Por Cambio16
10/01/2018
Julian Assange es ecuatoriano también. Luego de seis años recluido en la embajada de Ecuador en Londres, éste país le otorga la nacionalidad.
El fundador de WikiLeaks ha obtenido una cédula que acredita su ciudadanía ecuatoriana.
Y posee un código correspondiente a la provincia de Pichincha.
El número de la cédula de Assange es el 1729926483.
Además, el activista también poseería un pasaporte.
Los datos personales de Julian Assange se encuentran en la base de datos del Registro Civil de Ecuador.
Assange habría recibido su cédula ecuatoriana el pasado 21 de diciembre, aunque esa información no se había hecho pública hasta el momento.
Y, como una forma de ‘oficializar’, Assange ha publicado este miércoles una foto en la que aparece vestido con una camiseta de la selección de fútbol de Ecuador.
— Defend Assange Campaign (@DefendAssange) January 10, 2018
De esta forma, Assange, australiano de nacimiento, perdería la condición de asilado que obtuvo en 2012, puesto que un país no puede conceder asilo a sus propios ciudadanos.
Pero no perdería la protección que le ha otorgado Ecuador todos estos años ya que, como nacional suyo, el país puede hacer uso de la protección diplomática.
Assange es ecuatoriano y «su situación es insostenible»
La ministra de Exteriores ecuatoriana, María Fernanda Espinosa, declaraba este martes que su país buscaba el modo de solicitar una mediación internacional.
Ésto, con el fin de que Assange pueda abandonar la Embajada de Ecuador en Londres.
El Gobierno de ese país sudamericano considera que la situación se ha vuelto «insostenible».
Assange está recluido desde 2012 en la sede diplomática porque alega que, de ser detenido, será extraditado a Estados Unidos.
Éste país le persigue por publicar de miles de documentos clasificados sobre las guerras en Irak y Afganistán que fueron filtrados a Wikileaks.
Su estancia en la misión ecuatoriana se ha «complicado», según ha reconocido Espinosa, en los últimos tiempos debido a los pronunciamientos políticos de Assange.
Los comentarios que hizo a favor de la independencia de Cataluña tensaron las relaciones entre Quito y Madrid.
Por consiguiente, llevaron al nuevo Gobierno de Lenín Moreno a pedirle que guardara silencio.