Partiendo de la pintura como relatora, Gamarra narra dos historias que parecen bifurcarse después de las independencias de América, pero están inexorablemente entrelazadas. La artista peruana-española pone el foco en la manera en la que se han invisibilizado los relatos de las culturas nativas y mestizas
La Sala Alcalá 31 de la Comunidad de Madrid acogerá del 16 de septiembre al 16 de enero de 2022 la exposición Buen Gobierno de la artista de nacionalidad peruana y española Sandra Gamarra Heshiki (Lima, 1972), un ejercicio visual de mirada crítica con el colonialismo, en el que se cuestionan los órdenes establecidos en el imaginario tanto de la sociedad española como de la peruana con respecto al momento histórico en el que ambas historias se cruzan.
La muestra ahonda en la relación de carácter neocolonial que aún impera en España en relación a gran parte de las culturas de América Latina. El proyecto, comisariado por el historiador, profesor e investigador Agustín Pérez Rubio, lleva por título Buen Gobierno, expresión que tiene su origen en el famoso manuscrito Primera Crónica y Buen Gobierno firmado por Felipe Guamán Poma de Ayala, natural de Huamanga, actual Ayacucho, hacia 1651, para retratar la realidad andina colonial y solicitar al rey de España Felipe III una reforma del gobierno virreinal para salvar al pueblo andino de la explotación, las enfermedades y las mezclas raciales, como sinónimo de la desaparición de la cultura autóctona.
En Buen Gobierno, Sandra Gamarra Heshiki “construye su proyecto sobre un espacio de conflicto y señala cómo el origen de las naciones latinoamericanas está íntimamente ligado al propio nacimiento de España, y cómo una mirada crítica sobre el buen gobierno de estos dos legados es la clave para construir otras formas de convivencia”, señala Pérez Rubio.
“Casi cuatrocientos años después de este manuscrito, esta mezcla racial y cultural no ha significado la desaparición de estas civilizaciones, sino que se han servido, con dolor y dificultad y casi en contra una de la otra, para la evolución de las mismas”, añade.
Juego de espejos que interpretan y traducen
Las relaciones de raza y género están presentes a lo largo de todo el ejercicio visual de carácter decolonial que propone la artista. Para ella, “la exposición entera está pensada como un juego de espejos en la que las piezas y los espacios se repiten con ligeras diferencias, en la que la pintura se erige como catalizadora de una forma de representar el mundo y también como traductora de otras sensibilidades”.
La pintura de Gamarra como relatora de la historia
Partiendo de la pintura como relatora de la historia, la exposición comienza con una sala de pintura historicista (más que histórica) donde los cuadros están hechos a manera de espejo, como si la sala se reflejara de un lado a otro, contando cada uno la misma historia de manera diferente. Gamarra pone así de manifiesto la manera en la que los discursos hegemónicos han ocupado el capital simbólico de la historia, invisibilizando los relatos de las culturas nativas y mestizas.
Otros temas recurrentes en su obra tendrán reflejo en diversas piezas que forman parte del proyecto de la Sala Alcalá 31. Por un lado, la fragilidad de la idea de naturaleza como generadora permanente de bienes, y por otro, la manera en la que los museos occidentales hacen lo mismo con las culturas a las que conquistaron, saquearon y de las que presentan sus “tesoros” de forma aséptica, a modo de museos-mausoleos, forzando a una extraña relación disociada entre lo contemporáneo, lo espiritual y lo ancestral.
En Buen Gobierno se presentan también obras y propuestas de otros artistas –desde la importante serie de Pinturas de mestizaje del siglo XVIII, muy probablemente de Cristóbal Lozano, al trabajo de artistas contemporáneos de Tablas de Sarhua, como Primitivo Evanán Poma y Valeriana Evanán Vivanco, o mates burilados de Sixto Seguil Dorregaray y las máscaras de La Tunantada de Junin, entre otros–, para evidenciar lo que la artista viene trabajando desde hace algún tiempo: la carga colonial que desde el imaginario pictórico y artístico se ha impuesto en los modos de ver y en las prácticas del mundo del arte occidental.
Compendio de Buen Gobierno
Con motivo de la exposición se publicará un libro que incluirá un compendio de las obras que forman parte de Buen Gobierno junto a nuevos textos realizados para esta publicación por María Íñigo Clavo, Miguel A. López, la artista y el curador de la muestra, en los que se reflexiona sobre todos los temas de carácter decolonial que aparecen en la obra de Sandra Gamarra Heshiki. Además, la Sala Alcalá 31 ofrecerá actividades paralelas a la exposición como visitas guiadas para público individual y grupos.
Creo que tenemos que tener claro que somos artistas que ingresamos en el ‘sistema’ como una cuota que suma a su jerarquía —¿una cuota universalizante?— y que tendríamos que hacer de este lugar de inclusión un espacio adjunto, poroso. La narrativa que nos incluya tendría que ser dictada por una necesidad nuestra y no por un deseo del otro”.
En la confluencia entre lo precolombino, lo colonial y lo occidental en la artista Sandra Gamarra
Sandra Gamarra Heshiki (Lima, Perú, 1972) en la actualidad vive y trabaja entre Lima y Madrid. En su trabajo utiliza los mecanismos del mundo del arte, procesos de producción, exhibición, divulgación y comercialización, para hacer una reflexión sobre la realidad. Para ella la ficción, la traducción y la selección son ingredientes esenciales de la realidad, pero a gran escala se disuelven en el espectáculo, haciéndose imperceptibles.
Su trabajo ironiza sobre estos procedimientos haciéndolos visibles para cuestionar nuestra participación en ellos. Propone que una de las maneras de responder y hacer frente a una realidad que se presenta como inabarcable es utilizar sus propios mecanismos de “creación”, friccionando con valores como novedad, autoría, originalidad y unicidad. Basado en la apropiación, su trabajo actúa como un espejo que desplaza formatos expositivos, altera la circulación de las imágenes, subvierte la propiedad de la cultura como también la narrativa entre el arte y el espectador.
“Siempre me he sentido parte de una tradición que se remonta a la pintura virreinal, no entendida como mera copia, sino como estrategia de representación”
Dentro de este espacio de investigación, su herencia peruana añade un nivel sincrético donde lo precolombino, colonial y la cultura occidental confluyen. Algunas de sus últimas exposiciones recontextualizan los géneros de la pintura como son el paisaje, el autorretrato o el bodegón. En 2002 ante la ausencia de una institución en el campo de las artes contemporáneas en su país de origen, crea el LiMac (Museo de Arte Contemporáneo de Lima), museo ficticio que se establece a partir de un logo sobre objetos de merchandising (lápices, borradores, tazas, bolsas). Desde aquí, el LiMac, produce colecciones, exhibiciones, publicaciones y un proyecto arquitectónico y su propia página web (www.li-mac.org).
Ha expuesto en la 11ª. Bienal de Berlín, en la XXIX Bienal de Sao Paulo, en el pabellón Italo-Latino Americano (IILA) en la 53 bienal de Venecia, en la XI Bienal de Cuenca. Ha sido parte de las exposiciones Territorios indefinidos, Perspectivas sobre el legado colonial, MACBA, (Barcelona, España); En orden de Aparición, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, (Madrid, España), Todos los tonos de la rabia, MUSAC, (León, España); Mil bestias que rugen, CAAC, (Sevilla, España); Vacío museal, MAC-Lima, (Lima, Perú); Lo Real Maravilloso, Museo de arte contemporáneo de Tokio (Japón); Setting the Scene, Tate Modern (Londres, Reino Unido), entre otras. Su obra es parte de colecciones particulares y públicas en el Perú y el extranjero.