Por Cambio16
15/12/2016
El Tribunal Supremo anunció el archivo de la querella contra el exministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, y el exdirector de la Oficina Antifraude de Cataluña, Daniel de Alfonso, relativa a las grabaciones en las que ambos aparecen usando sus posiciones para conspirar y fabricar escándalos contra políticos independentistas.
La Sala de lo Penal del Supremo acordó la inadmisión a trámite y el archivo de la querella al «no existir indicios de que hubieran cometidos delitos de violación de secretos, prevaricación y malversación de fondos públicos».
Los hechos referidos en la querella hacen referencia a unas grabaciones tomadas en el despacho de Fernández Díaz en 2014, cuando todavía era miembro del Gobierno de Mariano Rajoy, con contenidos presuntamente en contra de dirigentes de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) y Convergència Democrática de Cataluña (CDC).
A raíz de estas revelaciones, el exalcalde de Barcelona y miembro de CDC, Xavier Trías, decidió junto a interponer una querella contra Fernández Díaz y Daniel de Alfonso. Esquerra Republicana de Cataluña también acudió a la justicia, que no vio motivos para investigar al ahora exministro.
La querella interpuesta por Trías y CDC considera que el antiguo titular de Interior y el exdirector de Antifraude incurrieron en un delito de conspiración al «concertar para la filtración a la prensa» una «información confidencial que conocen por razón de sus cargos». Concretamente, la querella se refiere a unas informaciones publicadas por el diario El Mundo en la que se afirmaba que Trías ocultaba dinero al fisco español a través de cuentas en Suiza.
Según el Tribunal Supremo, «los hechos relatados en la querella no ponen de manifiesto que se haya revelado información de la que el querellado dispusiera por razón de su cargo».
Además, el Tribunal recuerda que «la doctrina de la Sala es contraria a admitir como base de la querella hechos cuya base probatoria aparece sólo en medios de comunicación, como en este caso».
Sobre las grabaciones en las que se puede oír al exministro conspirar desde su despacho, el órgano judicial resta credibilidad a su contenido al considerar que «dado el carácter subrepticio de su obtención» resulta imposible determinar si han sido «editadas, manipuladas o alteradas».