Por Efe
16/06/2016
Un año más arranca la feria de arte de Art Basel, considerada por muchos como la más importante del mundo debido a su buena salud financiera y a las exigentes condiciones impuestas a las galerías para asegurar la calidad del evento edición tras edición.
La feria, que toma nombre de la cuidad suiza que la acoge, Basilea, abre sus puertas al público hasta el próximo domingo, después de que el miércoles pudiesen asistir los visitantes más especiales -sólo bajo invitación-.
En esta ocasión, Art Basel celebra su 47 cumpleaños en plena forma, con cifras abrumadoras como de costumbre: más de 288 galerías expondrán 3.872 piezas de 1.522 artistas de 33 países del mundo. Los números demuestran que Art Basel no sólo implica arte, sino también negocio, y es que cada año unas 3.000 galerías intentan estar presentes pese a que un espacio en el recinto cuesta cerca de 500 euros por metro cuadrado.
Como en ediciones anteriores, se espera una gran afluencia del público, y concretamente este año, los organizadores calculan que más de 95.000 visitantes contemplarán las colecciones instaladas en alguna de las seis plantas dispuestas para el evento. Aun así, los grandes compradores acostumbran a cerrar los preacuerdos de venta los días anteriores al evento, o en la inauguración previa a la apertura al público, para asegurar que se hacen con las cotizadas obras.
Los más afortunados y pudientes -la feria es uno de los diez lugares del mundo a los que más se acude en jet privado- podrán adquirir en esta edición piezas de algunos artistas con renombre como Eduardo Chillida, Marcel Duchamp, Manuel Espinosa, Alberto Giacometti, Roy Lichtenstein o Edvard Munch.
La calidad de las obras se percibe no sólo por la exigencia a las galerías o por la importancia de los autores, sino también por el valor total del evento, que en años anteriores ha oscilado entre los 2.000 y 3.000 millones de euros, según la aseguradora AXA Art.
Inicios
«La abuela» de las ferias de arte moderno y contemporáneo -comenzó en 1970- es un espacio de convergencia único, que cada año permite a entendidos y curiosos admirar las obras de los artistas más consolidados, y disfrutar y descubrir las piezas de los emergentes por un módico precio que varía entre los 25 y los 120 francos suizos (entre 23 y 110 euros).
Las obras se encuentran distribuidas en cuatro temáticas: en el caso de Feature acoge a las galerías con piezas de artistas más consolidados y con mayor recorrido histórico, mientras que en Statements tienen su espacio proyectos emergentes. En Edition se pueden apreciar obras únicas nacidas de colaboraciones, mientras que Unlimited»acoge las performances, instalaciones, y piezas más grandes y extravagantes, que no pueden disfrutarse habitualmente en las galerías.
Además, durante la celebración, los asistentes podrán ver películas, revistas de arte y charlas entre expertos.
Las calles de Basilea también se llenarán de arte con Parcours, una iniciativa de la feria que pretende llegar al público más allá del recinto, con obras instaladas en algunos de los lugares más emblemáticos de la ciudad, como la plaza de la catedral.
Pero el arte no se queda sólo en Suiza, sino que tiene un carácter global, es por eso que desde el año 2002 la feria tiene una edición homónima en Miami, con un sabor especialmente latino, y desde 2012 en Hong Kong, para tender puentes con el arte emergente asiático.
Por otro lado, en 2016, los organizadores del evento han logrado recaudar un millón de dólares para financiar 37 proyectos artísticos independientes procedentes Afganistán, Australia, Canadá, Colombia, Costa Rica, Estados Unidos, Guatemala, Haití, Italia, México, Myanmar, Nigeria, Reino Unido, Sri Lanka, Tailandia y Vietnam.
Esta nueva faceta de Art Basel comenzó en 2014, y desde entonces 6.700 donantes han hecho posible que se desarrollen proyectos «que seguramente no habrían podido hacerse de otra manera», según el director general de la feria, Marc Spiegler.
Para otro de los directores de Art Basel, Patrick Foret, esta iniciativa alternativa ataja la «urgente necesidad de financiación en las artes», y permite «ayudar a las organizaciones que se presentan a prosperar y a realizar nuevos y excitantes proyectos».