Por Cambio16
12/07/2018
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Antonio María Esquivel en el Prado… El afamado centro de arte exhibe tres obras religiosas «sobresalientes», aunque prácticamente desconocidas, del reconocido pintor de temas románticos y retratista. La muestra estará disponible al público hasta el 20 de enero de 2019.
Valedor de la pintura barroca
La caída de Luzbel, El Salvador y La Virgen María, el niño Jesús y el Espíritu Santo con ángeles de fondo son algunas de las principales obras de Esquivel que se exhiben en El Prado. En ellas destaca un estilo que convierte al autor en el principal valedor de la pintura barroca frente a otras tendencias que favorecían el dibujo frente al color. Sin duda, son obras que permiten conocer los principios del estilo de Esquivel (Sevilla, 1806 – Madrid, 1857), un maestro de la anatomía.
De acuerdo con Andrés Úbeda, director adjunto de Conservación e Investigación del Prado, se trata de una pequeña muestra que supone un gran proyecto. “Gracias a esta milagrosa restauración, contamos con la obra de un artista que resolvió la difícil relación entre pintura y religión de su época a través de visiones retrospectivas, sobresalientes en su trayectoria». Así lo ha manifestado Úbeda.
Obras maestras
El primero de ellos, La caída de Luzbel, es uno de los principales exponentes de la exposición, debido al enorme valor simbólico y cromático que propone con la victoria, sin armas, del bien sobre el mal, que pintó tras recuperarse de una ceguera temporal que sufrió.
Esquivel intento suicidarse dos veces cuando quedó ciego temporalmente. “Es lo peor que le puede pasar a un artista. Conmovido, cuando recupera la vista, pinta un cuadro que simboliza el triunfo de la luz frente a las tinieblas, del bien sobre el mal. El ángel no va armado, es una metáfora de su vida», precisó Javier Barón, jefe de Conservación de Pintura del siglo XIX.
La obra El Salvador es un lienzo tupido, como el de La caída de Luzbel. Muestra el cuerpo de Jesús con un profundo énfasis en su anatomía. Esquivel lo representa con sobriedad. Lo ambienta en una magnífica atmósfera que centra las miradas en su sólida obsesión por el cuerpo humano.
Es un cuadro casi desconocido y ha sido preciso hacer «una laboriosa y larga» restauración en la figura de Cristo. Se enfatizó en su torso. Este es un dibujo que revela una mayor importancia de los volúmenes.
La otra gran obra de la muestra es La Virgen María, el niño Jesús y el Espíritu Santo con ángeles de fondo. Este es un lienzo que propone una postura de estilo escultórico aunando monumentalidad clásica. También ofrece diferentes referencias de Murillo, una de las figuras más influyentes de la época en el arte español. Este cuadro se restauró en 2011 para la exposición internacional Portrait of Spain: Masterpieces from the Prado.
Muestra de interés y calidad
Finalmente, completan la exposición el retrato de José de Espronceda, del que Esquivel fue gran amigo, uno de sus últimos autorretratos. También está el lienzo Una niña expirando en brazos de la Fe cristiana. De igual forma, se suma el Tratado de Anatomía Pictórica, considerada una publicación de referencia para los artistas.
Las obras se expondrán en la sala 60 del Museo del Prado. Este espacio ha sido creado para mostrar de forma rotatoria conjuntos de obras del siglo XIX. Estas son elegidas de entre sus amplios fondos «por su interés y calidad».
Las pinturas han sido restauradas durante los últimos años en los talleres del museo. Se trata de una labor en la que ha colaborado la Fundación Iberdrola España como protector del programa de restauración.
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