No, los humanos no somos racionales. Contrario a la creencia popular, somos muy irracionales. Especialmente ante la incertidumbre. No solo en cuanto a decisiones tan obnubiladas por las emociones como la elección de una pareja. Es especialmente evidente en aquello que deberíamos decidir con la “cabeza fría y sin corazón” como el manejo del dinero. Nuestros sesgos son los que trazan el rumbo.
Las decisiones que tomamos están más guiadas por el instinto y las emociones que por la lógica y la razón. Las investigaciones muestran que la racionalidad es más la excepción que la regla cuando se trata de tomar decisiones. Incluso las financieras. Nuestro cerebro tiende a recurrir a atajos mentales y sesgos que nos llevan a decisiones irracionales.
El recién fallecido Daniel Kahneman, creador de la economía del comportamiento, descubrió las debilidades que hay en la toma de decisiones. Tendemos a ser exageradamente optimistas sobre nuestras capacidades y eso nos lleva a tomar malas decisiones. Dividimos mentalmente nuestro dinero en «cuentas» y lo gastamos de manera irracional. Somos resistentes al cambio. Preferimos mantener el «status quo», incluso cuando hay opciones más beneficiosas. Nuestras decisiones se ven fuertemente influenciadas por factores subjetivos e inconscientes, como la primera impresión o la tendencia a seguir a la mayoría. Detrás de todo, están actuando los sesgos cognitivos.
Sesgo cognitivo nos desvía y lleva a la distorsión
Es un efecto psicológico que produce una desviación en el procesamiento mental, lo que lleva a una distorsión, juicio inexacto, interpretación ilógica, o lo que se llama en términos generales irracionalismo. Estos sesgos son una forma de distorsión de la evaluación causada por el prejuicio, resultado de nuestra necesidad de procesar eficazmente el flujo de información sensorial procedente del mundo exterior. Los sesgos cognitivos pueden influir en una ideología, una opinión y en un comportamiento. Con poco tiempo valioso disponible para procesar tanta información, nuestro sistema cognitivo es rápido y esencial, especializándose en atajos mentales: las heurísticas. Estrategias de pensamiento que permiten juicios rápidos y eficientes. La existencia de sesgos cognitivos parece ser un rasgo adaptativo surgido durante la evolución humana, en situaciones en las que una respuesta inmediata puede ser más valiosa para la supervivencia que un análisis detallado. Sin embargo, esta inmediatez puede conducir a tomar decisiones erróneas, a veces, con consecuencias graves.
Binomio excepcional
Hasta el siglo pasado especialmente entre los economistas existía la convicción de que los seres humanos, en esa materia tan delicada, usaban un pensamiento racional. Daniel Kahneman, psicólogo israelí-estadounidense, y su colega Amos Tversky, desafiaron esa noción económica. Su colaboración en la Universidad Hebrea de Jerusalén en la década de 1970 reveló que las decisiones humanas a menudo violan los principios de la racionalidad. Dieron lugar al surgimiento de la economía conductual.
Kahneman y Tversky desafiaron la economía convencional con su teoría de las perspectivas. Se centra en las ganancias y pérdidas en lugar de los resultados previstos. En un estudio, demostraron que las personas prefieren una ganancia segura a una ganancia probabilística. Y una pérdida probabilística a una pérdida segura. La teoría de las perspectivas revela que las pérdidas duelen más que las ganancias equivalentes. Descubrieron que las personas suelen ser adversas al riesgo cuando se enfrentan a ganancias potenciales. Pero buscan el riesgo cuando se enfrentan a pérdidas potenciales
Ese hallazgo tiene implicaciones significativas, como la tendencia a evitar concesiones en las negociaciones. Lo que puede llevar a callejones sin salida. Quizás ahora le resulte más fácil comprender la política española. Kahneman introdujo el término “ilusión de validez” para describir la tendencia a sobreestimar la precisión de nuestras propias impresiones. Esta confianza excesiva en nuestros juicios puede ser exacerbada por atajos mentales que conducen a intuiciones erróneas. Con escuchar las entrevistas de los políticos tiene una muestra gratis.
Sesgos más comunes
- De confirmación: Tendencia a buscar, interpretar, favor y recordar información de manera que confirme nuestras creencias o hipótesis previas.
- Disponibilidad: Basar nuestras decisiones en la información más fácilmente disponible, en lugar de buscar información adicional.
- Anclaje y ajuste: Ajustamos nuestra estimación a partir de un número inicial o ancla, incluso si es incorrecto.
- Status quo: Preferir la opción que representa el estado actual de las cosas, en lugar de cambiar.
- Costo hundido: Continuar invirtiendo en una actividad o proyecto porque ya hemos invertido tiempo o recursos previamente, en lugar de considerar la mejor decisión actual.
- De grupo: Tomar decisiones en función de lo que otros miembros del grupo están haciendo o pensando, en lugar de tomar una decisión independiente.
Consciente de su fiabilidad
A pesar de su brillantez, Kahneman era humilde y consciente de su propia falibilidad, rasgos poco comunes en intelectuales de su talla. Participó en “colaboraciones adversarias”, trabajando con investigadores con teorías opuestas para encontrar soluciones. Kahneman también exploró la diferencia entre el bienestar “experimentado” y el “recordado”. Descubrió que los recuerdos de una experiencia están fuertemente influenciados por su punto culminante y cómo terminaron. Quizás ahora comprenda porqué mucha gente regresa a relaciones tóxicas.
Por ejemplo, encontró que un momento adicional de leve incomodidad al final de una colonoscopia puede mejorar el recuerdo de la experiencia y aumentar la probabilidad de que los pacientes regresen para futuras pruebas. En su último libro, “Ruido” (2021), Kahneman se centró en la variabilidad indeseable en los juicios sobre el mismo problema. Sugiere que las organizaciones deberían medir la incoherencia en los juicios profesionales de sus empleados. Algo totalmente extensible a los partidos políticos de cualquier rincón del planeta.
Entre dos pensamientos
Kahneman, inicialmente centrado en la percepción visual y la atención, se dedicó a la toma de decisiones, el sesgo de juicio y el estudio del bienestar. En su bestseller de 2011, “Pensar rápido y despacio”, delineó dos modos de juicio humano: uno intuitivo y sin esfuerzo, y otro deliberativo y analítico.
Revolucionó nuestra comprensión del comportamiento humano con su concepto de los Sistemas 1 y 2. Estos sistemas representan dos modos de pensamiento: el Sistema 1 es rápido e intuitivo, mientras que el Sistema 2 es lento y racional. Describe el Sistema 1 como automático, (somos meros espectadores). El Sistema 2 representa uno más deliberado, (nos sentimos autores).
El Sistema 1 proporciona sugerencias que, cuando son respaldadas por el Sistema 2, se convierten en nuestras creencias, decisiones y acciones. Sin embargo, Kahneman y su colega Amos Tversky advirtieron que los atajos mentales o heurísticos, aunque útiles, pueden llevar a errores graves y sistemáticos.
Pensamiento irracional
Uno de los experimentos más famosos de Kahneman y su colega Amos Tversky implicaba a personas que elegían entre apuestas monetarias. El experimento demostró que las personas prefieren una ganancia segura a una ganancia probabilística. Y una pérdida probabilística a una pérdida segura. Un hallazgo que desafió las teorías económicas convencionales.
Otro experimento notable es el enigma del hospital, que Kahneman utilizó para demostrar cómo nuestro cerebro aplica incorrectamente la ley de los grandes números a muestras pequeñas. En este enigma, las personas a menudo suponen erróneamente que la proporción de niñas nacidas en dos hospitales de diferentes tamaños será la misma. Cuando en realidad la proporción variará más en el hospital más pequeño debido a la menor muestra. Encontraron que hasta estadísticos profesionales incurren en ese error.
Kahneman también exploró conceptos como la regresión a la media, la aversión a la pérdida y la ilusión de foco. Por ejemplo, descubrió que la pérdida de 100 euros duele más que el placer de ganar ese mismo monto. La aversión a la pérdida también puede afectar cómo las personas valoran los objetos. Por ejemplo, una vez que poseemos algo, tendemos a valorarlo más que antes de tenerlo. Fenómeno conocido como “efecto dotación”. Puede llevar a las personas a exigir más para vender un objeto de lo que estarían dispuestas a pagar por él.
Otros experimentos famosos
Daniel Kahneman, junto con Amos Tversky, realizó varios experimentos que han tenido un impacto significativo en la psicología y la economía del comportamiento.
- El problema de Linda: Se presentó a los participantes una descripción de Linda. Una mujer soltera, brillante y filosófica. Se les pidió que clasificaran varias afirmaciones sobre Linda en orden de probabilidad. A pesar de que es más probable que Linda sea simplemente una feminista (dada la descripción), muchos participantes eligen que es más probable que Linda sea una feminista y empleada de banco. Ilustra el sesgo de la conjunción. Las personas sobreestiman la probabilidad de que ocurran dos eventos conjuntos en comparación con un solo evento.
- El «Problema de Tom W». En este experimento, se presentó a los participantes una descripción de un estudiante de posgrado ficticio llamado Tom W. Se les proporcionó información sobre los intereses de Tom W y se les pidió que adivinaran si era bibliotecario o ingeniero. A los participantes también se les proporcionó información de base sobre las dos poblaciones (bibliotecarios e ingenieros). A pesar de la evidencia de base, el 95% de los participantes dijo que Tom W era un ingeniero en lugar de un bibliotecario. Decisión que era inconsistente con la evidencia de base. En el momento en que se realizó el estudio, había muchos más estudiantes matriculados en educación y humanidades que en ciencias de la computación. Sus predicciones se basaron en el bosquejo de la personalidad, la información individualizadora, en lugar de la información de base. Es un ejemplo del sesgo de base en acción. Destaca cómo los seres humanos a menudo ignoran la información relevante de probabilidad o estadística al tomar decisiones.
Ejemplos actuales e históricos
Existen varios casos históricos y actuales en los que los sesgos cognitivos e ideas irracionales han llevado a graves errores de toma de decisiones. Un ejemplo notable es el «Efecto de arrastre», describe cómo las personas tienden a seguir creencias que otros ya han adoptado. Especialmente si son populares o ampliamente aceptadas. Un ejemplo clásico son los cambios en la vestimenta para estar acordes a la moda (aunque no le gusten). Este sesgo puede llevar a decisiones basadas en la conformidad más que en la evidencia sólida, lo que puede resultar en errores significativos. Como cuando vota por el candidato más popular y no por el má preparado.
Un caso histórico relevante es el «Efecto Dunning-Kruger». Se refiere a la tendencia de las personas con poca competencia en un área específica a sobreestimar su propia habilidad. Por tanto, toman decisiones deficientes. Fenómeno observado en situaciones como la Guerra de Vietnam. Cuando los políticos y militares con poca experiencia en operaciones militares tomaron decisiones estratégicas que resultaron en un conflicto prolongado y costoso.
También en el mundo empresarial
En el ámbito empresarial, la toma de decisiones basada en sesgos cognitivos puede llevar a errores estratégicos. Por ejemplo, la tendencia a seguir las decisiones exitosas anteriores (sesgo de anclaje) puede llevar a empresas a repetir estrategias que ya no son efectivas. Mientras que la resistencia al cambio (sesgo de status quo) puede impedir que las empresas adapten sus modelos de negocio a nuevas tecnologías o mercados. El caso de Kodak con las fotografías digitales, es un buen ejemplo.
La toma de decisiones gerencial a menudo es más arte que ciencia. Los gerentes tienden a confiar en su intuición y buen juicio para tomar decisiones cruciales. Incluso cuando solo cuentan con información incompleta. Este enfoque puede llevar a decisiones erradas. Especialmente si los gerentes subestiman la complejidad de los problemas o sobreestiman su propia capacidad para manejarlos. Una buena muestra son las cuatro quiebras de Donald Trump en sus negocios. Ejemplos que ilustran cómo los sesgos cognitivos e ideas irracionales pueden afectar la toma de decisiones en una variedad de contextos. Subraya la importancia de la conciencia y la mitigación de estos sesgos para tomar decisiones.
La irracionalidad
Kahneman, murió a los 90 años, fue galardonado con el Premio Nobel de Economía en 2002 por integrar la psicología en la economía. Particularmente en el juicio humano y la toma de decisiones bajo incertidumbre. A través de su trabajo, nos proporcionó una serie de “píldoras de inteligencia comprimida” que nos ayudan a entender mejor cómo pensamos y mal tomamos decisiones. Su legado continúa enriqueciendo nuestra comprensión del comportamiento humano.
El trabajo de Kahneman transformó nuestra comprensión de la toma de decisiones. Influyó además en una variedad de campos, desde las negociaciones políticas al tratamiento médico, contratación de jugadores de béisbol y percepción de justicia en las decisiones económicas. Su mayor aporte sin duda fue desnudar la irracionalidad que nos rige al momento de tomar decisiones. Lo que puede manifestarse desde la baja tolerancia a la frustración, que impulsa a las personas a reaccionar de manera exagerada ante las dificultades, hasta la adopción de ideas irracionales que pueden distorsionar nuestra percepción de la realidad y limitar nuestra capacidad para tomar decisiones informadas y objetivas.
Para mitigar estos sesgos e ideas irracionales es crucial ser consciente de ellos y esforzarse por ser críticos. Cuestionar nuestras propias creencias y suposiciones. Si lo hizo Kahneman, que fue premiado con el Nobel, también nosotros podemos hacerlo. Para lo cual debemos ampliar nuestro conocimiento y comprensión del mundo. Nos permitirá tomar decisiones más informadas y racionales. En lugar de ser influenciados por prejuicios y percepciones distorsionadas, o sea, por nuestros sesgos cognitivos.