En 2016, el total de gastos militares en el mundo fue de $1.686 millones. El presupuesto de Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz es menos de la mitad del 1% del gasto militar mundial, según Desarme Guía Básica ONU. Datos que resultan, por decir lo menos, sorprendentes para esta Semana del Desarme, que se conmemora desde hoy hasta el próximo 30 de octubre.
«Hay muchas causas por las que estoy dispuesto a morir, ninguna por la que esté dispuesto a matar», Mahatma Gandhi.
Es la semana del desarme. Sigue a @UN_Disarmament para ver cómo la ONU trabaja por un mundo libre de armas: https://t.co/mfajoEhC6z pic.twitter.com/4vRoA6s1dW
— Naciones Unidas (@ONU_es) October 25, 2018
Gasto militar y Objetivos de Desarrollo Sostenible
La guía detalla que poco más del 3% de este gasto militar podría “lograr el acceso universal a la enseñanza primaria y la primera etapa de la secundaria de calidad para todos (ODS 4)”; o que para “eliminar la pobreza extrema y el hambre (ODS 1 y 2)” se necesitaría un 13% de ese gasto total. O para que las poblaciones más vulnerables tengan acceso a “servicios básicos de agua, saneamiento o higiene (ODS 6)” se necesitaría menos del 2% de ese gasto militar total.
Es más, puntualiza que para conseguir las metas propuestas por los Objetivos de Desarrollo Sostenible se necesitan $1.4 billones al año. Es decir, $286 millones menos de lo que se invirtió en armas en 2016. $286 millones menos para que los casi 8 mil millones de personas que somos en el mundo tengamos acceso a las condiciones más básicas a una vida digna.
Es la #SemanaDelDesarme para alertar del peligro de la carrera armamentista, promover el cese y concienciar sobre la urgencia del desarme. pic.twitter.com/8bBp5NKFkq
— Naciones Unidas (@ONU_es) October 28, 2017
Lo más sorprendente que revela este documento es la variedad de armas existentes. Dejando no solo un sabor muy amargo, sino el fantasma de lecciones no aprendidas. Pareciera que los 23.5 millones de víctimas de la I Guerra Mundial + los 55 millones de la II Guerra Mundial + los 60 millones de muertos que se cargan la Guerra Fría, las guerras de liberación nacional, los conflictos interestatales, genocidios y crisis humanitarias se desvanecieran frente a los $1.686 millones destinados a seguir matando gente.
Un sustancioso arsenal
La guía estima que en el mundo circulan 875 millones de armas pequeñas, fuera de las armas de destrucción masiva y las amenazas en ciernes de Inteligencia Artificial desarrollada para que tenga autonomía a la hora de decidir si dispara un misil o no.
Armas nucleares
Tras el final de la guerra fría el número de armas nucleares en el mundo se ha reducido. Sin embargo, no han desaparecido. Se estima un total de 15.395 cabezas nucleares. Las fuerzas nucleares para 2016 estaban en manos de Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Francia, China, India, Pakistán, Israel y la República Democrática de Corea.
🎉14 new financial institutions have joined the #DontBankontheBomb Hall of Fame this year.
Find out if your bank, insurer or pension fund has made the list of institutions that are really making sure to exclude nuclear weapons ➡️ https://t.co/TtozCAGDkb #ResponsibleBanking https://t.co/fABrfm8eje— ICAN (@nuclearban) October 17, 2019
Afirma esta Guía Básica que una guerra nuclear limitada a una sola región podría afectar a más de dos mil millones de personas (más o menos la cuarta parte de la población mundial). Además de provocar “importantes alteraciones climáticas” y contaminar la atmósfera, la tierra y el agua por varios miles de años.
Armas químicas
La Convención sobre Armas Químicas – que entró en vigor desde 1997 – prohíbe el desarrollo, producción, almacenamiento y empleo de este tipo de armas. 20 años después 192 naciones la habían ratificado. Frente a este hecho existen nueve naciones que han declarado la posesión de armas químicas con un 90% de armas destruidas declaradas.
No obstante Naciones Unidas señala que este problema persiste, pues se ha usado armas químicas en Darfur, Siria e Iraq. Además, del lento proceso de destrucción de los grandes arsenales pertenecientes a Rusia y EEUU.
Armas biológicas
Son aquellas que utilizan la propagación de virus o bacterias contra seres humanos, animales o plantas. No solo causan enfermedades, sino la muerte y perjuicios económicos. Al igual que en el caso anterior, existe una Convención sobre Armas Biológicas que prohíben su desarrollo, producción y adquisición. Además de exigir la destrucción de las mismas y sus sistemas vectores. Hasta ahora no hay ningún Estado parte que haya declarado la posesión de este tipo de armas.
Pero para 1992 Rusia confirmaba el desarrollo en la ex Unión Soviética de un programa clandestino de armas biológicas. Mientras que se conocía para finales de esa década que Iraq en los 80 tuvo “un importante programa de guerra biológica no declarado que dependía en gran medida de cepas importadas y materiales suministrados por otros países”.
Misiles
Los hay entre alcance corto o intercontinental; pueden transportar un arma nuclear, química o biológica; pueden lanzarse desde el aire, tierra o agua; pueden apuntar hacia un objetivo terrestre, acuático, una aeronave, otro misil o un satélite. Legislarlos representa un gran reto, debido a que pueden ser un componente lícito en el arsenal de seguridad de los Estados.
Se trata de armas de extraordinaria precisión. Para el control de misiles solo existen dos instrumentos multilaterales el Régimen de Control de la Tecnología de Misiles y el Código Internacional de Conducta contra la Proliferación de los Misiles Balísticos.
Armas convencionales
De acuerdo con la Guía Básica, las armas convencionales son aquellos dispositivos “que pueden matar, incapacitar o lesionar, principalmente (aunque no exclusivamente) por medio de explosivos, energía cinética o productos incendiarios”. Aquí la lista pica y se extiende: tanques, vehículos de transporte de tropas, helicópteros, aviones de combate, buques de guerra, armas pequeñas, armas ligeras, minas terrestres, municiones en racimo y artillería.
Son el arsenal más común en el planeta y el más usado en los conflictos a lo largo de la historia. Lo más grave es que son el armamento más fácil de conseguir y menos regulado. La guía cuenta con datos reveladores en este sentido.
Los principales proveedores de armas en el mundo para 2015 eran EEUU con contratos valorados en $40.200 millones de dólares, seguido de Francia con $15.300 millones. Y en cuanto al valor de armas facturadas los tres primeros puestos son para EEUU, Rusia y Francia, quienes suministraron más de las dos terceras partes de las armas facturadas en el mundo.
Armas pequeñas y armas ligeras
Son de gran utilidad en las guerras civiles, las guerras entre bandas, la delincuencia organizada y el terrorismo. Señala la guía que más de 1000 empresas en 100 países participan en la producción de revólveres, pistolas, fusiles y ametralladoras.
Armamento que asciende a la astronómica cifra de 875 millones en el mundo. Unos pocos millones más que los 820 millones de personas que pasan hambre, de acuerdo con estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
La mala gestión y deficientes controles de estas armas incrementan el amplio espectro de abusos contra los derechos humanos: muerte, mutilación, violencia sexual, desaparición forzada, tortura y reclutamiento forzado de niños por grupos armados.
A toda esta cantidad de armas se deben sumar el uso de drones y el desarrollo de armas semiautónomas o autónomas, los llamados «robots asesinos» que podrían seleccionar sus objetivos y disparar sin intervención humana.
nuevo tratado internacional para prohibir preventivamente los sistemas letales de armas autónomas, también conocidas como armas totalmente autónomas o “robots asesinos”. Reporte de @hrw_espanol https://t.co/b2fBYy2WYe pic.twitter.com/MU3AHj7wM7
— Human Rights Watch (@hrw_espanol) October 1, 2019
Esperanza
Frente a este monstruoso arsenal la Semana del Desarme es un llamado a las naciones para que abandonen el uso de la fuerza en la resolución de conflictos. Además, de que la eliminación de armas, sea cual sea su tipo, es una de las principales metas de las Naciones Unidas.
Hay esperanzas. Existen zonas libres de armas nucleares: África (Tratado de Pelindaba), Asia Central (Tratado sobre una Zona Libre de Armas Nucleares en Asia Central), América Latina y el Caribe (Tratado de Tlatelolco), Asia Sudoriental (Tratado de Bangkok) y el Pacífico Sur (Tratado de Rarotonga).
Esto significa un enfoque regional que busca reforzar la no proliferación de armas nucleares y consolidar los esfuerzos para la consecución de la paz y la seguridad, aun cuando pareciera que la rendición de cuentas en el mundo es solo una vana exigencia frente a una clase política mundial cada día más ennoblecida y privilegiada. #C16Denuncia #SemanadelDesarme #ODS #DDHH
Para más información visite Cambio16.com
Lea también:
Turquía y EEUU pactan un alto a la ofensiva militar en Siria
Turquía y EEUU pactan un alto a la ofensiva militar en Siria