Brasil venció a Argentina en con un gol de Miranda en el tiempo de descuento en un amistoso internacional disputado en Yeda, Arabia Suadí. Con esta victoria, la “canarinha” inclina el registro histórico a su favor con 38 victorias sobre las 37 de Argentina, más 25 empates.
Fue un encuentro igualado entre dos selecciones que viven dos procesos distintos. La Brasil de Tite, renovado después del Mundial hasta el 2022, se ve cada vez más consolidada y con un once reconocible liderado por Neymar. Junto a él, Coutinho, Firmino y Gabriel Jesús forman una ofensiva que intimida.
Por el otro lado, una Argentina que dirige Lionel Scaloni, como interino, y que sin Lionel Messi por acuerdo, busca formar un equipo en el que resaltan nombres como el de Paulo Dybala, sin ningún minuto durante el Mundial, y Mauro Icardi, que ni siquiera fue tomado en cuenta para viajar a Rusia. También jugó Ángel Correa, del Atlético de Madrid.
El plan de ambas selecciones estuvo claro desde el principio. Brasil quiso jugar con el balón para encontrar los espacios, mientras que Argentina prefirió el contraataque y los pases largos para llegar a Alisson.
El plan le funcionó a la albiceleste, que pudo contener las arremetidas de Brasil. Sin embargo, al estar tan replegados Dybala y Correa quedaron muy solos arriba.
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Miranda rompe el empate
En la segunda parte, Argentina quiso tomar un poco más de protagonismo y le disputó el balón a los de Tite. Sin embargo, también apareció el juego brusco y los de Scaloni comenzaron a ver más tarjetas amarillas. Con la albiceleste más abierta, Neymar también tuvo más espacios y consiguió ser más influyente.
Las ocasiones más claras del encuentro, sin embargo, fueron a balón parado. En el primer acto, Dybala rozó el gol con un tiro libre peligrosísimo que se fue fuera por poco. En el segundo, Arthur aprovechó un tiro libre de Neymar para intentar batir a Romero, que salvó la situación.
Finalmente, Miranda pudo romper el empate tras un córner que cobró Neymar. El central remató a placer tras una mala salida de Romero y pintar de “verde amarela” un superclásico muy parejo.
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