En un mundo que se apresura a producir energías limpias, México de repente insurge como un rebelde sin causa. El Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) suspenderá las conexiones a la red de nuevos parques solares y eólicos hasta nuevo aviso.
La motivación detrás de la medida, anunciada a finales de abril, fue la intermitencia de la generación de energía solar y eólica. El operador estatal del mercado eléctrico, considera que este factor podría comprometer la seguridad energética de México en tiempos difíciles.
«La generación intermitente de las plantas eólicas y fotovoltaicas afecta la confiabilidad del sistema eléctrico nacional, impactando la suficiencia, la calidad y la continuidad del suministro de energía», declara Cenace en un documento que establece las reglas del mercado eléctrico del país durante el confinamiento por la COVID-19.
El sector se pronuncia
La medida fue denunciada de inmediato por la comunidad empresarial como un intento del gobierno de interferir con las empresas privadas.
«Sin una sólida motivación técnica o una base legal totalmente justificada, Cenace ha descuidado su mandato legal de salvaguardar la eficiencia del sistema eléctrico nacional y la competencia en el mercado de la electricidad, lo que impacta negativamente a miles de consumidores en el sector comercial e industrial», apunta el Consejo Coordinador Empresarial en un comunicado.
«La generación de electricidad con energías renovables –que representa inversiones por más de 20.000 millones de dólares en nuestro país– es una actividad económica esencial para el desarrollo de México. Hacemos un respetuoso llamado a las autoridades a promover la unión y la solidaridad nacional en este momento de emergencia, y a eliminar prácticas anticompetitivas que lastimen el marco jurídico nacional», sigue el texto.
El organismo anuncia que el sector privado generador de electricidad tomará las medidas legales necesarias para preservar el nivel del campo y el derecho de los mexicanos a un ambiente saludable
El CCE manifestó que la medida es el último embestida contra las energías limpias por parte del gobierno de México.
Sin justificación
La Asociación Mexicana de Energía Eólica (AMDEE) dijo que las nuevas reglas para el uso de energía fósil sobre las energías renovables no tienen una lógica económica.
Destacan que la decisión gubernamental tiene repercusiones directas en un gran número de proyectos del sector. Muchos de ellos están listos para entrar en operación o en fase de construcción: «Específicamente, el acuerdo tiene impactos negativos en 44 proyectos de generación de energía limpia (…) respaldados por más de 6.400 millones de dólares de inversión directa».
Agregan que las medidas anunciadas implicarán 714.000 de toneladas de CO2 en emisiones mensuales y la puesta en riesgo de más de 25.500 empleos.
Una larga enemistad
Conservador en su enfoque hacia la industria energética y proteccionista de las empresas estatales, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador trata de sofocar las energías renovables para apoyar a la estatal Comisión Federal de Electricidad (CFE).
El presidente de México no ha ocultado su actitud contra las energías limpias. En una rueda de prensa manifestó que en México los gobiernos que lo precedieron se hicieron «negocios sucios» con las «energías limpias».
Sostuvo que continuará la utilización de renovables. Pero describió la marginación que prevalecía sobre la Comisión Federal de Electricidad: «A la CFE se le dejó de lado como si no produjera energías limpias. El trato preferencial se le dio sólo a los particulares».
Un poco más allá
México y América Latina en su conjunto han tardado en desarrollar una capacidad de almacenamiento de energía razonable, incluso después de haber sido identificado como crucial para el éxito a largo plazo de la energía solar y eólica. La intermitencia de la generación de energía es un problema real. Su solución es el almacenamiento de energía. México obtuvo su primera instalación de almacenamiento de baterías a fines de 2018, en una fábrica de automóviles.
Un año después, la primera instalación de baterías detrás del medidor que también cuenta con capacidades de regulación de frecuencia entró en funcionamiento en Puebla. El almacenamiento tarda en llegar.
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