Una reciente investigación sugiere que las personas que sufren de obesidad grave tendrían bacterias o fragmentos de bacterias que permiten el desarrollo de la diabetes tipo 2. Encontraron evidencia de una firma bacteriana en la sangre, el hígado y en ciertos tejidos adiposos de pacientes con diabetes mellitus.
Científicos de la Universidad Laval, del Instituto del Corazón y el Pulmón de Quebec y la Universidad McMaster, en Canadá, utilizaron muestras de sangre y tejidos de 40 pacientes con obesidad severa para el estudio. Los hallazgos abren las puertas a otras investigaciones que busquen un tratamiento contra la diabetes basados en bacterias.
La diabetes tipo 2 enfermedad asociada a la obesidad
La diabetes tipo 2 es una enfermedad crónica que se caracteriza por la incapacidad del cuerpo para usar eficazmente la insulina. Generalmente, es consecuencia del sobrepeso y la inactividad física. De allí su relación con la obesidad grave, que también es una enfermedad crónica asociada a otras dolencias como la hipertensión arterial y la apnea del sueño.
Sangre, muestras del hígado y muestras de la grasa abdominal de pacientes que pasaron por una cirugía bariátrica –un tipo de cirugía que se utiliza para cambiar el sistema digestivo y ayudar a las personas a perder peso– revelaron una firma bacteriana que no era la misma en los pacientes diabéticos que en los pacientes no diabéticos.
En busca de una firma bacteriana
El estudio tomó 20 pacientes diabéticos y 20 pacientes resistentes a la insulina, pero no diabéticos. Para determinar la firma bacteriana, los investigadores identificaron el material genético bacteriano de cada uno de los tejidos muestreados. Luego, identificaron el tipo de bacteria presente y su relativa abundancia.
El análisis mostró que el número total de bacterias en las muestras variaba de un tejido a otro. El hígado y el epiplón mayor –tejido graso que conecta el estómago y el colon transverso– presentaban el mayor número de bacterias. Ambos órganos tienen un papel fundamental en la función metabólica.
Hipótesis bacteriana
La hipótesis que manejan los investigadores es que las bacterias y fragmentos bacterianos vivos traspasan la barrera intestinal en los pacientes obesos y desencadenan un proceso inflamatorio. Como consecuencia de la inflamación, la insulina no puede regular los niveles de glucosa en la sangre.
En la diabetes tipo 2, las células musculares no responden correctamente a la insulina. El azúcar se acumula en la sangre al no entrar a las células musculares para almacenarse como fuente de energía, proceso que denomina resistencia a la insulina.
Más que centrarse en darle un nombre a las bacterias, los investigadores enfatizan que lo más importante es su ubicación. Haber encontrado dónde están las bacterias es fundamental para la comprensión de la influencia que tienen los microbios intestinales en el metabolismo huésped.
Las investigaciones sobre bacterias y diabetes tipo 2 continuarán su trabajo, gracias a una beca de dos millones de dólares que los Institutos Canadienses de Investigación de la Salud otorgaron al proyecto.
El próximo paso será experimentar en un modelo animal cómo las bacterias patógenas halladas en los tejidos pueden desencadenar la diabetes tipo 2. También cómo las bacterias beneficiosas halladas en los mismos tejidos pueden utilizarse para prevenir el desarrollo de la enfermedad. Es decir, llegar a desarrollar bacterias probióticas que se utilicen para el tratamiento de la diabetes tipo 2.
«La diabetes tipo 2 influye en la compartimentación del tejido bacteriano en la obesidad humana» se publicó en la revista Nature Metabolism. Es una publicación en línea que abarca toda investigación hecha sobre el metabolismo humano desde la perspectiva de las ciencias básica.
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