Ana Digón es licenciada en Ciencias Políticas e Idiomas por la Universidad del Oeste de Inglaterra y especialista en permacultura y agricultura regenerativa. Ha colaborado con varias publicaciones en temas relacionados con Tierra, Alma y Sociedad. Jorge Neri, CEO y editor de Cambio16, se sentó con la experta para discutir cómo cambiar la manera en la que se producen los alimentos y ayudar a salvar el planeta.
Para Digón, en la actualidad “se están haciendo muchísimas cosas” por el medio ambiente y la naturaleza “que, desafortunadamente, no salen en los medios (de comunicación) de masas”. Aunque la experta reconoce que ahora mismo se está difundiendo un mensaje de miedo y la idea de que “alguien (gobiernos, científicos) tiene que venir a resolver esto”, hay “medidas muy concretas y factibles que están en mano de la gente” que quiere contribuir a un cambio.
“Todos en el mundo tenemos algo que hacer y algo que aportar. Lo primero es abrir la mente, abrir los ojos y comprender cuáles son las leyes básicas de la vida. Si las comprendemos y las potenciamos, tenemos las soluciones en nuestras manos”, asegura Digón. En ese sentido, entender el concepto de permacultura y agricultura regenerativa es muy beneficioso.
La permacultura
“La permacultura, como concepto, nace en Australia y significa cultura permanente y agricultura permanente. Es un sistema de diseño (que consiste) básicamente en pensar en todos los elementos que forman parte de un sistema vivo y del cual los humanos podamos extraer lo que necesitamos (alimentación, de tejidos, materiales, recursos) de forma que no agotemos esos recursos naturales, sino que vayamos enriqueciéndolos cada vez más”, explica Digón.
Así, para hacer un buen diseño, hay que partir de la sabiduría de nuestros ancestros que “trabajaban en armonía y sincronicidad con los ciclos de la naturaleza y sus interacciones”, además de utilizar ciencia puntera, como la microbiología, y tecnología apropiada. “No grandes maquinarias que al final es muchísimo gasto de combustible sino que es utilizar la tecnología adecuada en el momento adecuado por el motivo adecuado”, indica Digón.
Además, la agricultura regenerativa puede ser una opción para todos, incluso en un mundo superpoblado. “Esa es la buena noticia (…) La base de la permacultura y la agricultura regenerativa es un suelo vivo. Hay una serie de elementos que la naturaleza desarrolló a lo largo de millones de años que están en absoluta simbiosis: el suelo vivo, la planta, el herbívoro, las aves y el depredador. Eso es un todo dinámico que se va moviendo y los humanos hemos roto eso”, indica Digón.
La importancia de la alimentación
Digón también sugiere “consumir mucha menos carne de la que se consume en el mundo Occidental. Hay una epidemia de enfermedades degenerativas ahora mismo que tiene que ver mucho con la alimentación”. Para la especialista, los alimentos están “intoxicados” porque han sido tratados con fertilizantes químicos e insecticidas. “Somos lo que comemos. Eso se va acumulando en el cuerpo. No es casualidad que tengamos esta epidemia de enfermedades ahora porque algo estamos haciendo mal”.
Para no caer en el círculo vicioso, Digón recomienda comprar productos con certificado ecológico. “Es un gran paso para filtrar. Yo cuando compro ecológico, en este país (España) por lo menos, uno sabe que no se han utilizado ciertos tóxicos químicos ni transgénicos. Eso es muy importante”, comenta.
Sin embargo, otros pasos como visitar al productor, aunque pueden ser necesarios, son más difíciles de llevar a cabo. En ese sentido, asegura que se está debatiendo el uso de una “certificación regenerativa”, que ya se está llevando a cabo en Estados Unidos. Pero uno de los problemas es que no hay pasos específicos para seguir solo una máxima, que es: cuidar los suelos vivos.
Conectar con la Tierra
Por último, Digón aseguró que para educar a los niños en nuevo paradigma es importante que toquen la naturaleza y se sientan parte de ella. “Tener un huerto escolar, llevar a los niños al campo el fin de semana, que se manchen, se mojen. Es muy bueno eso. Que entiendan los procesos naturales”.
Al final, para Digón las tecnologías que salvarán el mundo son “la fotosíntesis de las plantas, la digestión de los hervíboros y la alquimia que se da en el suelo, la microbiología” ya que son sistemas que captan carbono. “Si todos los terrenos arables del mundo, hicieran este tipo de manejo para un círculo virtuoso, en 10 años estaríamos captando el carbono adicional inorgánico de la atmósfera y llegaríamos a los niveles preindustriales”, afirma.
“Hemos de cambiar en tres ámbitos: tierra, alma y sociedad. Si no sabes por dónde empezar, empieza por la tierra, porque trabajar la tierra nutre tu alma y te vuelve mejor persona en la sociedad”, concluye.
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