La evolución en la tecnología produce nuevas formas de relacionamiento social en espacios virtuales y hacen que las relaciones personales sean más complejas. También más enriquecedoras. Permiten un mayor intercambio e interacción. La salud es una de las áreas con más cambios en la era digital. Cada vez es más común obtener atención médica de manera virtual en la psicología o la nutrición, y muchas veces hay intermediación de medios y herramientas tecnológicos.
Hay muchos proveedores de intervenciones de salud digital. Por ejemplo, los relojes inteligentes, aplicaciones móviles o sitios web. Tratando de determinar si estos programas son beneficiosos, y si lo son igualmente para los usuarios de todos los orígenes socioeconómicos, un equipo de expertos de la Universidad de Exeter encontró que son significativamente menos utilizadas por las personas con un nivel socioeconómico bajo. Y cuando lo hace, no les resultan
Exacerbando las desigualdades
Para la investigación, el equipo liderado por el profesor Mark Kelson, examimó más de 14.000 estudios que se han publicado durante 30 años. Posteriormente, seleccionaron 19 ensayos controlados aleatorios que evaluaron la efectividad de la tecnología digital, como apps, páginas web y tecnología de salud portátil como relojes inteligentes o brazaletes con sensores.
Los resultados arrojaron que las personas con un nivel socioeconómico más alto mostraban beneficios significativos y a largo plazo del uso de la tecnología. Sin embargo, las de un nivel socioeconómico más bajo no mostraron beneficio alguno.
Los datos oficiales estiman que los usuarios de Internet han aumentado en el mundo en más de 330 millones en el último año. Superó los 4,700 millones a principios de abril de 2021, lo que supone un 60% de la población global. Pero aún queda un 30% que no tiene ningún tipo de acceso a plataformas digitales, móviles o relojes inteligentes para hacerle un seguimiento a su salud.
En total, cerca de 600 millones personas alrededor del mundo viven sin acceso a internet. Mientras que otros 3.800 millones simplemente no utilizan el recurso, aun teniendo una señal de banda ancha móvil disponible. 48% de los residentes en países de economía emergentes tienen dificultades para pagar el uso de datos móviles. Además, 42% de los usuarios restringe con frecuencia la cantidad de datos que usa.
Estilo de vida saludable, fácil y disponible para todos
Otro factor es la cantidad de alimentos, tratamientos y actividades costosas que usualmente solicitan este tipo de aplicaciones o sitios web para tener un estilo de vida saludable. Muchos de ellos no son indispensables para lograrlo, y eso acentúa la brecha.
Al ver los resultados, los investigadores sugirieron que, en lugar de proporcionar un estilo de vida saludable fácil y disponible para todos, las aplicaciones podrían de hecho estar exacerbando las desigualdades en salud.
Entre tanto, lo mejor que se puede hacer en este caso es que los futuros proveedores de intervenciones de salud digital dirigidas a la actividad física y otros comportamientos tengan en cuenta las necesidades de los usuarios con un estatus socioeconómico más bajo. De esta manera, podrían asegurarse de que no aumenten las desigualdades socioeconómicas.
La salud 2.0 se acentúa por la pandemia
El término «salud 2.0» se usa para referirse a una forma integral de asistencia médica y sanitaria centrada en los individuos. En ella se involucran pacientes, profesionales, administradores, proveedores, quienes participan de forma activa empleando las redes sociales y las herramientas web para mejorar la calidad de vida.
Internet ahora permite a los individuos conversar acerca de sus enfermedades o padecimientos en plataformas especializadas. Ahí pueden actualizarse y comunicarse directamente con profesionales de la medicina y encontrar información de gran valor sobre su salud.
Miles de pacientes en el mundo usan las herramientas digitales como aliadas para luchar contra una enfermedad, llevar un estilo de vida saludable o simplemente creando sus propias comunidades donde pueden compartir experiencias acerca de su cotidianidad. También encontrando apoyo de personas que se encuentren en situaciones similares.
También los profesionales de la salud se integran a estas herramientas para dar a conocer su trabajo y llevar seguimiento de sus pacientes con el fin de prestarles la mejor asistencia y el tratamiento más adecuado. Son una fuente de conocimiento inagotable y de gran valor. Enriquecen de manera sustancial el sistema sanitario.
Por la crisis sanitaria del coronavirus, cada vez son más comunes las llamadas por zoom de atención médica. Se ubican en los primeros lugares las consultas psicológicas y de nutrición. Otros campos como la ginecología o la odontología requieren, casi siempre, la cita médica tradicional.