A petición de Daniel Ortega, 75 diputados de la Asamblea Nacional de Nicaragua disolvió la Academia Nicaragüense de la Lengua. La decisión priva de personalidad jurídica a la corporación centroamericana y significa su desaparición después de 94 años de existencia. El cierre ha sido condenado inmediatamente por la Real Academia Española (RAE) y como también por escritores y académicos en todo el mundo. Dentro de la misma vertiente represiva contra la sociedad civil, los legisladores suspendieron 83 organizaciones no gubernamentales defensora de los derechos humanos, del medio ambiente y de soporte de la población más indefensa.
La RAE sorprendida por el cierre la Academia Nicaragüense de la Lengua
El cierre de la Academia de Nicaragua tomó por sorpresa a la RAE. Sin pausa, condenó la decisión y difundió comunicado en su cuenta de Twitter. «Manifestamos una profunda preocupación por la noticia del posible cierre de la Academia Nicaragüense de la Lengua propuesto a la Asamblea Nacional de Nicaragua, que privará de personalidad jurídica a la corporación centroamericana y causará su desaparición después de noventa y cuatro años de fecunda existencia al servicio del mayor valor cultural de la nación», declara..
El texto enaltece a la Academia Nicaragüense, como una institución fundamental para el cuidado de la lengua que han llevado a su más alto grado de excelencia escritores del país como los maestros Rubén Darío, Alfonso Cortés, Ernesto Mejía, José Coronel Urtecho, Lisandro Chávez, Ernesto Cardenal o Pablo Antonio Cuadra. Además, desarrolla una «labor incansable en beneficio directo del pueblo, que es el dueño del idioma» y cumple «una función imprescindible» en el concierto internacional como parte de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE). La cual promueve el idioma común como el mejor instrumento de diálogo, concordia y entendimiento entre los pueblos hermanos.
Solidaridad con los académicos de Nicaragua
La RAE asegura que «defiende las libertades de pensamiento, expresión y asociación como los primeros valores de cualquier sistema de convivencia». Asimismo, respalda y reivindica enérgicamente el legítimo derecho de la Academia Nicaragüense de la Lengua a servir a sus conciudadanos y a hacer posible la participación de Nicaragua en la preservación del bien cultural superior, hoy patrimonio común de casi seiscientos millones de personas en todo el mundo.
La RAE finaliza el comunicado mostrando su solidaridad con los académicos de Nicaragua y reclamando el apoyo y la adhesión de las instituciones públicas y privadas de todo el ámbito hispanohablante a fin de evitar la desaparición de la Academia Nicaragüense de la Lengua. La decisión de la Asamblea Nacional de Nicaragua «supondría un gravísimo perjuicio y una pérdida irreparable para la lengua española». Las Academias de la Lengua de Chile, Ecuador y México también expresaron su inconformidad.
Pérez-Reverte condena la disolución
El cierre de la Academia Nicaragüense de la Lengua es un golpe muy duro contra la cultura que ha propinado el Gobierno del presidente Daniel Ortega. En esta línea, el escritor español e integrante de la RAE Arturo Pérez-Reverte tiene su postura: «Esto es importante, y muy grave». «En un siglo de existencia de las academias hermanas de la lengua española en América, nadie se había atrevido nunca a ir tan lejos como la siniestra dictadura de Nicaragua, tan admirada en España por algunos miserables”, tuiteó el escritor y periodista galardonado con el Premio Goya en 1993.
Asimismo, aprovechó la ventana para refutar algunos comentarios que le dejaron. Un usuario le mencionó el franquismo, diciendo que «la tendencia a la hipérbole de los literatos suele ser un obstáculo a la hora de analizar la realidad» y agrega que no tuvo ninguna gravedad el exilio de académicos de la lengua en la dictadura franquista. «No parece que el grado de estupidez de Daniel Ortega diste mucho del de Francisco Franco», agregó.
A lo que Pérez-Reverte le contestó que Franco ordenó a todas las academias quitar la plaza a los académicos en el exilio. Pero la RAE «fue la única que se negó a obedecer y las conservó hasta su muerte o regreso». Agregó que en ese momento la dirigía Pemán: literato franquista; «pero, como ve, honorable».
Otros usuarios de la red social le preguntaron al escritor qué consecuencias tendría el cierre de la Academia Nicaragüense de la Lengua para el pueblo nicaragüense. Su respuesta fue: «Usted debe de creer que los diccionarios, las ortografías y las gramáticas comunes para 600 millones de hispanohablantes los hacen entre cuatro amiguetes tomando cervezas en un bar».
Más de 80 ONG disueltas el mismo día
El régimen de Daniel Ortega, a través del Ministerio de Gobernación, ordenó además el cierre de 83 ONG. Incluida la Fundación Enrique Bolaños, que cuenta con una de las bibliotecas virtuales más completas del país. Alegó que «esas ONG incumplieron con las leyes de la materia», entre ellas no inscribirse en el registro de agentes extranjeros.
Otras de las ONG disueltas son la Asociación para Promoción y Desarrollo de los Comités de Agua Potable y Saneamiento (Red CAPS), que llevan agua potable a lugares remotos, y la Asociación de Mujeres Nora Astorga, que lleva el nombre de quien fue vicecanciller y embajadora de Nicaragua ante la ONU durante el primer gobierno sandinista.
Las nuevas asociaciones disueltas por orden del régimen de Ortega elevan a 319 las organizaciones no gubernamentales prohibidas desde diciembre de 2018.