Por Belén Kayser
09/08/2016
Cree en el cambio, medido y con prudencia, y asegura que su éxito se debe a que ha encontrado la forma de diferenciarse. A sus 38 años, Josef Ajram, atleta de pruebas extremas y experto en Bolsa, está enganchado a la adrenalina y a la búsqueda constante de oportunidades.
Josef Ajram es al marketing como la magdalena al papel, llega un punto en que no sabes dónde acaba uno y dónde empieza el otro. “No soy el mejor haciendo deporte, ni dando conferencias, ni en Bolsa, pero soy identificable”, explica el deportista y trader. Porque él prefiere decir que su éxito se debe a que ha encontrado la forma de diferenciarse. Nacido en Barcelona en 1978, hijo de padre sirio y madre catalana, residente en la Ciudad Condal, él y sus tatuajes viajan a Madrid e Ibiza todos los meses por trabajo.
No para. Él dice que llega a todo porque sabe delegar, pero su poder de influencia en redes sociales –sólo en Twitter le siguen casi 215.000 personas– es todo un caso de estudio: ha sabido, como pocos, encontrar un nicho, el del deporte y la economía, y explotarlo. Las marcas le adoran, las editoriales son capaces de publicar un libro que, básicamente, es una recopilación de citas que ha ido “capturando de Internet con el teléfono” (El pequeño libro de la superación personal, Alienta, 2016) y los programas de televisión hacen cola por entrevistarle. Llevar la agenda a raya también influye, aunque él prefiere llamarlo el don de priorizar, “algo que la cultura española no tiene demasiado asimilado”. “No delegar es no confiar ni valorar el capital humano, nos queda mucho que aprender”. Y a él en esto le gusta sentar cátedra.
“El mundo está cambiando muy deprisa, la crisis, el momento actual requiere de gente que además de aportar valor a la sociedad tenga la ventaja de saber venderse” y añade que éxito es una mezcla de esfuerzo y talento. Y de honestidad, dice, “porque puedes tener una buena idea, pero si no es rentable, te la comes… Hay que perseguir los sueños, pero que éstos sean aspiraciones reales, porque es muy delgada la línea entre la motivación y la desmotivación y no todo el mundo sabe hacer frente a la frustración de un proyecto no realizable”.
El hombre que está en todas partes –como se descuide se lo encuentra cualquier día en una marquesina promocionando un nuevo canal de televisión– no estudió en la universidad. Se confiesa mal estudiante, “nada me motivaba”. Su epifanía, porque como todo icono él también tuvo la suya, le vino cuando suspendió selectividad. “Ese día decidí que no quería ser el único malo, sino el mejor en algo”. Y tornó su pasión de vivir sin saber lo que va a pasar mañana en su forma de vida. De un lado la Bolsa, y del otro, el deporte: sus marcas en triatlón extremo impresionan hasta a los más enganchados.
El dinamismo de los números y la emoción de la apuesta le capturaron a los 18 años. Entonces empezó a invertir y dejó Administración y Dirección de Empresas en segundo curso para dedicarse a la Bolsa. Pero no se conformó con ir y venir al parqué, añadió su otra pasión a la ecuación, el deporte, y mezcló los dos mundos para convertirse en un motivador profesional. “¿Sabes lo que engancha la renta variable? El morbo de no saber lo que va a pasar mañana es muy parecido al deporte”. Además, explica, todo es cuestión de movimiento. “La crisis lo cambió todo; el modelo laboral, la generación de 14 pagas prácticamente ha muerto y el mundo es giratorio, hay que buscar constantemente oportunidades.
Para él, la crisis obliga al darwinismo. “Vivimos persiguiendo un modelo que ya no existe y debemos asumirlo y desbloquear nuestras limitaciones. En este nuevo panorama económico sólo sobrevivirán las empresas que se adapten al cambio”. Cambio siempre, dice, pero “limitado”. Porque el talón de Aquiles de nuestro ironman es la improvisación. “Controlo bien los riesgos, tiendo a medirlo todo, creo en el cambio medido».
SUS CONSEJOS
“Sólo haciendo lo que realmente te gusta consigues la máxima motivación. Sólo trabajando en lo que es tu verdadera pasión logras la verdadera felicidad”. Esta es una de las 100 máximas que el ironman, empresario y coach personal recopila en su libro El pequeño libro de la superación personal (Alienta Editorial). A la izquierda, con traje de Scalpers.