Andrea Galvani, (Verona,1973) ganador del VII Premio Audemars Piguet a la producción de una obra de arte en ARCO Madrid, ha recibido de manos de Brian Lavio, Director General Audemars Piguet Iberia el galardón por su trabajo Instruments for Inquiring into the Wind and the Shaking Earth un proyecto presentado por la galería peruana Revolver, expuesto dentro del espacio Audemars Piguet, durante su celebración del 27 de febrero al 3 de marzo 2019.
El jurado compuesto por Javier Molins, crítico de arte; Lucia Casani, directora de la casa Encendida; Pilar Lladó, coleccionista; Eduardo Rivero, coleccionista; Enric Pastor, director de AD; Carlos Urroz, director de ARCOmadrid; Winka Angelrath, directora de exposiciones en Audemars Piguet y Eloy Martinez de la Pera, asesor de arte en Audemars Piguet Iberia, ha valorado la alta calidad de los proyectos presentados por galerías y artistas del mundo.
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La luz en el arte es todo. Y en el proceso creativo de Andrea Galvani, ‘su’ luz se transforma en tiempo, en movimiento, en fracción, en cadencia, en fase, en ecuación, en sincronía, en oscilación, en frecuencia… Términos, todos ellos, en la génesis de un arte tan legendario para Audemars Piguet como el de medir el tiempo natural, haciendo de ‘las oscilaciones atómicas del cesio’, belleza.
El poder y el fracaso del conocimiento
Desarrollado en colaboración con físicos y matemáticos de la UNAM, la NASA y el Imperial College of London, el proyecto indaga dentro de las fronteras de lo desconocido, codificándose como un homenaje a la temporalidad de las teorías y a los intentos de transformar lo incierto en absoluto. El título de la instalación, Instruments for Inquiring into the Wind and the Shaking Earth es la traducción al inglés de 候风地动仪 (Houfeng Didong Yi), el término con el que se denominó el primer sismógrafo, inventado por el erudito y visionario matemático Zhang Heng (73-139 dC). De acuerdo con antiguos archivos chinos, en el año 138, este dispositivo detectó un terremoto a 600 kilómetros de distancia. Esta obra alude tanto al poder como al fracaso del conocimiento humano, es una proclamación de nuestro deseo de comprender, de codificar lo que es abstracto, y de imponer orden y precisión a un mundo impredecible y complejo.
La instalación es un paisaje incandescente, un campo visual unificado concebido como un entorno experimental o un acto de descubrimiento. Como una nube luminosa, constelaciones de cálculos y fórmulas escritas en neón blanco son suspendidos en lo alto, ocupando la zona de transición del espacio arquitectónico. Se trata de cálculos matemáticos que describen con precisión la simetría de las leyes de la física: desde el movimiento ondulante de las olas, hasta la naturaleza del tiempo; desde la generación de una tormenta eléctrica, hasta la previsión de las mareas del océano; el ritmo al cual el cosmos se expande, y la posibilidad de que exista vida en otros planetas.
Orquesta de estímulos audiovisuales
Un grupo de performers transforman este entorno en un escenario de teatro cinético. Sus movimientos lentos y voces en vivo se unen en un coro que parece emerger de un instinto primitivo. Los ritmos colectivos y las modulaciones individuales se mueven en el espacio, interactuando con la arquitectura, la obra y el público. Como un reloj que mide con precisión el tiempo, los performers fluyen en una coreografía que avanza y retrocede cíclicamente. La instalación se expande, deviene en un paisaje en movimiento, una orquesta de estímulos audiovisuales.
Esta instalación reúne abstracciones mentales y fenómenos físicos que se originan en aspectos muy diferentes de nuestras vidas. Humaniza nuestro conocimiento de conceptos cósmicos, mapas de caminos tomados y luego abandonados; ofrece introducciones íntimas a los valientes que imaginaron lo que otros aún no podían entender. Instruments for Inquiring into the Wind and the Shaking Earthexiste en una dimensión donde el tiempo está ausente, donde la historia y la memoria se unifican en una proyección de progreso científico y esfuerzos minuciosos para comprender el mundo natural. Cada ecuación es un memento mori, así como un objeto de resistencia contra la muerte, revelando una realidad más compleja y matizada. Como el Black Square de Kazimir Malevich, el trabajo de Galvani parece ilustrar una nueva cosmología –la que honra el conocimiento humano mientras, simultáneamente, calibra la posibilidad de los cálculos e instrumentos científicos como vía para esclarecer los misterios que estos mismos buscan descifrar.
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