Los estragos de las inundaciones en Alemania conmocionaron a muchos, incluida a su canciller. Ángela Merkel viajó al oeste del país y recorrió la zona devastada. Las intensas lluvias dejaron 157 muertos, decenas de desaparecidos y grandes pérdidas. Una semana después, Ángela Merkel dijo seguir afectada por los sucesos y reconoció públicamente que «es necesario apresurarse en la lucha contra el cambio climático».
Procedente de Washington, Merkel llegó a la localidad de Schuld, en Renania-Palatinado, Uno de los dos estados más golpeados en el oeste de Alemania. La crecida del río Ahr arrasó casas, puentes y vehículos. Prometió que no dejaría solos a sus habitantes y que aceleraría las ayudas para la reconstrucción. Berlín destinará unos 300 millones de euros en ayuda inmediata y miles de millones para reparar casas, calles y puentes.
«Tenemos que darnos prisa, tenemos que ser más rápidos en la lucha contra el cambio climático», reiteró Merkel en medio del impacto. Se requiere un análisis exhaustivo de lo que debe adaptarse en términos de protección contra inundaciones, agricultura y silvicultura. “La cantidad de daño ambiental en Alemania habla por sí sola”, añadió.
En su tradicional rueda de prensa de verano y, a pocas semanas para dejar el cargo, aceptó que como canciller pudo haber hecho más para alinearse con los objetivos del Acuerdo de París. «Alemania no ha hecho lo suficiente”, subrayó. No obstante, destacó que tampoco se había quedado de brazos cruzados. Dada la velocidad, “simplemente hay situaciones en las que uno está a merced de las fuerzas de la naturaleza”.
Merkel pide prisa en la lucha contra el cambio climático
Tras un breve recuento de las trágicas inundaciones, la canciller elogió la actuación diligente del gobierno federal y estatal, sí como de los alcaldes y voluntarios. «Han hecho todo lo posible para ayudar en tiempos tan difíciles. Son realmente héroes de nuestro país», subrayó.
Merkel insistió en la necesidad de apurar el paso en la lucha contra el cambio climático. Anotó que Alemania había reducido sus emisiones de carbono un 20% entre 1990 y 2010. Y otro 20% más en la siguiente década, además de una gran inversión en energías renovables, pero reconoció que pudo haber hecho más.
Esta preocupación, en cualquier caso, no llega hasta el punto de rechazar el gas ruso. De hecho, Alemania consiguió que Estados Unidos aprobara un segundo gasoducto en aguas del mar Báltico, el Nord Stream 2. Una obra con la que duplicará la cantidad de gas disponible y logrará sortear los problemas que podrían surgir por otras rutas, como la polaca o la ucraniana.
“Estoy equipada con el suficiente sentido científico como para entender que las circunstancias objetivas exigen un ritmo diferente al actual”, dijo refiriéndose al calentamiento global. Y reiteró que “hay que acelerar las medidas” para frenar el cambio climático.
«No se trata solo de lo ocurrido aquí, sino del conjunto de fenómenos extremos a los que estamos asistiendo en el planeta. Tenemos que reflexionar sobre cómo debemos actuar y actuar pronto para avanzar hacia la neutralidad climática lo antes posible», insistió.
Antes de las terribles inundaciones, había propuesto mayores compromisos en la Cumbre de la COP26 en el Reino Unido. «El Acuerdo de París nos muestra el camino para limitar el calentamiento climático a un nivel tolerable. En Glasgow tiene que darse un nuevo impulso a medidas concretas para frenar el calentamiento global.
Menos emisiones de gases
Merkel recordó que los proveedores de combustible están obligados por ley a reducir las emisiones de CO2 de la gasolina y de los combustibles diésel en un 25 % anual para 2030. El proyecto apoya la expansión de la electromovilidad y el desarrollo de capacidades de producción de hidrógeno verde y de biocombustibles avanzados.
Con la ley sobre el desarrollo adicional de la cuota de reducción de gases de efecto invernadero, el gobierno federal implementa la directiva de la UE sobre energías renovables.
Merkel abundó en detalles sobre otras decisiones de su gobierno para frenar el cambio climático y cumplir con los objetivos de París.
Con la nueva cuota mínima de gases de efecto invernadero, la participación de las energías renovables en el transporte aumentará al 32% para 2030. «Esto va mucho más allá de los requisitos de la directiva sobre energías renovables de la UE. Esto requiere que los estados miembros utilicen al menos un 14% de energías renovables en el transporte por carretera y ferrocarril para 2030», apuntó.
Con la ley, también se introducirá una cuota de reducción de gases de efecto invernadero en el tráfico aéreo por primera vez. A partir de 2026, al menos el 0,5 % del combustible de aviación debe consistir en energías renovables. Y a partir de 2030 será del 2%.
La proporción de biocombustibles avanzados aumentará de cero actualmente a un 2,6% para 2030. Por ejemplo, los biocombustibles avanzados se obtienen a partir de residuos como paja y estiércol.
En el futuro, habrá nuevas oportunidades, mediante el uso de biocombustibles avanzados. Elaborados a partir de materiales residuales y de desecho para vehículos comerciales o hidrógeno verde para el transporte aéreo y marítimo.
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