Después de una leve desaceleración de 2% de la demanda global de electricidad en 2022, en un contexto de crisis energética y condiciones climáticas excepcionales, se espera que despierte el crecimiento. Y se acelere a un promedio del 3 % en los próximos tres años de manera consecutiva. Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE) Asia utilizará por primera vez la mitad de la electricidad del mundo para 2025.
Las economías emergentes y en desarrollo de Asia son las fuerzas impulsoras detrás de este ritmo más rápido. Es un paso adelante del crecimiento promedio del 2,4% durante los años anteriores a la pandemia.
Se espera que más del 70% del aumento en la demanda mundial de electricidad durante los próximos tres años provenga de China, India y el sudeste asiático. En 2022 la economía china creció apenas 3%, marcada por los confinamientos y las políticas de cero covid. Así como por la crisis inmobiliaria y la sorprendente baja en la natalidad. En 2021 el PIB aumentó 8%. Y para este 2023 se prevé una expansión entre 4,4% y 5,2% en el consumo, comercio y más amplio en la industria.
Gran parte del uso de electricidad de Asia será en China. Su participación en el consumo mundial aumentará de una cuarta parte en 2015 a un tercio a mediados de la década, “China consumirá más electricidad que la Unión Europea, EE UU e India juntos”, señaló Keisuke Sadamori, director de seguridad y mercados energéticos de la AIE.
Por el contrario, África, hogar de casi una quinta parte de los casi 8 mil millones de habitantes del mundo, representará solo 3% del consumo mundial de electricidad en 2025. “Esto y el rápido crecimiento de la población significan que todavía hay gran necesidad de una mayor electrificación en África”, precisó.
Asia demandará mucha electricidad
El informe anual de la AIE exalta el comportamiento esperado de Asia, en la demanda global de electricidad para 2025, impulsados por el vigor de sus economías y aumento de la población.
“La creciente demanda mundial de electricidad se acelerará. Agregando más del doble del consumo actual de electricidad de Japón en los próximos tres años”, adelantó el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol. “La buena noticia es que las energías renovables y la energía nuclear están creciendo lo suficientemente rápido como para satisfacer casi todo este apetito adicional. Esto sugiere que estamos cerca de un punto de inflexión para las emisiones del sector eléctrico”.
Sostuvo que ahora, los gobiernos deben permitir que las fuentes de energías limpias crezcan aún más rápido. Y reduzcan las emisiones para que el mundo pueda garantizar un suministro seguro de electricidad mientras alcanza los objetivos climáticos.
Los científicos insisten en que se necesitan recortes drásticos en todas las fuentes de emisiones para evitar que las temperaturas globales promedio aumenten 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales. Ese objetivo, establecido en el Acuerdo de París, parece cada vez más dudoso, ya que las temperaturas ya han aumentado más de 1,1 °C.
Una esperanza para alcanzar el objetivo es un cambio total de los combustibles fósiles como el carbón, el gas y el petróleo hacia fuentes de energía con bajas emisiones de carbono. Pero mientras algunas regiones están reduciendo el uso de carbón y gas para la producción de electricidad, en otras el consumo está aumentando, reveló la AIE.
Alteraciones del clima inciden en la generación
El informe de 134 páginas puso énfasis en la demanda global de electricidad, que será acaparada por Asia. También advirtió que el consumo y el suministro de electricidad dependen cada vez más del clima, un problema que instó a los formuladores de políticas a abordar.
“Además de la sequía en Europa, hubo olas de calor en la India (el año pasado)”, comentó Sadamori. “Del mismo modo, el centro y el este de China se vieron afectados por olas de calor y sequía. Estados Unidos también experimentó severas tormentas de invierno en diciembre. Esos eventos ejercieron presión sobre los sistemas de energía de estas regiones”.
El documento advirtió que “a medida que la transición a la energía limpia se acelera, el impacto de los fenómenos meteorológicos en la demanda de electricidad se intensificará. Debido a la mayor electrificación de la calefacción. Mientras que la proporción de energías renovables dependientes del clima seguirá creciendo en la combinación de generación. En un mundo así, será crucial aumentar la flexibilidad de los sistemas de energía mientras se garantiza la seguridad del suministro y la resiliencia de las redes”.
Por lo pronto, se pronostica que la generación de energía a base de gas natural en la UE caerá en los próximos años, según las tendencias actuales. Pero se espera que un crecimiento significativo en el Medio Oriente compense en parte esta disminución. Los fuertes aumentos en los precios del gas natural en medio de la crisis energética, a su vez, han alimentado los precios de la electricidad en alza en algunos mercados. Particularmente en Europa, lo que provocó un debate en los círculos políticos sobre las reformas al diseño del mercado eléctrico.
¿Las emisiones se mantendrán?
La AIE observa que es probable que las disminuciones esperadas en la generación a carbón en Europa y las Américas se vean acompañadas por un aumento en la región de Asia y el Pacífico. A pesar de los aumentos en el despliegue de energía nuclear y el reinicio de plantas en algunos países como Japón. Esto significa que después de alcanzar un máximo histórico en 2022, las emisiones de dióxido de carbono de la generación de energía mundial se mantendrán en el mismo nivel hasta 2025.
El fuerte crecimiento de las energías renovables significa que se prevé que su participación en la combinación global de generación de energía aumente del 29 % en 2022 al 35 % en 2025. Con una caída de la participación de la generación a base de carbón y gas.
La intensidad de CO2 de la generación de energía en Europa en 2022, aumentó como resultado de un mayor uso de carbón y gas. En medio de fuertes caídas en la producción tanto de la energía hidroeléctrica, debido a la sequía, como de la energía nuclear, debido al cierre y mantenimiento de plantas. Sin embargo, este revés será temporal. Se espera que las emisiones de generación de energía de Europa disminuyan en promedio alrededor de un 10% anual hasta 2025.