manera que sugiere que hay un pequeño y planeta entre ellos a 500 unidades astronómicas del sol aproximadamente. La UA es la unidad de distancia más utilizada en la medición de órbitas y trayectorias dentro del Sistema Solar. En comparación, Neptuno está a 30 UA del sol.
«Predecimos la existencia de un planeta similar a la Tierra. Es plausible que un cuerpo planetario primordial pueda sobrevivir en el lejano Cinturón de Kuiper como planeta del Cinturón de Kuiper (KBP), muchos de estos cuerpos ya existían en el sistema solar primitivo», explican los investigadores.
Entre los muchos misterios que gravitan en nuestro sistema solar está la trayectoria excepcional en forma de huevo de un planeta enano llamado 90377 Sedna. Su órbita de 11.400 años, una de las más largas de cualquier residente del sistema solar, lleva al planeta enano a 11.300 millones de kilómetros del sol. Luego lo escolta fuera del sistema solar y más allá del Cinturón de Kuiper en una distancia de140.000 millones de kilómetros. Finalmente lo lleva dentro de una capa suelta de objetos helados conocida como la nube de Oort.
Desde el descubrimiento de Sedna en 2003, los astrónomos han luchado por explicar cómo un mundo así pudo haberse formado en una región aparentemente vacía del espacio. Incluso, estando demasiado lejos para ser influenciado por planetas gigantes del sistema solar o por la propia Vía Láctea.
Los misterios del universo
El estudio sugiere que un planeta similar a la Tierra hasta ahora no detectado, flota en la citada región, y podría estar desviándose de las órbitas de Sedna y de un puñado de objetos transneptunianos (TNO) similares, los innumerables cuerpos helados que orbitan alrededor del sol a distancias gigantescas. Muchos TNO tienen órbitas extrañamente inclinadas y en forma de huevo, posiblemente debido a que son arrastrados por un planeta oculto.
Ambos investigadores japoneses utilizaron simulaciones por computadora para analizar los efectos de un planeta desconocido en los TNO. Esas simulaciones, produjeron las órbitas extremas observadas para Sedna y otros TNO. Un planeta así tendría entre 1,5 y 3 veces el tamaño de la Tierra y residiría entre 37.000 millones de kilómetros y 74.000 millones de kilómetros del sol.
«Es posible que un cuerpo planetario primordial pueda sobrevivir en el lejano cinturón de Kuiper. Muchos de estos cuerpos existían en el sistema solar primitivo», plantean los investigadores.
La búsqueda de planetas que se esconden en los gélidos bordes de nuestro sistema solar no es un concepto nuevo. Se cree que el llamado Planeta Nueve, un mundo 10 veces más masivo que la Tierra, es responsable de cinco características extrañas en el sistema solar. Incluidas las órbitas inclinadas de algunos objetos del Cinturón de Kuiper. Este orbe teórico ha captado la atención de muchos, pero sigue sin ser detectado. Pero la investigación sugiere que si el Planeta Nueve existe ahí fuera, podría residir entre 59.000 millones de kilómetros y 119.000 millones de kilómetros del sol.
Muchas preguntas, pocas respuestas
La posibilidad del Planeta Nueve ha ganado un apoyo significativo de grupos de investigación de todo el mundo. Sin embargo, algunos astrónomos sostienen que las órbitas altamente excéntricas de los TNO, para las cuales se consideraba necesaria la presencia del Planeta Nueve, podrían ocurrir sin la presencia del planeta oculto.
De hecho, en 2021, un estudio independiente afirmó que los datos utilizados por el equipo del artículo de descubrimiento que teorizó por primera vez el Planeta Nueve estaban sesgados. Concluye que hay muy pocas posibilidades de que exista un planeta así.
En comparación con el Planeta Nueve, el nuevo planeta hipotético, denominado «Planeta del Cinturón de Kuiper (KBP)», estaría mucho más cerca. Y sería más influyente en las órbitas de los objetos del Cinturón de Kuiper. Especialmente aquellos más allá de los 7.000 millones de kilómetros.
Sostiene Space que el KBP aún no ha sido detectado ni directa ni indirectamente. Si el KBP orbita dentro de los 54.000 millones de kilómetros, los autores dicen que hay un 90% de posibilidades de detectarlo en el cielo. Sin embargo, se necesita más información sobre la estructura de los objetos en los bordes del Cinturón de Kuiper para revelar o descartar la presencia de KBP.