Por Cambio16
12/3/2018
El peligro del amianto en España y sus mortales consecuencias han sido fáciles de ignorar. Primeramente porque el amianto es un producto del pasado. Este producto -también conocido como asbesto- está prohibido en España desde 2002. Ésto, ante el consenso de la comunidad científica internacional de que se trataba de un material cancerígeno. No obstante, si restamos la fecha de su prohibición y consideramos esta larga latencia podemos suponer que lo peor del amianto está todavía por llegar.
La polémica del amianto en España es de larga data, pero se avivó la pasada semana. La presencia de amianto en algunos vagones del Metro de Madrid y el diagnóstico de asbestosis a un trabajador por su causa la ha vuelto a traer a la actualidad. Su extendido uso en la construcción -fundamentalmente entre 1960 y 1990-, la ausencia de un registro de los edificios españoles en los que se encuentra y sobre todo las dificultades para relacionar directamente la exposición a la sustancia con las enfermedades que puede provocar, lo han convertido en un material poco visible y sobre el que persisten numerosas dudas.
Este es un intento de despejar algunas de ellas con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Instituto de Salud Carlos III, la Asociación de Víctimas del Amianto (AVIDA) y del catedrático de la Universidad de Granada Alfredo Menéndez Navarro, director del proyecto «Los riesgos del amianto en España (1960-2002)«.
La polémica del amianto en España
¿Qué es el amianto?
El amianto o asbesto es un material de origen mineral formado por silicatos. Posee dos características que lo han hecho muy apreciado por la industria: su capacidad de formas fibras flexibles y su extraordinaria resistencia al calor y a los productos químicos. Además es barato. Su uso industrial ha sido masivo hasta los años 90 del pasado siglo. Principalmente era empleado como material de construcción, en la fabricación de trenes, barcos, vehículos (cambios y frenos), en la siderurgia, centrales térmicas y nucleares y en diversos materiales textiles, envases o revestimientos.
Entre los años 60 y 90 podía encontrarse en multitud de productos manufacturados debido al bajo coste de su fabricación. Se cree que hay unos 3.000 tipos de productos lo contenían. En España se calcula que hay 2,6 toneladas de amianto instaladas por todo el país. No obstante, no existe un mapa de estructuras en los que puede estar presente este material.
Los peligros del amianto
Desde comienzos del pasado siglo, la ciencia ha advertido de la peligrosidad del amianto. Los primeros registros datan de 1906 en que se diagnosticó una fibrosis pulmonar producto de su inhalación. En 1935 también se relacionó con el cáncer de pulmón, veinte años antes de que se estableciera esa misma relación con el tabaco. Asimismo, desde 1947 hay pruebas de asociación con el cáncer pleural.
El peligro del amianto radica en la inhalación de las partículas que desprende. Allí donde se encuentre, el amianto permanece más o menos inerte hasta que se accede a él, liberándose a la atmósfera. Al manipularse desprende con facilidad fibras microscópicas, muy ligeras, que pueden ser desplazadas por el aire, entrando por esta vía en los pulmones. Incluso las personas que manipulan la ropa contaminada con polvo, como las esposas de los mineros, poseen un riesgo de enfermar similar a ellos.
¿Qué enfermedades produce el amianto?
La exposición al amianto provoca distintas enfermedades. Principalmente cáncer de pulmón, mesotelioma y asbestosis (fibrosis pulmonar). Asimismo placas, engrosamientos y derrames pleurales. También se ha demostrado que provoca cáncer de laringe y otros tumores malignos.
La Asociación de Víctimas del Amianto (AVIDA) ha seguido las afecciones por el amianto en España. Por consiguiente, conoce muy bien los casos.»Una hebra de asbesto aumentada mil veces se ve un poquito más grande que un cabello humano. Debido a su tamaño estas fibras pueden permanecer en el aire por mucho tiempo y pueden respirarse».
La Unión Europea suspendió su uso de manera definitiva en 2005. No obstante sigue siendo un material de uso habitual en los países en desarrollo. En España se prohibió en el año 2001, pero la mayoría de los edificios construidos entre los 60 y mediados de los 80 contienen fibrocementos en sus materiales, ya sea en los tejados (la popular uralita) o en sus canalizaciones o depósitos de agua. Por consiguiente muchos objetos fabricados antes de esa fecha pueden contener amianto.
¿Quiénes tienen más riesgos de contaminarse por amianto?
1.- Trabajadores de los sectores en los que se manipulaba el amianto: fabricación de microcemento, construcción naval, tejados, depósitos, conducciones, cableado, o vagones de trenes.
2.- Trabajadores de los sectores de mantenimiento y demolición: fontaneros electricistas, mecánicos.. ya que no existe un mapa de los edificios en los que está instalado este material.
3.- Familiares de trabajadores expuestos al amianto. Algunas mujeres se han contaminado por el contacto con las ropas de sus maridos que trabajaban con amianto.
4.- Afectados por exposiciones ambientales: residentes en zonas propias a centros de trabajo en los que se manipulaba amianto.
¿Cómo saber si una enfermedad se ha producido por amianto?
Las fibras quedan en el sistema respiratorio y la enfermedad puede tardar años en desarrollarse. Algunos especialistas sostienen que hay muchas patologías provocadas por el contacto con el amianto que se han atribuido erróneamente al consumo de tabaco. El catedrático Alfredo Menéndez Navarro asegura que el tiempo transcurrido entre la exposición y el desarrollo de la enfermedad puede ser de entre 10 y 20 años en el caso de las asbestosis, y de entre 20 y 40 en el de la cánceres.
¿Cuántos afectados hay por el amianto en España?
El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo estimó en 1991 que había unos 60.000. No obstante, fuentes sindicales elevan esa cifra a más de 200.000, solo en caso de afectaciones laborales.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), entre 2007 y 2011, 1.297 personas fallecieron por esa causa (925 hombres y 372 mujeres). Asimismo, estimaciones señalan que el amianto en España afectó a un 4 por ciento de las 101.906 personas fallecidas en el mismo período por cánceres de pulmón.
Un estudio del Instituto de Salud Carlos III calculaba 1.319 víctimas mortales entre 2016 y 2020 a causa del amianto en España. Para este período vaticinan un pico de la enfermedad y un paulatino descenso hasta 2040.