Un estudio reciente reveló una conexión entre el riesgo de cáncer de mama y más de 900 sustancias químicas comúnmente encontradas en productos de consumo y en el medio ambiente. Muchas de estas sustancias químicas se encuentran comúnmente en alimentos, productos para el cabello y para el cuidado de la piel.
Según la Organización Mundial de la Salud, en 2020 fallecieron 685.000 personas por cáncer de mama en todo el mundo. Aproximadamente la mitad de todos los casos de cáncer de mama afectan a mujeres que no tienen antecedentes familiares de la enfermedad. El cáncer de mama se da en todos los países del mundo y aproximadamente entre el 0,5% y el 1% de los casos afectan a varones.
En Estados Unidos, se estima que este año se producirán 43.780 muertes (43.250 mujeres y 530 hombres) a causa del cáncer de mama. La tasa de supervivencia es un 10% más baja en mujeres de raza negra en comparación con las blancas. Desde 1989 hasta 2019, la cantidad de mujeres que mueren por cáncer de mama ha disminuido en un 42% gracias a la detección temprana y nuevos tratamientos.
Hay múltiples factores de riesgo para desarrollar la enfermedad. Uno de los más comunes es la edad. La mayoría de los casos de cáncer de mama se detectan en mujeres de 50 años o más. Las mutaciones genéticas heredadas también pueden aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de mama. Además, las mujeres que lo han tenido en el pasado tienen más probabilidades de desarrollar la enfermedad nuevamente. También el estilo de vida puede influir en nuestro riesgo de desarrollar cáncer de mama. Pero cada vez hay más estudios que encuentran sustancias que aumentan exponencialmente las probabilidades de desarrollarla.
Otras 921 sustancias que incrementan el riesgo de cáncer
Un estudio reciente ha revelado una conexión entre más de 900 sustancias químicas comúnmente encontradas en productos de consumo y el medio ambiente, y el riesgo de cáncer de mama. El estudio, publicado en Environmental Health Perspectives, identificó 921 sustancias químicas que podrían incrementar el riesgo de cáncer de mama. Sorprendentemente, el 90% de estas sustancias están presentes en productos de consumo, alimentos, bebidas, pesticidas, medicamentos y lugares de trabajo.
Entre las sustancias químicas identificadas se encuentran los parabenos y los ftalatos, comúnmente encontrados en maquillaje y productos para el cuidado de la piel y el cabello. También se incluyen numerosos ingredientes de pesticidas, como el malatión, la atrazina y el triclopir, que se utilizan en alimentos y productos domésticos para el control de plagas en Estados Unidos.
Parabenos y ftalatos
- Los parabenos son compuestos químicos que se utilizan como conservantes en una amplia gama de productos, incluyendo cosméticos, alimentos y productos farmacéuticos. Su función principal es prolongar la vida útil de estos productos, evitando la proliferación de hongos, bacterias y levaduras. Ayudan a mantener la calidad de los productos una vez abiertos, evitando que se degraden o pierdan su eficacia.
- Los ftalatos son compuestos químicos que tienen la capacidad de “flexibilizar” los plásticos. Lo que significa que pueden hacer que los plásticos rígidos sean más flexibles. Además, pueden disolver o fijar compuestos. También pueden actuar como vehículo para otros compuestos. Se utilizan en numerosos productos, desde cosméticos y productos de limpieza, hasta envases de alimentos, juguetes, tejidos, barnices y material médico. Los ftalatos son los responsables de la flexibilidad de varios plásticos rígidos. Como el cloruro de polivinilo (CPV) que se utiliza en la fabricación de tubos, válvulas, juguetes, chupetes entre otros objetos.
Mujeres jóvenes
El cáncer de mama ha mostrado un aumento en mujeres jóvenes en los últimos años. Entre 2010 y 2019, los diagnósticos en personas de 30 a 39 años aumentaron un 19,4%. En personas de 20 a 29 años las tasas subieron un 5,3%. Este rápido cambio no se puede atribuir a la genética. Lo que llevó a los investigadores a buscar posibles causas ambientales de la enfermedad.
Un estudio realizado en 2020 encontró que las mujeres que utilizaban alisadores químicos para el cabello más de seis veces al año tenían un riesgo de cáncer de mama 30% mayor que las que no los utilizaban. Los productos suelen contener una o varias de las sustancias químicas que, según el nuevo estudio, aumentan las probabilidades de padecer cáncer de mama.
Las mujeres de color corren un mayor riesgo. Las investigaciones demuestran que los productos comercializados para mujeres de color tienden a ser más tóxicos. También tienen más probabilidades de contener sustancias químicas asociadas a un mayor riesgo de cáncer que los productos comercializados para mujeres blancas.
El Instituto Silent Spring es un grupo de investigación sin ánimo de lucro para la prevención del cáncer de mama, Para llevar a cabo el estudio desarrollaron un nuevo método para identificar rápidamente los compuestos que pueden aumentar la probabilidad de padecer la enfermedad. “Sabemos que hay muchas sustancias químicas ambientales que pueden aumentar el riesgo de cáncer de mama. Pero necesitamos formas más eficientes y eficaces de identificarlas para poder regularlas y reducirlas”, dijo Jennifer Kay, autora principal del estudio.
Enfoque novedoso
Históricamente, los reguladores han utilizado estudios con animales. Luego de determinar si las sustancias químicas causan tumores mamarios en ratones evaluan si podrían aumentar el riesgo de cáncer de mama en humanos. Pero esos estudios son lentos y costosos. El nuevo método podría cambiarlo.
En 2016, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) publicó un estudio revolucionario que delineaba 10 formas en que los carcinógenos pueden desencadenar el desarrollo del cáncer. Desde entonces, científicos y reguladores han comenzado a identificar productos químicos con estas características como una forma más rápida y menos costosa de determinar si la exposición a ellos puede aumentar el riesgo de cáncer.
Lo que hace que este enfoque sea único es que los investigadores se dieron cuenta de que los carcinógenos mamarios tienden a aumentar la actividad hormonal. En el estudio se analizó si las sustancias químicas aumentan ciertas actividades hormonales. Las que se sabe que aumentan el riesgo de cáncer de mama. El equipo de investigación buscó específicamente sustancias químicas que activaran los receptores de estrógeno en las células mamarias. También sustancias químicas que hicieran que las células produjeran más estrógeno o progesterona. Ambos, factores de riesgo conocidos para el cáncer de mama.
Se descubrió que más de la mitad de las sustancias químicas de la lista hacen que las células produzcan más estrógeno o progesterona. Alrededor de un tercio activan el receptor de estrógeno. Otras 278 sustancias químicas de la lista habían causado tumores mamarios en estudios con animales. A pesar de que en los Estados Unidos se utilizan decenas de miles de sustancias químicas en productos comerciales, la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA) sólo tenía datos sobre la interacción de unas 2.200 sustancias químicas con las hormonas. Es probable que la lista de sustancias químicas potencialmente peligrosas sea mucho más larga, si la EPA fuera más exhaustiva en su examen de los posibles peligros de las sustancias químicas.
Niños en riesgo
Las pruebas sugieren que la exposición de los niños a ciertas sustancias químicas durante periodos clave de su desarrollo puede aumentar el riesgo de que desarrollen cáncer de mama más adelante. Esta exposición temprana puede incluso aumentar las probabilidades de resultados negativos en varias generaciones de mujeres.
Muchas de las sustancias químicas mencionadas en el estudio son comunes en los productos para niños. Por ejemplo, muchas lociones y champús para niños contienen parabenos y ftalatos. El pesticida malatión, por ejemplo, se utiliza comúnmente como ingrediente en los tratamientos contra los piojos.
La exposición de los niños a tales sustancias químicas es especialmente preocupante ya que son muy vulnerables en edades tempranas. Ante la falta de una regulación significativa, varias organizaciones sin ánimo de lucro han desarrollado recursos para ayudar a los consumidores a evitar las sustancias químicas que podrían aumentar su riesgo de cáncer. Como la aplicación Detox Me del Silent Spring Intitute, el Anti-Cancer Lifestyle Program, la aplicación Healthy Living del Environmental Working Group, la base de datos MadeSafe y Clearya.
Regular más las sustancias
Se espera que, como resultado del estudio, el método desarrollado se utilice para detectar otros tipos de riesgo de cáncer. Aspiran además a que los organismos reguladores, como la EPA, utilicen la investigación para identificar y regular más rápidamente las sustancias químicas que podrían ser peligrosas.
Organizaciones como Breast Cancer Prevention Partners han estado abogando por productos de cuidado personal más seguros desde principios de la década de 2000. Se han logrado algunos avances con la aprobación de la Ley de Modernización de la Normativa Cosmética, que mejora la transparencia de los ingredientes y exige la notificación de los efectos adversos. Pero el gobierno federal aún no ha prohibido ni restringido las sustancias químicas relacionadas con el cáncer de mama y otras enfermedades crónicas.
“Hemos descubierto cientos de sustancias químicas que podrían aumentar el riesgo de cáncer de mama. Estamos trabajando activamente en la traducción de esta investigación para los reguladores, epidemiólogos e investigadores del cáncer para que todos podamos trabajar juntos para avanzar en la prevención del cáncer de mama”.
Jennifer Kay. Investigadora científica del Instituto Silent Spring. Autora principal del estudio