Por: David Venegas
22/02/2018
Trump plantea subir a 21 años la edad para comprar armas en EEUU
Las armas representan la vida y obra de la Asociación Nacional del Rifle de EEUU. La organización posee cinco millones de miembros y, según ProPublica, al apuntar su declaración de impuestos, tenían un presupuesto de 303.5 millones de dólares en 2015. También conocido mundialmente como la NRA (su acrónimo en inglés) tiene 145 años de vida. Fue creado en 1871 en Nueva York por dos exoficiales del Ejército de la Unión (Coronel William C. Church y el General George Wingate) que deseaban mejorar la puntería de los estadounidenses. De hecho, es el club nacional más antiguo sobre derechos civiles.
Su leitmotiv es mantener vigente la Segunda Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, donde se reconoce el derecho a poseer armas de fuego. En su página web promueven, entre otras cosas, sus multitudinarias competiciones de tiro deportivo organizadas en más de 11 mil eventos. Según su propia historia, en 1900 se instalaron en universidades y academias para formar a pistoleros. Más adelante, durante la Segunda Guerra Mundial, enviaron 7 mil armas a Gran Bretaña para defenderse de Alemania. Pero justo en 1949, crearon el primer programa de educación de fusiladores. Una propuesta que se extendió hasta Canadá.
La NRA se autoproclama como «el estándar dorado» en la capacitación sobre seguridad con armas de fuego. No en vano, más de un millón de personas asisten a sus cursos anuales. En su nómina figuran 125 mil instructores especializados en rifle básico, pistola, escopeta y recarga de municiones. En 2015, invirtieron 45.4 millones de dólares en sus cursos de capacitación y promociones de tiro y caza.
Asociación Nacional del Rifle y su activismo político
«Siendo necesaria una Milicia bien ordenada para la seguridad de un Estado libre, el derecho del pueblo a poseer y portar Armas, no será infringido«. Así reza la segunda enmienda de la Constitución de EEUU. Los primeros colonos estadounidenses veían el derecho de poseer armas y/o el derecho de portar armas y/o milicias estatales como importantes para varios propósitos. Entre ellos la disuasión de un gobierno no constitucional, repeler invasiones o insurrecciones. Obviamente el mundo es un lugar diferente ahora que en el siglo XVIII cuando se aprobó esta enmienda. Por ende, muchos creen que la posesión de armas debe ser restringida y regulada.
Contrario a lo que se pueda pensar, la Asociación Nacional del Rifle no siempre fue contraria a la regulación de las armas. Por el contrario, en las décadas de 1920 y 1930, la organización ayudó a escribir las primeras regulaciones. Asimismo, en los años 60, la NRA en realidad apoyó nuevas leyes federales sobre armas de fuego. Con el surgimiento de grupos como las «Panteras Negras», la NRA temía que las armas «cayeran en manos equivocadas».
Y llegó el dinero a la política
Fue en los años 70 que la política de la NRA comenzó a cambiar. Principalmente a medida que los propietarios de armas se convertían cada vez más en personas que compraban armas de fuego para obtener protección en lugar de deportes. En 1976, la organización decidió que abandonaría el cabildeo en Washington. Por ende, sólo se concentraría en la promoción del tiro «recreativo». No obstante, tal declaración incentivó una nueva generación de activistas que, con el paso de los años, se convertiría en la actual directiva de la NRA, con una vocación antireglamentaria.
El cambio de la Asociación Nacional del Rifle coincidió con un momento en que los cambios en las regulaciones de financiación de campañas facilitaron la entrada de dinero en la política. La NRA pronto se convirtió en una aparato formidable de recaudación de fondos haciendo candidaturas a nivel estatal y federal».
Continúa ejerciendo esa influencia desde entonces. La NRA trabajó arduamente en apoyar a Donald Trump durante su campaña presidencial. Ellos influyeron mucho en su victoria final. En total, la NRA gastó 30.3 millones de dólares para respaldar a Trump. Uno de sus hypes más llamativos fue un spot televisivo sobre las leyes de control de armas producido por 6.5 millones de dólares. Así que no es coincidencia que el esposo de Melania Trump figure como el primer presidente en 34 años en sostener reuniones con la NRA.
Por otro lado, la NRA desembolsilló 20 millones de dólares para desarrollar la carrera de candidatos republicanos para el Senado estadounidense en 2016. Según El País, los legisladores más beneficiados son John McCain (siete millones) y Marco Rubio (tres millones).
No es el dinero, es la gente
Sí, la Asociación Nacional del Rifle maneja insólitos montos patrimoniales, pero la densidad de su éxito no radica en sus cuentas bancarias. Su poder reside en la voluntad de sus miembros; en el impacto de sus acciones. «Sus integrantes tienen mucha habilidad para movilizar el apoyo de las bases y para hacer que la gente participe en la política», sugiere Robert Spitzer, profesor de crimen, legislación y política en la Universidad Pública de Nueva York, para El Diario. Y lo mismo piensa George Stephanopoulos. El exasesor de Bill Clinton, según rescata el Alexis Sottile, aseguró en una entrevista que los ciudadanos de la NRA son buenos. «Están pendientes de los congresistas. Escriben cartas. Votan. Contribuyen. Con el tiempo, consiguen lo que quieren».
No obstante, la mayoría de los estadounidenses no aprueban a la NRA. En octubre de 2017, las encuestas de Gallup demostraron que 60% de la población cree que las leyes sobre venta de armas deben ser más estrictas. Mientras que 33% se siente cómodo con los estatutos actuales. Dentro de la NRA, la estructura privilegia a los republicanos, quienes representan el 77% de los miembros, según el Centro de Investigación Pew 2017. Solo el 20% son demócratas. Pero la misma encuenta resalta un dato curioso: 45% de los integrantes de la asociación creen que tener un arma es parte vital de su identidad moral y patriótica.
Ahora es que le sobran cartuchos
La Asociación Nacional del Rifle está más recargada que nunca. Entrar en sus filas es muy fácil. Solo hay que completar una solicitud en su página web y escoger la membresía. Las tarifas para cubrir entre uno o cinco años varían entre 40 y 140 dólares. La membresía vitalicia vale 1500 dólares. En este sentido, sus integrantes gozan de una póliza de seguros de 7.500 dólares.
Por mucho que la critiquen, la NRA es un ente que camina solo. Y su autoridad es formidable. Además, su negocio está lejos de menguar. En 2013 se reveló que en Estados Unidos hay más armas que habitantes: 357 millones frente a 317 millones de personas.
Cada vez que suceden matanzas en Estados Unidos, la polémica hierve de nuevo. A pesar del reciente tiroteo en Florida, (donde murieron 17 personas) la idea de endurecer la regulación de armas no ve luces.
En definitiva, la NRA tiene, indudablemente, un sitial de honor en Washington. Trump es su amigo. Y como buenos compadres seguirán juntos hasta el final.