Las Palmas de Gran Canaria.– Una delegación de Amnistía Internacional visitó las islas Fuerteventura, Tenerife y Gran Canaria y calificó de deleznables e infrahumanas las condiciones en que se encuentran los migrantes en los cenros de acogida. El grupo de la organización se entrevistó con decenas de personas migrantes y solicitantes de asilo, así como con autoridades estatales y a nivel autonómico e insular, además de fiscalías territoriales, abogados y organizaciones no gubernamentales.
La organización emitirá un informe completo en los próximos días, pero Virginia Álvarez, investigadora de la organización, adelantó las primeras preocupaciones. «Nos preocupa confirmar las malas condiciones de acogida en los centros de emergencias Fuerteventura y Tenerife. Confirmamos las informaciones sobre miles de personas migrantes y solicitantes de asilo. Si bien no hemos podido visitar los macrocentros de El Matorral y Las Raíces porque se nos denegó el permiso alegando motivos sanitarios, hemos recabado información que confirma las graves carencias que no garantizan una acogida en condiciones dignas», declaró.
Alertó que es urgente que se tomen medidas para garantizar que estas personas tengan acceso a condiciones de vida digna y que se vele por su bienestar físico y mental. «Queremos dejar claro que la COVID-19 no puede ser una excusa para impedir la monitorización de los centros de acogida por las organizaciones de derechos humanos. El escrutinio debe ser siempre posible adoptando las medidas sanitarias adecuadas», subrayó
Alarmantes condiciones en Fuerteventura
Amnistía Internacional observó las alarmantes las condiciones en las que se encuentra el centro de acogida en Fuerteventura, donde pasan la cuarentena las personas que han dado positivo en la COVID-19 y sus contactos directos.
«La denominada Nave del Queso, según las imágenes y los testimonios a los que ha tenido acceso la organización, no reúne las mínimas condiciones sanitarias. Hombres, mujeres y niños permanecen en condiciones deleznables, sin mínimas medidas de higiene, privadas de libertad, hacinados, en unas circunstancias que podrían considerarse de infrahumanas”, explicó
Amnistía Internacional tiene testimonios que revelan que algunos migrantes han permanecido hasta un mes en esta situación deleznable..
La organización sigue recavando información sobre sobre la situación de personas que pueden estar en especial vulnerabilidad, como mujeres que han sido víctimas de violencia de género, posibles víctimas de trata, menores no acompañados, personas LGBTI, personas que han sufrido algún tipo de tortura y familias monoparentales con niños y niñas. «Es urgente que los recursos habilitados para estas personas garanticen una atención especializada», exhortó.
Canarias, un ejemplo del fallo del modelo de acogida
Con relación a los niños y niñas, Amnistía Internacional considera que el gobierno debe evaluar si se han adoptado las medidas adecuadas para garantizar su bienestar integral sin ningún tipo de discriminación.
“Muchos tenido experiencias traumáticas y siguen viviendo con ansiedad, especialmente cuando están solos. Es mucha la incertidumbre que los afecta por las difíciles condiciones en que se encuentran. La COVID-19 no puede utilizarse como justificación para negar el derecho al ocio o las actividades educativas”, insistió Álvarez.
Con respecto a Gran Canaria, AI está realizando la visita y las entrevistas. Ayer pudo visitar el centro de emergencia denominado Canarias 50 y constató que se han realizado mejoras en la acogida. Sin embargo, falta personal para asegurar que se cubre su derecho a la información, asistencia letrada o psicológica si la requieren. Igualmente apunta en que se debe evitar a todo trance la arbitrariedad en las distintas fases de atención y protección
“Canarias es otro ejemplo más del fallo de este modelo de acogida que revictimiza a las personas migrantes y solicitantes de asilo y que solo provoca desamparo, ansiedad, incertidumbre y abandono institucional”, indica la investigadora de Amnistía Internacional España.
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