Asnoterapia la llaman y ayuda a aliviar el estrés en estos tiempos de pandemia. Conocedores de caminos y anécdotas, los asnos se han distinguido por su trabajo lento pero pertinaz de aligerar la carga a sus compañeros de travesía. Uno de ellos llevó a cuestas a Jesús en su entrada triunfal a Jerusalén. Otro, ¨tan blando por fuera, que se diría todo de algodón”, protagonizó la obra del poeta Juan Ramón Jiménez, Platero y yo. En tiempos de la COVID-19, varios especialistas están aplicando una terapia inspirada en estos animales tan amigables para ayudar a los sanitarios.
Todo empezó con la crisis del coronavirus, que ya se aproxima a los seis meses de ser declarada pandemia. Médicos, enfermeras y todo el personal de salud han batallado duramente junto a miles de pacientes. De estos combates diarios, a veces interminables, cuerpo y mente se han resquebrajado, debilitado. Y en ocasiones, enfermado.
Apareció entonces la asociación onubense El Burrito Feliz con el propósito de ayudar a los sanitarios a liberar el estrés, así como la ansiedad y el cúmulo de emociones en sus críticas jornadas. El espléndido Parque Natural de Doñana (Andalucía), patrimonio de la humanidad, es el sitio escogido para emprender estas terapias.
Dice Luis Bejarano, uno de los motivadores de esa iniciativa, que en el proyecto terapéutico trabajan personas, naturaleza y burros, liderados por Magallanes, que hace las veces de anfitrión. Se trata de unas terapias “amparadas por psicólogos y con un estudio médico detrás”, explica.
Asnoteparia para aliviar el estrés a los sanitarios
El objetivo de esta propuesta altruista y gratuita es que todos estos profesionales de la salud “se sientan desvinculados de su trabajo en este entorno. Acompañados de estos animales tan empáticos, que desprenden una energía positiva”, contó Bejarano, visiblemente emocionado. Solo se exige una condición: no hablar de la COVID-19 durante la estancia.
«Sin dudas – relata – la asnoterapia ha beneficiado a los sanitarios que han acudido a nuestro encuentro».
Personal de salud, tanto de clínicas y hospitales de Sevilla y Huelva como del resto de España, han asistido a ese escenario natural. “En las próximas semanas va a venir un grupo de sanitarios de Madrid, que quieren aprovechar sus vacaciones para hacer asnoterapia. Pasarán un fin de semana acampados en el bosque y podrán disfrutar de la compañía de los burritos o pasear”, detalla Bejarano.
Burros, personas y naturaleza
¿En qué consiste la asnoterapia de Doctor Burro? En la finca hay una familia de burros, son primos casi todos y el que hace las veces de maestro de ceremonia es Magallanes y su aprendiz estrella, Ciclana. Y todos ellos se dedican a amenizar a sus huéspedes a través de tres actividades: paseos, sesiones de abrazoterapia y el baño de burros.
El paseo por el bosque, cuenta Bejarano, puede ser acompañado de estos animales o bien en solitario “para desconectarse y unirse a la naturaleza”. El contacto más estrecho con los burros llega en las sesiones de abrazoterapia, donde “acarician al burro y le conocen un poquito mejor”. Se entabla además un diálogo silente de afecto.
Luego, para los más atrevidos, está el baño de burros. Ahí entran en acción todos los asnos de Burrito Feliz, no solo Magallanes y Chiclana. Toda la parentela. “Es la actividad estrella, el sanitario entra en un recinto con todos los burritos, más de veinte. Se siente acogido por estos simpáticos animales, que le rodean por completo y le acarician. Se nota una gran alegría y bienestar”, detalla el motivador.
Sanitarios relajados
Con la asnoterapia el bienestar es prácticamente instantáneo, reconforta a los participantes. “Estos meses han sido duros para los que trabajamos en primera línea en los hospitales y otros centros sanitarios. Una terapia como esta permite desconectarte de todo lo que has vivido. Relaja mucho”, explica Cristina Mariño, administrativa del hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva y una de las primeras en probar esta peculiar terapia.
“Lo probé y enseguida se lo recomendé a mis compañeros del hospital. Ya han venido varios y han salido encantados. Los burros son muy nobles, detectan lo que estás sintiendo en ese momento”, añade.
Esta terapia lleva años aplicándose en otras partes del mundo. Está orientada más bien a personas con discapacidades físicas o mentales. A niños con dificultades motoras o con autismo.
La asnoterapia además de aliviar el estrés permite a estas personas tejer un vínculo emocional con un animal especialmente dulce, cariñoso y tolerante.
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