La esperanza es lo último que se pierde. Y con esperanzas los investigadores, científicos y expertos echan mano de todo el conocimiento y herramientas a su alcance para frenar el avance de la COVID-19.
Investigadores belgas y estadounidenses que investigaban un tratamiento con anticuerpos contra el SARS y el MERS lo han aplicado contra la COVID-19 y han abierto una ventana de esperanza contra la enfermedad.
Los anticuerpos de la llama
Lo particular del tratamiento con anticuerpos es que los científicos han utilizado anticuerpos de llama. Las llamas son una especie sudamericana de la familia de los camellos. Estrechamente vinculadas con la alpaca, el guanaco y la vicuña.
A diferencia de los camellos carecen de jorobas. Son delgadas, tienen patas y cuellos largos, cola corta, cabeza pequeña y puntiagudas orejas grandes. Son animales gregarios y herbívoros. Son tranquilos, pero cuando se molestan escupen.
En Bélgica, un grupo de investigadores de la Universidad de Texas, del Centro VIB-UGent de Biotecnología Médica,en Gante, y el Centro de Investigación de Vacunas de Estados Unidos trabajaban en una serie de estudios sobre los coronavirus que producen el SARS y el MERS.
Los hallazgos de la investigación reportaron que los anticuerpos de una llama a la que llaman Winter evita las infecciones por SARS y MERS. Mientras escribían los hallazgos de la investigación irrumpió el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 en los titulares.
Entonces, decidieron probar si el tratamiento con anticuerpos de llama podría neutralizar el virus de la COVID-19 como neutralizaba el SARS-CoV-1 (responsable del brote de 2003).
Siete tipos de coronavirus
La investigación explica que los coronavirus son virus ARN que infectan una gran variedad de organismos hospedadores. Se conocen al menos siete tipos de coronavirus que causan enfermedades en humanos.
Cuatro de estos virus circulan de manera estacional entre la población mundial y causan enfermedades respiratorias leves.
Los otros tres virus (SARS-CoV-1, MERS-CoV y SARS-CoV-2) son patógenos zoonóticos causantes de epidemias y pandemias, con síntomas graves que pueden causar la muerte entre las personas.
La superficie de los coronavirus se caracteriza por estar cubierta de la glucoproteína espiga (S). La proteína espiga capta los receptores de las células humanas -la angiotensina 2-, donde se acoplan, replicándose e infectando el tejido celular. Por lo tanto, la proteína espiga es el enemigo al diseñar un tratamiento contra la COVID-19.
Anticuerpos de llama
A diferencia de los seres humanos, las llamas producen dos tipos de anticuerpos. Uno es similar en tamaño y constitución a los anticuerpos humanos en forma de Y. Este anticuerpo está compuesto por una cadena de proteínas pesadas que se observan a lo largo de la Y y una cadena de proteínas ligeras que están solo en los brazos de la Y.
El otro anticuerpo también tiene forma de Y, pero es mucho más pequeño y no cuenta con la cadena ligera de proteínas. Este anticuerpo es la clave de un tratamiento contra el SARS-CoV-2 y otros coronavirus. El pequeño anticuerpo puede entrar en las cavidades y hendiduras de la proteína espiga y neutralizar el virus.
Señala el Dr. Xavier Saelens, virólogo molecular de la Universidad de Gante, Bélgica, y uno de los autores del estudio, que otra de las ventajas de los anticuerpos de las llamas es que son fáciles de manipular. Es decir, no dejan de ser estables al unirse con otros anticuerpos, como los anticuerpos humanos.
Otros camélidos también tienen el pequeño anticuerpo en forma de Y: las alpacas, los guanacos y los dromedarios. También los tiburones tienen este tipo de anticuerpo, solo que no son tan fáciles de domesticar o manejar como las llamas.
Tratamiento contra la COVID-19
Antes de que explotara las crisis sanitaria por coronavirus, los investigadores buscaron llamas como Winter para inyectarles proteínas espigas de los virus que causaron las epidemias de SARS (2003) y MERS (2012). Aunque no lograron aislar el anticuerpo de la llama que luchó contra las enfermedades, sí encontraron dos anticuerpos «potentes» que sí combatieron el MERS y el SARS.
Cunado apareció la COVID-19, los investigadores probaron el tratamiento de anticuerpos de llama en cultivos celulares con el SARS-CoV-2: Lograron neutralizar el virus de la COVID-19.
El tratamiento con anticuerpos que esperan aplicar los investigadores implica inyectar a alguien que no esté infectado con el virus de la COVID-19 con el diminuto anticuerpo en forma de Y. Advierten que la protección es inmediata, pero los efectos no son permanentes.
Actualmente, los investigadores avanzan hacia ensayos clínicos del tratamiento con anticuerpos de llama para verificar su seguridad en pacientes humanos. Aún queda mucho trabajo por hacer y varios meses de distancia para que un tratamiento contra la COVID-19 a base de anticuerpos sea una realidad. Hoy es una prometedora esperanza.
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